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Jueves 3 de mayo de 2018

Francisco pide perdón a víctimas de abusos en Chile

El pasado 11 de abril la Conferencia Episcopal de Chile hizo pública la carta que les envió el Papa tras conocer el informe de monseñor Charles Scicluna. El Pontífice convocó a los obispos a Roma –entre el 14 y 17 de mayo- para dialogar sobre sus conclusiones. Hace unos días el Papa pidió perdón en persona a los denunciantes del caso Karadima.

Fotos: Nibaldo Pérez

Periodista: Víctor Villa Castro

Fuente: Iglesia de Santiago

Link fuente: http://www.periodicoencuentro.cl/mayo2018/

Tras la misión especial encargada por Francisco a monseñor Scicluna y al padre Jordi Bertomeu, se esperaban resultados a la investigación respecto del caso del obispo de Osorno, Juan Barros. La respuesta llegó en medio del encuentro de los obispos de Chile reunidos en la 115° plenaria del episcopado. A continuación el texto completo de la misiva papal:

CARTA DEL SANTO PADRE FRANCISCO A LOS SEÑORES OBISPOS DE CHILE TRAS EL INFORME DE S.E. MONS. CHARLES J. SCICLUNA

A los Señores Obispos de Chile

Queridos hermanos en el episcopado:

La recepción durante la semana pasada de los últimos documentos que completan el informe que me entregaron mis dos enviados especiales a Chile el 20 de marzo de 2018, con un total de más de 2.300 folios, me mueve a escribirles esta carta. Les aseguro mi oración y quiero compartir con ustedes la convicción de que las dificultades presentes son también una ocasión para restablecer la confianza en la Iglesia, confianza rota por nuestros errores y pecados y para sanar unas heridas que no dejan de sangrar en el conjunto de la sociedad chilena.

Sin la fe y sin la oración, la fraternidad es imposible. Por ello, en este segundo domingo de Pascua, en el día de la misericordia, les ofrezco esta reflexión con el deseo de que cada uno de ustedes me acompañe en el itinerario interior que estoy recorriendo en las últimas semanas, a fin de que sea el Espíritu quien nos guíe con su don y no nuestros intereses o, peor aún, nuestro orgullo herido.

A veces cuando tales males nos arrugan el alma y nos arrojan al mundo flojos, asustados y abroquelados en nuestros cómodos "palacios de invierno", el amor de Dios sale a nuestro encuentro y purifica nuestras intenciones para amar como hombres libres, maduros y críticos. Cuando los medios de comunicación nos avergüenzan presentando una Iglesia casi siempre en novilunio, privada de la luz del Sol de justicia (S. Ambrosio, Hexameron IV, 8, 32) y tenemos la tentación de dudar de la victoria pascual del Resucitado, creo que como Santo Tomás no debemos temer la duda (Jn 20, 25), sino temer la pretensión de querer ver sin fiarnos del testimonio de aquellos que escucharon de los labios del Señor la promesa más hermosa (Mt 28, 20).

Hoy les quiero hablar no de seguridades, sino de lo único que el Señor nos ofrece experimentar cada día: la alegría, la paz el perdón de nuestros pecados y la acción de Su gracia.

Al respecto, quiero manifestar mi gratitud a S.E. Mons. Charles Scicluna, Arzobispo de Malta, y al Rev. Jordi Bertomeu Farnós, oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe, por su ingente labor de escucha serena y empática de los 64 testimonios que recogieron recientemente tanto en Nueva York como en Santiago de Chile. Les envié a escuchar desde el corazón y con humildad. Posteriormente, cuando me entregaron el informe y, en particular, su valoración jurídica y pastoral de la información recogida, reconocieron ante mí haberse sentido abrumados por el dolor de tantas víctimas de graves abusos de conciencia y de poder y, en particular, de los abusos sexuales cometidos por diversos consagrados de vuestro País contra menores de edad, aquellos a los que se les negó a destiempo e incluso les robaron la inocencia.

