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Artículo

Miércoles 28 de marzo de 2018

Religiosos se unen a Oración de la Vida Consagrada

"El consagrado es quien encuentra en sus heridas los signos de la Resurrección. Es quien puede ver en las heridas del mundo la fuerza de la Resurrección", con esta frase del Papa Francisco a los consagrados en la catedral metropolitana en enero pasado, comenzó el encuentro de oración de religiosos y religiosas.

Fotos: Nibaldo Pérez

Periodista: Lorena Martino

Fuente: Comunicaciones Santiago

Link fuente: http://www.iglesiadesantiago.cl/

A las 19 horas de este martes santo, la Iglesia Las Agustinas albergó a religiosos y religiosas en la oración y adoración al Santísimo, plegaria que estuvo marcada por la celebración del X Sínodo de la Iglesia de Santiago "Jóvenes, fe y discernimiento vocacional".

"Oremos por nuestra realidad eclesial, social, personal, comunitaria, familiar. Por nuestros jóvenes, llenos de caminos de esfuerzo y búsquedas esperanzadas", comenzó el encuentro.

Algunos sentados, otros arrodillados, velos color blanco, café, azul y gris. Todos unidos en el silencio de la oración.

Una de las religiosas interrumpe el silencio: "El temor nos acecha en cada esquina, vivimos en una sociedad de violencia". Todos respondieron: "El Señor es mi luz y mi salvación ¿A quién temeré?"

Se reitera el momento de silencio de la asamblea, que es rodeada por cinco fotografías alrededor de las personas: imágenes de jóvenes, la familia, migrantes, la eucaristía y la realidad carcelaria protegen las plegarias de los asistentes.

Manteniendo el silencio, la asamblea meditó el Evangelio de San Juan que habla de la última cena de Jesús y instauración de la Eucaristía.

A continuación, el cardenal Ricardo Ezzati señaló en su homilía: "Me parece significativo que en este Martes Santo, el encuentro se pueda realizar a los pies de Jesús". Y agregó: "Un consagrado, una consagrada es aquel que le permite a Jesús hacer que haga morada en nosotros, en él; es aquel que ha abierto la puerta de su alma". Además, los invitó a trabajar en tres tareas: la autenticidad de la vida, vivir en la amistad con Jesús y comprender y vivir la misión de la vida consagrada.

El cardenal los orientó también en saber cuál es el rol de su labor en estos tiempos: "Este acompañar, este guiar, nos ubica en el último lugar, para ir a las periferias, para ir donde todavía la experiencia de Jesús, su esperanza, no llega al corazón de hermanos y de hermanas, es hermoso pensar y reflexionar en la vida consagrada, en la historia de la Iglesia, en esta tarea de acoger a los últimos, de servir a los últimos". El pastor finalizó: "Un rasgo esencial de nuestra vida consagrada es la certeza y la fe que no reside en mostros mismos, sino que reside en él, en el Señor".

En el momento de las peticiones, las plegarias estuvieron orientadas a los jóvenes, los migrantes, las mujeres, los encarcelados, la vida consagrada y la Iglesia, entre otros.

Especialmente, y para terminar, en una voz, la asamblea rezó por el X Sínodo de la Iglesia de Santiago.

Posteriormente, monseñor Jorge Concha, obispo Auxiliar de Santiago, realizó la bendición con Jesús Sacramentado y al finalizar la oración señaló: "En la semana Santa, que la vida religiosa se pueda reunir en torno a la oración es fundamental para la vida religiosa en sí, porque la conecta con sus raíces que están en Jesucristo muerto y resucitado. Es una oportunidad rica para la vida religiosa y toda la vida consagrada y también es testimonio de solidaridad con todos. La vida religiosa cuando reza, en general, y cuando hace esa oración en Semana Santa, lo hace por todos, todos los hombres y mujeres y toda la creación, es una oportunidad privilegiada para nosotros y ojalá se multiplicara".

La hermana Rossana, de la congregación Pequeñas Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y María, por su parte, dijo: "Es bonito y profundo el momento de oración y reflexión en preparación a Semana Santa. El mensaje del arzobispo nos hace reflexionar también".

Por su parte, la hermana Elisa, de la congregación Franciscana Misioneras de Jesús, comentó: "La oración es nuestra esencia, por lo que me parece excelente esta instancia y las tareas son primordiales. Me gusta que nos recuerde que todo, el vivir, renacer, levantarse, problemas, dificultades y penas, se hace a los pies de Jesús".

La hermana Adriana, franciscana cooperadora parroquial, en cambio, agradeció esta instancia de unión: "El silencio nos hacía falta y reencontrarnos con hermanas es necesario. En la oración también pedimos por el sínodo, por los migrantes, por quienes sufren. Es necesario".

A nombre de los consagrados, Gianfranco Zamudio, superior del Centro de Formación del Sodalicio de Vida Cristiana, señaló: "Es un buen momento para que nos reunamos y profundicemos en nuestra identidad. Me gustó el tema de la autenticidad, que es un desafío para la vida consagrada en el día de hoy".

El ecuentro se realizó el mismo día en que el Papa nombraó a la hermana Annunziata Remossi, del Instituto Religioso "Hermanas Oblatas de la Virgen María de Fátima" (O.M.V.F.), como jefa de la Oficina de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, que resalta la importancia de las mujeres en la Iglesia.