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Viernes 2 de febrero de 2018

COLUMNA: Francisco y el rol social de la educación

Escuchar al Papa hablar de educación en el reciente encuentro en la Universidad Católica, ha sido un privilegio y un asombro a la vez. Sus palabras hacen mención a grandes verdades trascendentes, pero también nos sorprende lo actuales y vigentes que están hoy. Menciona a una sociedad “liquida o ligera, un término muy moderno para definir a la sociedad actual y al “ritmo acelerado….que se impone en nuestras sociedades”. Lo cual da cuenta de un Papa muy cercano a la realidad, al día a día de todos nosotros. Un Pastor muy cercano a la vida cotidiana.

Fotos: Duoc UC

Periodista: Carmen Gloria López, Vicerrectora Académica Duoc UC

Luego nos da una clase magistral sobre la esencia de una buena educación, aquella que integra y no divide. Su frase "una educación -alfabetización– que integre y armonice el intelecto -la cabeza-, los afectos -el corazón-, y la acción -las manos-" es de una profundidad y vigencia extraordinaria. Más aún en esta era de cambios acelerados, en que la memorización de los contenidos no tiene importancia, sino que la capacidad de aprender a aprender, la capacidad de juntar la reflexión con la acción, como bien decía el Padre San Alberto Hurtado. Se aprende no sólo con la mente, está demostrado que para aprender se requiere la participación del sistema emocional y que aquello que se hace o vive, se aprende de manera mucho más rápida. Algo que la Educación Superior Técnico Profesional ha sabido recoger en mejor forma que la universitaria.

La Educación Técnica Profesional, desde el 2003, enseña con una metodología por competencia, donde se aprende haciendo y luego reflexionando sobre lo realizado, pensando en la forma en que se logró terminar la tarea. Los conocimientos están al servicio de lograr un objetivo, lo que prepara de mejor manera a los jóvenes para el trabajo.

Las universidades tienen un rol muy importante en el descubrir y pensar en los grandes temas de la humanidad, aun así el Papa nos recuerda que "el conocimiento siempre debe sentirse al servicio de la vida y confrontarse con ella para poder seguir progresando". A veces se olvida esta conexión del conocimiento con la vida, con la cooperación, con el ser comunidad, y se trabaja de forma aislada a la sociedad. Solemos dividir para entender los desafíos más complejos, pero eso puede llevarnos a conclusiones erróneas.

A veces creemos que podemos investigar o lograr resultados en forma solitaria, aislados del mundo y de la gente. El Papa nos llama a hacer un esfuerzo de integración: "De ahí que la comunidad educativa no puede reducirse a aulas y bibliotecas, sino que debe ser desafiada continuamente a la participación. Tal diálogo sólo se puede realizar desde una episteme capaz de asumir una lógica plural, es decir, que asuma la interdisciplinariedad e interdependencia del saber."

Definitivamente es un Papa muy moderno que nos habla de un mundo interdisciplinar, donde las carreras ya no son silos, porque en este mundo complejo y moderno eso nos queda corto. Un profesional de informática tiene que saber de diseño, de servicio al cliente, de administración, de salud, si quiere trabajar en esa área. Las carreras son una base, pero deben ofrecer caminos interdisciplinarios a los estudiantes para que cada uno se forje su propia trayectoria formativa.

Por último, el Papa se dirige a los profesores, de una manera tan bella que no me atrevo emitir comentario: "Y cuando el profesor, por su sapiencialidad, se convierte en «maestro» es capaz de despertar la capacidad de asombro en nuestros estudiantes. ¡Asombro ante un mundo y un universo a descubrir".