Lunes 9 de abril de 2018
Cardenal bendice nueva etapa Centro Misericordia
Con nuevos jóvenes voluntarios y la ampliación de su casa, el centro comienza una nueva etapa junto a la comunidad de la población La Pincoya.
Fotos: Omar González
Periodista: Marcela Maldonado
Fuente: Comunicaciones Santiago
Link fuente: http://www.iglesiadesantiago.cl/
“Los voluntarios que recibieron esta cruz son jóvenes que se comprometen a ser diferentes en medio de su población y se suman a la misión de misericordia", dijo Romain de Chateauvieux quien junto a su esposa llegó desde Francia a Chile para crear la obra.
La iniciativa, creada en 2013 y pone al servicio de los vecinos un centro educativo para acoger a niños del sector, donde se les ayuda a reforzar materias como lenguaje, matemáticas y lectura: también existe un trabajo de apoyo a madres embarazadas y una línea de evangelización donde se involucra a la comunidad en celebraciones de la Iglesia, visitas misioneras y retiros de conversión, entre otras acciones.
El cardenal Ricardo Ezzati valoró el trabajo realizado por el Centro Misericordia y agradeció a todos quienes forman parte de su misión. "Recuerdo que hace cinco años atrás pudimos bendecir una pequeña semilla de lo que es ahora esta obra. Quisiera agradecer el don de Dios que se manifiesta en este lugar de esta ciudad a través del corazón de caridad, esperanza de tantos voluntarios”.
“Nuestra ciudad necesita de mucha misericordia que tiene su base en la justicia. Ella tiene a ayudarnos a descubrimos hermanos”, dijo el cardenal.
Para celebrar el proyecto, el Centro Misericordia invitó al cardenal, a los vecinos y voluntarios a un almuerzo comunitario en el que todos pudieron compartir en familia. Entre los participantes estuvo Danitza, joven de la población que desde hace años participa como voluntaria. “Comencé a colaborar en el centro educativo, ayudando a los niños en sus tareas escolares, con talleres y actividades. Lo hago porque siento que es el destino que Dios quiere para mí y además por el testimonio que vi de personas que desde otros países vienen a ayudar a niños de mi sector”.
Desde su experiencia como voluntaria, Danitza ha sido testigo del impacto que el centro ha tenido en los niños. “Los vemos cambiados, con valores, aprendiendo a amarse a sí mismos. Para mí también ha sido una posibilidad de darme cuenta que La Pincoya es una población que tiene muchas cosas buenas”.