Click acá para ir directamente al contenido
Artículo

Jueves 8 de marzo de 2018

La mujer es imprescindible para la Iglesia

En una nueva conmemoración del Día Internacional de la Mujer, en que se recuerda la muerte de más de un centenar de trabajadoras encerradas en una fábrica durante un incendio en Nueva York en 1911, la Iglesia de Santiago ha querido destacar a algunas mujeres que participan activamente de algún espacio eclesial y que con su trabajo y haciendo carne el Evangelio, contribuyen a mejorar y transformar la vida de muchos y muchas.

Fotos: Nibaldo Pérez

Periodista: Natalia Castro Díaz

Fuente: Comunicaciones Santiago

Link fuente: http://www.iglesiadesantiago.cl

¿Qué haría Cristo en mi lugar? Es la pregunta que se hacen a diario estas mujeres que animadas por su fe ponen a disposición de Cristo sus capacidades y talentos, son mujeres “power”.

Siempre presentes

Desde el comienzo la mujer ha tenido un papel relevante dentro de la historia del cristianismo. La propia María, es sin duda, clave en su rol de madre de Jesús. Su figura es tan clave que el Papa Francisco a través de un Decreto de la Congregación para el Culto Divino, ha establecido los primeros días de marzo de 2018, que la memoria de la “Virgen María, Madre de la Iglesia” se celebre cada año el lunes siguiente a Pentecostés. Santa Ana, Santa Rita, Santa Teresa de Ávila, Santa Teresa de Los Andes, Santa Teresa de Calcuta; son solo algunos nombres de mujeres que han marcado con su fe, pensamiento y obras, la historia de la Iglesia universal.

Predicar con el ejemplo

Al interior de nuestra propia Iglesia existen mujeres que diariamente ponen sus competencias al servicio de la comunidad y de Cristo. Les preguntamos cómo ha ayudado en su vocación cristiana trabajar en el Arzobispado de Santiago y cómo ven la participación de las mujeres.

Nelda Campos. Directora de Gestión de Ingresos

“Me ha permitido durante estos 11 años darme cuenta que Dios tiene y siempre tuvo un plan para mí.  No tenía planificado trabajar "en" la Iglesia, mi aporte siempre lo pensé  participando en la parroquia, pero es distinto cuando estás dentro.

En cada reunión, cuando creo un informe, realizo un taller, una capacitación, participo en una Misa animando a la feligresía con el 1%, escribo un email, tengo una conversación con un sacerdote, con las visitadoras del 1%, etc, intento dar el 200% y te vas dando cuenta que cada acción que realizas por muy grande o pequeña que sea, es parte activa de la construcción del Reino y eso me fortalece, me obliga a ser muy profesional y me recuerda cada día que estoy al servicio de mi Iglesia y eso me hace sentir muy feliz, siento que este es el lugar donde Dios quiere que esté hoy”.

Hna. Nelly León. Capellán Cárcel de Mujeres

“Yo creo que la Iglesia hay que dividirla en dos partes. Una es la Iglesia en sí mismo, como pueblo de Dios, en el cual los que participan mayoritariamente son mujeres, las que vamos a misa, las que participamos en los coros, las que estamos en la labor social, la que estamos al frente del mundo del dolor, la mayoría somos mujeres, las que limpian y mantienen las Iglesias son mujeres también. Cuando nosotros hablamos de Iglesia como jerarquía, yo creo que ahí estamos al debe con la participación de la mujer, en la toma de decisiones, porque el rol de la mujer está más bien en el nivel de asistencia o colaboración”.

“Creo que hay mujeres súper capacitadas para estar en equipos de liderazgo dentro de la Iglesia, en las tomas de decisiones, ahí debemos profundizar, sentarnos a reflexionar de qué forma, mujeres capacitadas pueden incorporarse y quizá hacerle un poquito más de caso al Papa Francisco que dijo que la dignidad de las personas, de las mujeres no se transa, no se toca, se acaricia y se cuida”.

Paulina Pérez. Directora Promoción de Ambientes Sanos

“A lo largo de mi experiencia laboral he tenido la posibilidad de estar en contacto con situaciones en donde el dolor humano ha estado presente, y justamente en la cara de los más vulnerables  que son los niños y jóvenes. Al inicio parecía ser una cuestión no muy pensada, pero al ir madurando, me fui dando cuenta que en ellos reconocía el rostro de Cristo, y que en ese encuentro personal, mi Fe, que en algún minuto sentía que tambaleaba, se fue fortaleciendo aún más, enriqueciéndose de experiencias maravillosas de amor incondicional.

