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Domingo 18 de marzo de 2018

Virgen del Carmen: Dos siglos de amor y de gracia

En medio de cantos, bailes y devoción, el Arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, celebró este domingo 18 de marzo, en el Santuario Nacional de Maipú, los 200 años de la promesa del pueblo chileno de erigir un templo en honor a la Virgen del Carmen, patrona de Chile.

Fotos: Jorge Salomón

Periodista: Enrique Astudillo Baeza

Fuente: Iglesia de Santiago

Link fuente: http:/www.iglesiadesantiago.cl

Y así fue. La multitudinaria "Fiesta de la Promesa" como los fieles le llaman, no escatimó en festejos. Desde muy temprano cientos de personas comenzaron a preparar la jornada, la que debía estar llena de signos y rituales. Es por ello, que nada quedó al azar. La música, las vestimentas, jugaron un rol fundamental para hacerle un cariño a la patrona de Chile.

Marcia Romero, caporal del baile de la Agrupación "Sambos Caporales", quien lleva más de 40 años bailando para la Virgen, es un fiel reflejo de lo anterior: "Para nosotros es sumamente gratificante todo esto. También es un signo para las demás generaciones, porque nosotros somos los que debemos darle ese empuje a través de estas tradiciones de fe, para que así, no se muera nunca", expresaba.

El inicio de la eucaristía fue tan solemne como pomposo. Al ritmo de bailes religiosos, la imponente "Cruz de Chile", símbolo del templo, precedía a la imagen de la Virgen del Carmen y 200 niños flor en mano, representaban también, estos dos siglos de aquella promesa que Bernardo O'Higgins y el general José San Martín realizaran en estos mismos suelos, de levantar un santuario para sellar definitivamente la Independencia.

Tras toda esta solemnidad, el cardenal Ricardo Ezzati y el padre Carlos Cox, rector del Santuario Nacional de Maipú, daban inicio a la misa, con una sonrisa que invitaba a entrar en oración a la liturgia.

"Han llegado hasta aquí con toda su fe a celebrar y a manifestar su cariño a la Virgen del Carmen para que acoja a sus niños, a sus familias, y ustedes con sus bailes, con su música, han expresado esta convicción profunda que entre el pasado y el presente de Chile, se fundamentan en la palabra de Dios", fueron las primeras palabras de la homilía del cardenal Ezzati.

Luego, y a la luz del Evangelio de Juan - que relata los momentos en que unos griegos se acercan a los apóstoles para poder ver a Jesús- añadió: "Este evangelio quisiera que fuera como el mensaje central de esta celebración. ¡Queremos ver a Jesús! Y esa petición de queremos ver a Jesús, es la petición de tanta gente de nuestro pueblo. Queremos ver a Jesús. Sus hijos, sus niños, quieren ver a Jesús. Sus poblaciones, sus comunidades quieren ver a Jesús. Y cuál es la tarea de ustedes, a través de la vida cristiana vivida en cada una de sus comunidades, la tarea es mostrarles a Jesús", dijo.

Antes de finalizar su exhortación, no dejó de relevar la gran admiración del pueblo chileno a la Virgen del Carmen y los frutos que da en mucha gente: "El futuro de nuestra vida, de nuestras familias, la felicidad de Chile, consiste en que podamos ver a Jesús y podamos construir la vida personal y la vida de nuestra patria sobre el cimiento de Jesús", invitando a traspasar la fe a los más pequeños por medio de estas tradiciones.

El padre Carlos Cox, rector del Santuario Nacional de Maipú, también agradeció las palabras del Arzobispo de Santiago: "No es casualidad que la última gran misa del Papa en Chile haya sido en Iquique en medio de bailes religiosos. Donde se mostró que la experiencia de fe más universal es por medio de bailes religiosos. Y uno hace fiesta cuando conmemora algo bonito y que Dios está con nosotros. Lo que nos regaló hoy el cardenal es darnos cuenta que celebrar en Chile y concretamente en Maipú los 200 años, es una gran fiesta, porque nos hace ser agradecidos de lo que Dios nos ha regalado en nuestro camino independiente, pero también responsable del futuro".

Francisco Romero, con casi medio siglo en los bailes religiosos a la Virgen del Carmen, no cabía en emoción por todo lo vivido: "La visita del cardenal Ezzati es un orgullo y un impulso nuevo hacia los bailes y hacia la fe de todos nosotros. Con lo de hoy, los más jóvenes también demuestran la fe y siguen nuestros pasos para que esto siga vivo".

Todo culminó con la renovación de las promesas de fe, de manos del cardenal Ricardo Ezzati y el padre Carlos Cox, hacia los "promeseros", encargados de las distintas agrupaciones y cuerpos musicales folclóricos, quienes llegaron desde distintas partes del país, comenzando por Iquique y terminando por Pichilemu.