Arzobispo de Miami se reunió con el cardenal Ezzati

En el encuentro los obispos conversaron sobre la realidad de los haitianos en la arquidiócesis y los programas para acompañarlos.

El motivo que llevó a monseñor Wenski a visitar Santiago fue estrechar lazos con las entidades de la Iglesia que están preocupadas de acoger y acompañar pastoral y humanamente a los haitianos, y tener una cercanía con ellos, como ha sido su experiencia en la arquidiócesis que preside.

El arzobispo, que además es miembro del Secretariado de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos para la Iglesia en América Latina, señaló que "hace mucho tiempo ya que he escuchado que hay una comunidad haitiana creciente aquí en Chile. Antes de ser obispo yo trabajaba con la comunidad haitiana en Miami. Entonces vine a visitar a las comunidades acá, conocerlos y celebrar la misa con ellos en creol. Es una visita de solidaridad con el pueblo haitiano". Por eso que el programa contempló visitas a las diversas zonas pastorales y parroquias con presencia haitiana.

El pastor afirmó que el haitiano viene para superarse, buscando un futuro de esperanza, porque "desafortunadamente en Haití no ven esa esperanza, entonces la buscan en otros lugares y Chile es uno de ellos, como Estados Unidos y Brasil. El haitiano es muy trabajador y tiene un sentido religioso muy fuerte. No se rinde ante las dificultades y sigue adelante tratando de superarse".

Monseñor Wenski recordó que los padres del Concilio Vaticano II dijeron que el hombre, el ser humano, solo puede realizarse a través del don de sí mismo. "Yo creo que debemos cuidar la emigración como una expresión de ese darse uno mismo, porque los migrantes no vienen buscando aventuras, sino con un propósito muy claro, ayudar a sus familiares. Por eso que donde están los haitianos hay una oficina de Western Union, para enviar las divisas a su patria, y eso es el don de sí mismo, el sacrificio para el bien de sus familias", reflexionó el obispo estadounidense.

Acerca de su conversación con el Arzobispo de Santiago dijo: "El cardenal entiende muy bien los retos de los migrantes. La Iglesia siempre es una, no hay extranjeros dentro de la Iglesia, porque todos somos hijos de Dios y tenemos que dar testimonio de que la diversidad de razas, pueblos o idiomas no nos divide como seres humanos. Lo que nos divide es el pecado, la "diversidad" de enriquecernos".

Por su parte, el cardenal Ezzati manifestó que la visita del Arzobispo de Miami "es un gesto de mucha fraternidad con la Iglesia en Chile de parte de la Iglesia en los Estados Unidos. Él viene como representante de la Pastoral de la Movilidad Humana, y el tema de los migrantes para nuestro país es muy importante, expresa la identidad de nuestro ser cristianos". Precisó que por definición los cristianos "somos un pueblo unido en el amor por Jesucristo", y agregó que la visita de monseñor Wenski "es una expresión de esta realidad cristiana, muy viva y necesaria, que expresa desde la perspectiva humana y civil el gran ideal de ser una patria grande, donde en cualquier parte del mundo uno se pueda sentir en su propia casa, más allá de la lengua, las costumbres y la cultura. Así que aprecio enormemente esta visita".

El dignatario eclesiástico norteamericano viajó a Santiago acompañado del padre Juan Molina, director ejecutivo de la Colecta de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos para América Latina. Por otra parte, también participo en este encuentro el padre Marcio Toniazzo, director del Departamento de Movilidad Humana del Arzobispado de Santiago.