Mi profesión de psicóloga, conjugado con mi ser mujer, madre, esposa, compañera de trabajo, amiga, y todos los roles en que como laica soy parte de esta Iglesia, me han ayudado a poner en práctica de una manera, ojalá siempre humilde, el ser constructora del Reino del Señor. Justamente en la labor realizada en el Departamento de Prevención, actitudes como la acogida, el desarrollo de la empatía, la integración de la afectividad, el “buen trato”, son herramientas fundamentales que deben ser cultivadas para lograr realmente la promoción de ambientes sanos”.

Hna. Nora Valencia. Directora del Hogar Santa Clara

“El rol fundamental de las religiosas es ser discípulas de Jesucristo, ejercemos el servicio a la caridad, estamos insertas en el Cristo sufriente, estamos cerca del dolor, ejercemos un rol maternal en el caso nuestro de atender a estos niños que han sido vulnerados en sus derechos. La religiosa hoy está inserta en muchos campos, estamos en lugares de misión, en colegios, en una gran cantidad de servicios, que antes era impensable en la Iglesia”.

“Yo siento que el principal desafío como mujeres es hacernos escuchar, nosotras trabajamos mucho y cumplimos un rol humanizante como religiosas, porque estamos muy cerca de la gente que sufre, hay religiosas que son temporeras, religiosas que trabajan en la cárcel, religiosas que trabajamos en diferentes ámbitos y tenemos la experiencia in situ, no porque nos cuentan”.

 Ana Leighton. Directora Pastoral de Educación Superior, Vicaría para la Educación

“Tengo una larga trayectoria pastoral y actualmente trabajo en la Vicaría para la Educación. Anteriormente me desempeñé en la coordinación del trabajo el Área Animación Solidaria en la Vicaría Pastoral Social Caritas, desde donde se atiende y acompañan realidades tales como el embarazo y maternidad adolescente, la violencia intrafamiliar y comunitaria, la privación de libertad y sus efectos en las familias, la precariedad de entornos y  hábitat, el trabajo infantil y adolescente, la condición de personas en situación de calle y el trabajo con mujeres emprendedoras y la ampliación de sus oportunidades.

Trabajar en la Iglesia requiere de un compromiso importante, un compromiso desde el Evangelio, es decir, desde el  respeto a  las personas,  su dignidad y en su capacidad de transformar sus vidas desde la promoción de su participación protagónica. Por tanto el trabajo que he desarrollado por años, me ha permitido como mujer crecer en  convicciones y tener una mirada esperanzadora de la vida”.

Mónica Undurraga. Delegada Episcopal para la Familia

“Me ha ayudado mucho para poder entender las diversas situaciones por la que atraviesa la familia. Yo creo que en la Iglesia hemos ido caminando y avanzando en espacios para las mujeres,  pero creo que aún queda harto por hacer a nivel de sociedad en general. El hecho de que el Arzobispo haya nombrado un matrimonio a la cabeza de la pastoral familiar, es un tremendo giro. En las comunidades de base hay muchas más mujeres que hombres, sin embargo los cargos más importantes están siempre en manos de los hombres.

Fuimos creados mujeres y hombres, distintos. Iguales en dignidad, pero diferentes. Y creo plenamente en esas diferencias. La mujer humaniza el mundo, acerca el mundo. Podemos hacer todos los roles, pero de diferente forma, porque el Señor nos creo distintos y complementarios”.

 

Mujeres que encarnan el Evangelio a diario desde las bases


María Aránguiz. Agente Pastoral Capilla Santísima Trinidad

Llegamos a la Villa Los Álamos en la comuna de La Florida. Nos recibe María Aránguiz, vestida de impecable rojo, de inmediato nos empieza a contar detalles de su vida y de su población, detalles que nos dan luces de una personalidad extrovertida y sociable.

Al ir adentrándonos en la conversación nos damos cuenta de inmediato de la vitalidad y actividad de María. Es visitadora del 1%, presidenta del Club de Adulto Mayor “El Paraíso”, miembro de la directiva de un Comité de Adelanto y de un Comité de Mejoramiento, catequista de preparación al matrimonio, además de madre, abuela, esposa y mujer.

María es parte del Programa Organiza de la Vicaría de la Pastoral Social, a través del cual recibe capacitación y asesoramiento como dirigente social para ayudar a sus vecinos a acceder a mejores condiciones de vida.

“Me preocupa un montón el mejoramiento de nuestra comunidad, así que formamos un Comité de Mejoramiento, hace ocho años. La verdad es que estábamos bien debilitados nosotros nos hemos ido fortaleciendo con el apoyo que nos ha prestado la Vicaría para la Pastoral Social. La vicaría ha sido para nosotros algo fundamental porque nos ha preparado como dirigentes, nos ha enseñado a fortalecer nuestros derechos, nuestros deberes y eso para nosotros ha sido importante, porque hemos vivido jornadas, retiros, es una preparación ardua”, señala María.

