Diáconos permanentes y esposas renovaron promesas ante el cardenal Aós

Al comenzar la homilía, el pastor invitó a los diáconos a tomar las manos de sus esposas y a decirles “te quiero” y agradecer el amor mutuo. Luego afirmó: “Esto es lo que hace Dios, nos ama”, y las liturgias de la Semana Santa, agregó, son una expresión de ese amor, como el día de su ordenación diaconal, que fue “compromiso y entrega”. Les recordó que “ustedes son parte del clero y están viviendo su vocación en sus familias y con sus familias, destinados al servicio de la caridad y el altar, sirviendo a los pobres principalmente”, mientras “el mundo busca el poder, tener éxito y dinero, vivir en la comodidad, el placer y el lujo”. Al referirse a los matrimonios de diáconos, dijo que “son apóstoles de la familia, se aman y se sirven unos a otros”, a pesar que no es fácil el amor en la familia, ni en la parroquia, ni en la Iglesia, ni en el mundo. 

Más adelante señaló que “el mundo sufre por los pecados, pero el mundo no está loco ni perdido, está redimido, y nosotros no debemos ni amar ni justificar el pecado, la violencia, la injusticia, el mal. Pero sí debemos amar lo bueno, lo bello, lo justo que hay en el mundo, en la Iglesia”. Les agregó que hay personas santas y los diáconos están llamados a la santidad, “ser santos es servir”, precisó. También los llamó a prestar hoy el servicio urgente de una oración profunda, “porque sin la oración será difícil mantenerse en el servicio y en el amor ministerial”.

Las nuevas traiciones a Jesús

En relación con el evangelio sobre la traición de Judas a Jesús, el cardenal Aós señaló que ante algunos que se hacen diáconos, que buscan servir y gratuidad, ”hay otros que buscan prestigio, poder, beneficios, dinero. Las nuevas traiciones a Jesús pasan por el clericalismo, la búsqueda del propio beneficio, la crítica de todos y de todo, la sospecha, nuevas traiciones frente al camino de la luz”.

El Arzobispo de Santiago dijo que cuando reza da gracias a Dios “por ustedes los diáconos, por su generosidad, entrega y su trabajo  ministerial”.

Terminada la homilía, los ministros y sus esposas renovaron ante el pastor, sus promesas de amor y fidelidad en el matrimonio y vivirlo fielmente en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y la riqueza. Y luego, juntos renovaron su compromiso de servicio y testimonio del amor de Jesucristo en el ministerio del diaconado. Los más de 250 diáconos conectados a esta liturgia más sus esposas, fueron representados en esta renovación de sus promesas por monseñor Alberto Lorenzelli y el padre Carlos Godoy.

En el momento de la Oración de los Fieles, hubo una petición especial por los diáconos fallecidos en este tiempo: Patricio Iván Saavedra, Simón Rebolledo, Henry Sergio Rojas, Francisco Javier Gil, Gerardo Rodrigo Herrera y Miguel Machuca.