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Artículo

Martes 27 de marzo de 2018

Un libro directo a sus más fieles seguidores

“Los jóvenes están hechos de la misma pasta que Dios. Apoyarlos a ellos es apoyar el futuro de la Iglesia y de la humanidad”. Con esta esencia arranca “Dios es joven”, libro que se nutre de las entrevistas y conversaciones inéditas que Thomas Leoncini, periodista muy próximo a Francisco, y cuyo principal anhelo es llegar al corazón de todos los cristianos, ha mantenido con el Pontífice sobre el tema.

Fotos: Nibaldo Pérez

Periodista: Enrique Astudillo Baeza

Fuente: Comunicaciones Santiago

Link fuente: http:/www.iglesiadesantiago.cl

Después de la trascendencia del Año de la Misericordia en 2016, el Papa Francisco decide realizar este año la XV Asamblea Sinodal de Obispos en Roma con el lema "Jóvenes, fe y Discernimiento Vocacional", hito donde el Santo Padre demuestra su convencimiento de que los jóvenes son los grandes olvidados y desencantados de nuestro tiempo, pero al mismo tiempo, que ellos son lo mejor de la vida.

Esa es quizás la premisa mayor para que el Papa Francisco, por medio de "Dios es joven", afronte el tema de la juventud, releve el Sínodo de Obispos y mantenga como asunto central de El Vaticano a los jóvenes.

Este libro de trascendencia histórica donde es la primera vez que Francisco se dirige directamente a los jóvenes, se inserta además, en el camino de preparación de nuestro X Sínodo de Santiago, que tendrá lugar entre el 19 al 21 de mayo de 2018, con su gran Asamblea Sinodal en Pentecostés.

"Dios es joven" de 160 páginas, fue lanzado el pasado 20 de marzo de manera simultánea en 18 lenguas y llega a Chile por medio de Editorial Planeta, con una gran repercusión mediática y presentación.

Extractos de "Dios es Joven"

"Debemos pedirles perdón a los chicos porque no siempre los tomamos en serio. No siempre los ayudamos a ver el camino y a construirse aquellos medios que podrían permitirles no acabar rechazados. A menudo no sabemos hacerles soñar y no somos capaces de entusiasmarlos. Es normal buscar dinero para construir una familia, un futuro, y para salir de ese papel de subordinación a los adultos que hoy los jóvenes sufren durante demasiado tiempo. Lo que cuenta es evitar experimentar la codicia de la acumulación. Hay personas que viven para acumular dinero y piensan que tienen que acumularlo para vivir, como si el dinero se transformara después en alimento también para el alma. Esto significa vivir al servicio del dinero, y hemos aprendido que el dinero es concreto, pero dentro tiene algo de abstracto, de volátil, algo que de un día para otro puede desaparecer sin previo aviso; piensa en la crisis de los bancos y en las recientes suspensiones de pagos".

"Los jóvenes piden ser escuchados y nosotros tenemos el deber de escucharlos y acogerlos, no de explotarlos. No valen excusas. [...] Gobernar es servir a cada uno de nosotros, a cada uno de los hermanos que forman el pueblo, sin olvidar a ninguno. Quien gobierna debe aprender a mirar hacia lo alto solo para hablar con Dios y no para jugar a ser dios. Y debe mirar hacia abajo solo para levantar a quien ha caído".

"La mirada del hombre debe ir siempre en estas dos direcciones. Si queréis ser grandes, mirad hacia arriba a Dios y hacia abajo a quien ha caído: las respuestas a las preguntas más difíciles se encuentran siempre mirando en estas dos direcciones a la vez. [...] La peor consecuencia del pecado en que puede caer quien tiene el poder es seguramente la destrucción de sí mismo. Pero hay otra, que no sé si es la peor, pero que es muy recurrente: acabar por resultar ridículo. Y del ridículo no se vuelve".

"¿Cuál fue una de las figuras más ridículas de la historia? En mi opinión, Poncio Pilatos: si hubiera sabido que tenía delante al Hijo de Dios, y que el Hijo de Dios había usado su poder para lavarles los pies a sus discípulos, ¿acaso se hubiera lavado las manos? ¡Creo que no!".