Con respecto a las cosas que ha dejado de lado por la entrega a su comunidad señala “valió la pena porque la gente ha recibido beneficios y nos hacen saber que a ellos les cambió la vida porque están viviendo más cómodos y sus casas están en mejor estado, en todos lados puede estar el rostro de Cristo”.

Silvia Quintanilla. Directora  Proyecto Sol de la comunidad Papa Juan XXIII

Silvia inició su vida cristiana como la mayoría de la personas, recibiendo los sacramentos, pero a medida que pasaba el tiempo fue descubriendo que tenía una inquietud vocacional mayor, el deseo de seguir a Cristo y ponerse al servicio de quienes más lo necesitan.

“Tenía una inquietud vocacional donde sentía que comprometerme al camino de evangelización no lo podía hacer sola y había cierta ansiedad por descubrir en qué espacio me podía incorporar, porque no me convencía el espacio de agente pastoral tradicional de parroquia, no era el llamado a ese tipo de actividad lo que me motivaba”, cuenta Silvia.

Hoy, Silvia es parte de la comunidad Juan XXIII, una comunidad que en Chile es pequeña y que tiene 35 miembros, con presencia en Santiago, La Serena y Valdivia. Fue en esta comunidad donde pudo desarrollar su vocación y poner sus talentos al servicio de los que ella misma define como “los últimos”.

“Jesús se encarna en distintos rostros y este rostro puede ser infinita cantidad de gente, una persona que está en situación de calle, una mujer que está viviendo un embarazo difícil, gente que está con problemas de drogadicción. Todos esos contextos son rostros de Jesús”, comenta.

Dentro de esta comunidad, es Directora del Proyecto Sol, que busca la inclusión  social de las personas sordas y sus familias, abarcando áreas de educación formal, concientización de la cultura sorda, lengua e identidad y participación social.

Para esta joven, que sin duda representa el espíritu de liderazgo que requiere nuestra Iglesia, “probablemente somos más mujeres que hombres en las comunidades, en general la participación de la mujer dentro de la Iglesia está, hay espacios. Quizá falta generar una discusión de qué tipos de espacios. Creo que se podrían abrir muchos más caminos, falta y se puede marcar una diferencia en abrirse a otros llamados, por ejemplo: cómo la Iglesia acompaña a las mujeres que están con problemas de prostitución y cuántas mujeres estamos trabajando en esa línea, cuántas mujeres estamos desde la Iglesia estamos trabajando con mujeres que estén en drogas, en discapacidad. Yo creo que lo que falta es abrir nuevos espacios que no están identificados. Hay que expandirse a nuevos horizontes”. 

Ampliar los espacios en la Iglesia

Ya desde los tiempos del Pontificado de Juan Pablo II se hablaba del rol de la mujer y el propio Pontífice aludía al “genio femenino” para abordar el tema de la dignidad y la vocación de la mujer.

En la actualidad, el Papa Francisco ha usado expresiones como “la mujer es imprescindible para la Iglesia”, "es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia", para invitar a la reflexión en torno a la participación de la mujer dentro de la Iglesia Católica.

Junto a lo anterior el Papa ha agregado, “la mujer tiene una estructura diferente del varón. Pero los discursos que oigo sobre el rol de la mujer a menudo se inspiran en una ideología machista. Las mujeres están formulando cuestiones profundas que debemos afrontar".

Pero además de la reflexión, uno de los pasos importantes que dio el actual Sumo Pontífice, fue crear el año 2016 una comisión de estudio respecto al “Diaconado de las Mujeres”. Esta comisión está compuesta por 13 miembros de los cuales seis son mujeres.

¿Qué dice el pastor de Santiago?

“La Iglesia le debe muchísimo a las mujeres que desde su identidad católica y cristiana transmiten no solamente la vida física, sino que la vida de fe en los hijos y en las generaciones nuevas. La mujer está presente en todos los ámbitos de la vida de la Iglesia,  en el ámbito de las comunidades eclesiales de base, en el servicio a la catequesis y la solidaridad, en el ámbito de la educación, de la cultura, del arte. Sin la presencia de la mujer no seriamos Iglesia”, señala enfático el cardenal Ricardo Ezzati.

Pero además de destacar el rol de las mujeres dentro de la Iglesia, que componen mayoritariamente las comunidades de base de la Iglesia, el pastor hace una invitación a seguir avanzando en espacios para las mujeres señalando, “en el ámbito de la pastoral hay que seguir abriendo espacios nuevos para que la Iglesia pueda reconocer en la mujer todo el servicio que puede prestar al dinamismo y al servicio de la iglesia”.