El mismo más sentido y cordial agradecimiento lo debemos expresar como pastores a los que con honestidad, valentía y sentido de Iglesia solicitaron un encuentro con mis enviados y les mostraron las heridas de su alma. Mons. Scicluna y el Rev. Bertomeu me han referido cómo algunos obispos, sacerdotes, diáconos, laicos y laicas de Santiago y Osorno acudieron a la parroquia Holy Name de Nueva York o a la sede de Sotero Sanz, en Providencia, con una madurez, respeto y amabilidad que sobrecogían.

Por otra parte, los días posteriores a dicha misión especial han sido testigos de otro hecho meritorio que deberíamos tener bien presente para otras ocasiones, pues no solo se ha mantenido el clima de confidencialidad alcanzado durante la Visita, sino que en ningún momento se ha cedido a la tentación de convertir esta delicada misión en un circo mediático. Al respecto, quiero agradecer a las diferentes organizaciones y medios de comunicación su profesionalidad al tratar este caso tan delicado, respetando el derecho de los ciudadanos a la información y la buena fama de los declarantes.

Ahora, tras una lectura pausada de las actas de dicha "misión especial", creo poder afirmar que todos los testimonios recogidos en ellas hablan en modo descarnado, sin aditivos ni edulcorantes, de muchas vidas crucificadas y les confieso que ello me causa dolor y vergüenza.

Teniendo en cuenta todo esto les escribo a ustedes, reunidos en la 115ª asamblea plenaria, para solicitar humildemente Vuestra colaboración y asistencia en el discernimiento de las medidas que a corto, medio y largo plazo deberán ser adoptadas para restablecer la comunión eclesial en Chile, con el objetivo de reparar en lo posible el escándalo y restablecer la justicia.

Pienso convocarlos a Roma para dialogar sobre las conclusiones de la mencionada visita y mis conclusiones. He pensado en dicho encuentro como en un momento fraternal, sin prejuicios ni ideas preconcebidas, con el solo objetivo de hacer resplandecer la verdad en nuestras vidas. Sobre la fecha encomiendo al Secretario de la Conferencia Episcopal hacerme llegar las posibilidades.

En lo que me toca, reconozco y así quiero que lo transmitan fielmente, que he incurrido en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación, especialmente por falta de información veraz y equilibrada. Ya desde ahora pido perdón a todos aquellos a los que ofendí y espero poder hacerlo personalmente, en las próximas semanas, en las reuniones que tendré con representantes de las personas entrevistadas.

Permaneced en mí (Jn 15,4): estas palabras del Señor resuenan una y otra vez en estos días. Hablan de relaciones personales, de comunión, de fraternidad que atrae y convoca. Unidos a Cristo como los sarmientos a la vid, los invito a injertar en vuestra oración de los próximos días una magnanimidad que nos prepare para el mencionado encuentro y que luego permita traducir en hechos concretos lo que habremos reflexionado. Quizás incluso también sería oportuno poner a la Iglesia de Chile en estado de oración. Ahora más que nunca no podemos volver a caer en la tentación de la verborrea o de quedarnos en los "universales". Estos días, miremos a Cristo. Miremos su vida y sus gestos, especialmente cuando se muestra compasivo y misericordioso con los que han errado. Amemos en la verdad, pidamos la sabiduría del corazón y dejémonos convertir.

A la espera de Vuestras noticias y rogando a S.E. Mons. Santiago Silva Retamales, Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, que publique la presente con la mayor celeridad posible, les imparto mi bendición y les pido por favor que no dejen de rezar por mí.

Vaticano, 8 de abril de 2018

Francisco

El mensaje de los obispos de Chile

Tras finalizar la Asamblea Plenaria del episcopado chileno, los obispos entregaron un mensaje conclusivo en el que valoraron la carta del Pontífice que "abre su corazón ante el dolor abrumador de los abusos que le dieron a conocer sus enviados especiales y nos convoca a Roma a dialogar con Él sobre sus conclusiones", para colaborar "en el discernimiento de las medidas que a corto, mediano y largo plazo deberán ser adoptadas para restablecer la comunión eclesial en Chile, con el objetivo de reparar, en lo posible, el escándalo y restablecer la justicia":

Nos hemos reunido en esta 115ª Asamblea Plenaria de los Obispos para tener un tiempo de reflexión y diálogo sobre el viaje apostólico del Papa Francisco a Chile.

