Masiva participación en Jornada de Laicos de Santiago

Una reconfortante cena y luego el primer encuentro en la capilla principal. Ya entrada la noche los asistentes tuvieron la oportunidad de dialogar en grupos. Tras ese momento de compartir experiencias, motivaciones y los frutos que han surgido de la experiencia misionera y misericordiosa del 2016, con la mirada puesta en las acentuaciones para este año; se hizo oración antes del merecido descanso.

El sábado, antes de las 8 de la mañana el rezo de laudes convocaba a iniciar la jornada, donde se recogieron los frutos que las propias comunidades reconocieron de su acción evangelizadora. Aquellos desafíos, aquellos dolores que ven en los rostros de su territorio parroquial día a día.

Fortalecer la actitud misionera

Tras un video que dio a conocer experiencias de misión en diversos lugares de Santiago -donde se ha aplicado con logros y dificultades, el método misionero impulsado por el Arzobispado- monseñor Héctor Gallardo, Vicario para la Pastoral, animó a los presentes: "Desde el 2009, con Aparecida, hemos querido profundizar la Misión. Es el estilo que queremos vivir en la iglesia de Santiago. De qué sirve una parroquia 'bonita' sino salimos a anunciar a Jesús entre los más pobres, solitarios, explotados. Tiene que palpitar en nosotros un ser Misionero, en comunidad, no solos. Una gran comunidad de la iglesia de Santiago que sale al encuentro".

"Hay muchas respuestas 'de manual' en la parroquia que son perfectas: 'Atendemos una vez a la semana, está fuera de horario, venga otro día'... Jesús acoge siempre, en todo momento, con el corazón. Actitud misionera de mirar con los ojos de Jesús", recordó el padre Héctor.

Tras un nuevo trabajo grupal por decanatos, los cientos de agentes pastorales se reunieron con el cardenal Ricardo Ezzati. En la oportunidad el arzobispo señaló: "Somos una Iglesia que camina en comunión, de forma sinodal todos juntos. Qué hermoso es percibirnos como una Iglesia animada por el Espíritu Santo y que quiere ser obediente, especialmente a la voz espíritu". Luego invitó a "Ubicar el corazón en lo que es fundamental de la vocación cristiana. Ubicar nuestro corazón allí donde el Espíritu nos invita a ubicarlo. Para que el corazón de la iglesia, la misión de la Iglesia esté sobre la roca firme del Señor. En estos días de cuaresma, los profetas nos recuerdan la invitación del Señor a poner nuestra vida en Él. El llamado es a no enceguecernos con otras propuestas que no son la vida abundante que el Señor le promete a su pueblo".

Luego el cardenal dijo: "Ud. han escuchado y el Papa lo repite constantemente: La iglesia no es una ONG. Las ONG realizan un trabajo importante, y esperamos que todas sean muy honestas. Una ONG buena que busca el bien, la ayuda solidaria, el progreso de la vida humana para tantos y tantas es ciertamente una institución que estamos llamados a aplaudir. Pero no somos una ONG, porque su raíz, su fundamento viene del corazón de Dios. Y está llamado ser sacramento -como nos recuerda del Vaticano II-, signo palpable eficaz de lo que Dios quiere para su pueblo y para toda la gente: Ser servidores de la vida plena para toda las personas. La Iglesia haciendo incluso cosas buenas no es una ONG, es un misterio en el sentido más profundo. Nos revela lo que Dios mismo ha pensando. Lo que el bautismo ha engendrado en nuestra propia vida humana, para que crezca y sea instrumento de vida para todos los demás. La iglesia es signo de esa intima unión de Dios con los hombres y de los hombres entre sí, en virtud de Cristo Jesús".

Agregando "Aquí nos encontramos hoy día como les decía hombres, mujeres, jóvenes, adultos y ancianos. Aquí nos encontramos catequistas, agentes de pastoral en los diversos campos de la acción de la Iglesia, para hacer presente el rostro de Jesucristo salvador de Cristo el Señor como la esperanza que no engaña".

Luego del mensaje del Arzobispo, todos los presentes celebraron la eucaristía. Un momento especial se vivió en el momento de la oración de los fieles que estuvo a cargo de un par de jóvenes de las comunidades. También al finalizar la eucaristía se realizó una especial bendición a todos los representantes juveniles de parroquias y movimientos los que fueron enviados especialmente a animar el X° Sínodo de Santiago, en sus ambientes.

Salir al encuentro de la Familia

Durante la tarde del sábado se realizó la presentación del proyecto de colaboración y trabajo conjunto entre la Delegación Episcopal para la Familia (DEFAM) y el Tribunal Interdiocesano, que busca dar formación canónica a agentes pastorales entre los años 2017 y 2019 en cada vicaría zonal y ambiental, además de las parroquias de la Arquidiócesis de Santiago, para cumplir mejor con el proceso de nulidad matrimonial, que busca "discernir y acompañar las situaciones de matrimonios y parejas que vivan situaciones irregulares o de dificultad, viendo la posibilidad de derivarlos, bien sea a la DEFAM, de modo que puedan recibir ayuda y acompañamiento psicológico, psiquiátrico, orientación familiar y espiritual", dijo el padre Jaime Ortiz de Lazcano, vicario judicial.
Tras nuevos trabajos grupales, se realizó la presentación de la Catequesis familiar y el Plan vocacional.

Profundizar la experiencia de la misericordia de Dios

"Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. Den, y se les dará. Les volcarán sobre el regazo una buena medida, apretada, sacudida y desbordante. Porque la medida con que ustedes midan también se usará para ustedes» Con esta lectura del Evangelio de Lucas se inició la vigilia donde se oró especialmente por quienes más sufren, motivando a vivir una actitud misericordiosa, y se pidió por una iglesia donde los jóvenes sean protagonistas.

X° Sínodo de Santiago "Jóvenes, la Fe y el discernimiento vocacional"
El domingo, la jornada final estuvo dedicada a dar conocer el proceso del Sinodo de Santiago dedicado a los jóvenes. En la oportunidad se recordó que el sínodo es de toda la Iglesia de Santiago, que acentúa la dimensión juvenil. Una moción del Espíritu que tiene una trascendencia muy grande para el presente y futuro de la Iglesia.