Click acá para ir directamente al contenido
Artículo

Jueves 20 de abril de 2017

“Que la paz del Señor la regale también Venezuela”

En una multitudinaria eucaristía, donde participaron más de mil personas, llevada a cabo en la Parroquia Latinoamericana para la comunidad venezolana en Santiago, el cardenal Ricardo Ezzati pidió por la paz en el país. “El odio y la muerte no son las últimas palabras de la historia. Las últimas palabras son el amor y la vida”, señaló el pastor de la Iglesia de Santiago.

Periodista: Francisco Morón M.

Niños, jóvenes y adultos de nacionalidad mayoritariamente venezolana llegaron hasta la parroquia ubicada en la comuna de Providencia, para celebrar la misa en un día muy especial para ellos. “Esta eucaristía tuvo un gran sentido para nosotros, ya que como no estamos en nuestra patria, donde en este momento hay una lucha y mucha gente está sufriendo, nada mejor que tomarnos de las manos de Jesús y orar por nuestro país, que creo que es lo que más necesita, mucha oración. Mientras lo hagamos en familia más fuerza tiene. Para nosotros es maravilloso que la Iglesia de Santiago ore junto a nosotros por Venezuela”, señaló  María Laura Lizcano, de la comunidad de venezolanos.

Por su parte, el cardenal Ricardo Ezzati deseó en su homilía que “ la paz del Señor resucitado habite en el corazón de cada uno de ustedes, de sus familias y de una manera muy particular en este tiempo, habite en su querido Venezuela, parte tan hermosa de nuestra patria grande que es América Latina”.

También comentó que “con los obispos de Venezuela en muchas ocasiones hemos reflexionado y orado por lo que sucede en su patria. Y hemos vivido y seguimos viviendo en la oración y en la comunión los anhelos más bellos y más profundos del pueblo venezolano”.

La eucaristía fue muy emotiva gracias a la gran fe que tiene el pueblo venezolano, y el arzobispo lo hizo notar: “Los felicito por su vocación, por su amor. Quisiera que, de verdad, juntos podamos pedirle al Señor el don más grande que cualquier pueblo puede anhelar, el don de la concordia, el don de la paz, el don de mirar juntos un proyecto grande de patria, ese proyecto que solo Dios y su infinita bondad nos puede invitar. Sin Dios no hay fraternidad, Él es padre”.

Para finalizar, señaló que la casa de Dios es la casa de todos: “Quisiera invitarlos a no olvidar nunca que la Iglesia tiene las puertas abiertas para ustedes y sus familias. No solo para acogerlos, también para integrarlos”.

Alexandra Colmenares, venezolana residente, dijo al final de la celebración que “la misa estuvo hermosa, la unión, la oración y el estar con Dios no va a ayudar a salir de este momento tan complicado que está viviendo nuestro querido Venezuela. Las palabras del Arzobispo de Santiago fueron muy motivadoras, nos llenaron de fuerza, que es lo que nos hace falta hoy".