Haciendo este proceso de discernimiento, recibimos la carta del Papa, fechada el 8 de abril de 2018. En ella Francisco abre su corazón ante el dolor abrumador de los abusos que le dieron a conocer sus enviados especiales y nos convoca a Roma a dialogar con Él sobre sus conclusiones, para colaborar "en el discernimiento de las medidas que a corto, mediano y largo plazo deberán ser adoptadas para restablecer la comunión eclesial en Chile, con el objetivo de reparar, en lo posible, el escándalo y restablecer la justicia".

Acogemos con fe y obediencia filial esta carta. Junto al Papa, sentimos dolor y vergüenza porque, a pesar de las acciones realizadas estos años, no hemos logrado que las heridas de los abusos sanaran en los corazones de muchas víctimas y siguen siendo una 'llaga' abierta en el corazón de la Iglesia en Chile. Al mismo tiempo, renovamos nuestra esperanza porque vemos en esta intervención del Sucesor de Pedro un camino concreto para que juntos podamos ayudar a sanar y reparar las heridas que aún permanecen abiertas. La carta del Papa la recibimos como una invitación a asumir con magnanimidad y humildad este desafío.

Para iniciar este camino nos ponemos, como Iglesia, en estado de oración, escucha, discernimiento y disponibilidad para renovar la comunión eclesial. Queremos hacernos cargo de los errores que nos correspondan y corregirlos, de tal forma que la Iglesia sea, cada vez más, un ambiente sano y seguro para niños, niñas y jóvenes. Como nos ha dicho Francisco: "Amemos en la verdad, pidamos la sabiduría del corazón y dejémonos convertir".

Pedimos a nuestras comunidades que nos ayuden con su consejo y oración, como lo pide el propio Papa; las víctimas han de ser el primer motivo de nuestra plegaria y reparación.

Que la Virgen del Carmen nos ayude en este camino de conversión y de renovación eclesial.

LOS OBISPOS DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL DE CHILE

Punta de Tralca, 13 de abril de 2018.

EL PAPA RECIBE A JUAN CA RLOS CRUZ, JAMES HAMILTON Y JOSÉ ANDRÉS MURILLO

A fines de abril el Santo Padre recibió en la Casa Santa Marta a Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo, principales denunciantes de Fernando Karadima.

En lo que fue definido como un encuentro personal y fraterno, el director de la Oficina de Prensa Vaticana, Greg Burke, expresó el agradecimiento del Papa por que estas personas hayan aceptado su invitación. Según señaló Burke, la intención del Papa era "pedirles perdón, compartir su dolor y su vergüenza por lo que han sufrido y, sobre todo, escucharlos en todas aquellas sugerencias que puedan realizarle para evitar la repetición de semejantes hechos reprobables". Finalmente, el director de la Oficina de Prensa señaló que "el Santo Padre pide oraciones por la Iglesia de Chile en este momento doloroso, esperando que estos encuentros puedan desarrollarse en un clima de serena confianza y sean un paso crucial para remediar y evitar para siempre – puntualizó Burke – los abusos de conciencia, de poder y, particularmente, sexuales en el seno de la Iglesia".

Satisfacción y esperanza, la reacciones tras los encuentros

Después de reunirse con el Papa se pudieron conocer las impresiones de Murillo, Hamilton y Cruz a través de sus cuentas de la red social Twitter.

José Andrés Murillo, fue quien primero se reunió con el pontífice y señaló: "Hoy conversé 2 horas con el Papa. De manera muy respetuosa y franca le expresé la importancia de entender el abuso como un abuso de poder. De la necesidad de asumir la responsabilidad, el cuidado y no solo el perdón. También del postergado rol de la mujer y las comunidades (...) Solo espero que sea útil. Que ayude a cambiar lo que sea necesario para que el mundo sea un lugar que cuide, sane, acompañe y no que maltrate. Y que la Iglesia Católica en eso sea aliada y no más abusadora".

Al día siguiente, James Hamilton comentó: "Muy contento y satisfecho. Terminada reunión con el Santo Padre, algo más de dos horas, sincera, acogedora y enormemente constructiva".

Finalmente, Juan Carlos Cruz relató así su encuentro con Francisco: "Más de dos horas y media duró mi reunión con el Papa. Estoy muy conmovido. Me escuchó con gran respeto, cariño, cercanía, como un padre. Profundizamos en muchos temas. Hoy tengo más esperanza en el futuro de nuestra Iglesia. A pesar de que la tarea es enorme".

Días después, en conferencia de prensa, los tres chilenos señalaron: "El Papa nos pidió formalmente perdón a nombre propio y a nombre de la lglesia universal. Reconocemos y agradecemos este gesto y la enorme hospitalidad y generosidad de estos días (...) Esperamos que el Papa transforme en acciones ejemplares y ejemplificadoras sus cariñosas palabras de perdón".

IGLESIA EN ESTADO DE ORACIÓN

Acogiendo la propuesta del Santo Padre, el cardenal Ricardo Ezzati invitó a todo el Pueblo de Dios de la Arquidiócesis, que hasta el 17 de mayo próximo se disponga en "estado de oración"; rezando por las víctimas de abusos, también por sus familias, y para que el Espíritu Santo "nos asista en el encuentro que sostendremos con el Papa".

• En carta fechada el 22 de abril, domingo del Buen Pastor, el arzobispo pide a todos los fieles el unirse a este clima orante, de las siguientes formas:
• En todas las misas dominicales y, en la medida de lo posible, en las feriales, en la oración universal de los fieles, se introduzca una petición con estas intenciones.
• Cada parroquia, capilla, comunidad cristiana y eclesial de base o de vida consagrada, de acuerdo a sus posibilidades, pueda tener un encuentro comunitario de oración, siguiendo la modalidad que estime conveniente y posible, en especial, la adoración al Santísimo Sacramento.
• Cada fiel católico, en su oración personal, rece por estas intenciones, ayudándose de la Liturgia de las Horas, el Santo Rosario u otro medio.
• Cada enfermo o persona que está viviendo una situación difícil o de dolor, ofrezca su limitación y sacrificio por estas intenciones.

Una propuesta de oraciones para este tiempo, puede descargarse en www.iglesiadesantiago.cl

SACERDOTES Y CONSAGRADAS CONVERSAN SOBRE LA CARTA DEL PAPA

Tras la carta del Papa, diversas iniciativas de encuentro, diálogo de propuestas y oración se están desarrollando en la Arquidiócesis de Santiago.

El primero de los encuentros fue el realizado el 19 de abril en la catedral, donde se reunieron casi 400 sacerdotes, diocesanos y religiosos que desarrollan labores pastorales en la capital.

Tras finalizar la reunión, el cardenal Ezzati explicó a la prensa que fue un espacio de diálogo en el que "hemos podido escuchar el dolor de hermanos sacerdotes y también la rabia que muchos sienten, y nos hemos invitado mutuamente a ayudarnos fraternalmente y a enfrentar con soluciones concretas esta situación".

Sobre la carta del Papa, agregó: "Lo que pensamos los obispos (es) que la información que el Papa ha recibido tiene que ser una información que viene de muchas fuentes. El Papa no lo dice (pero) creo que es una falta, a mi manera de ver, muy grave, que se haya engañado al Santo Padre, que alguien haya pretendido engañar al Santo Padre, y me parece a mí que desde lo más hondo de nuestra conciencia y de mi conciencia, que quienes han cometido esta falta grave necesitan reconocerla, arrepentirse y reparar el mal hecho, si es que lo han cometido"... "Lo más grave, sea una víctima o varias, es que se prive de la inocencia a una persona", expresó.

"Nos parece honesto y bueno que el Santo Padre pueda abrir su corazón y corregir a los hijos que han fallado (...) El abuso, lo hemos dicho siempre, aunque haya sido uno solo, siempre reviste una máxima gravedad. El Papa Benedicto había dicho que, además de ser un gran pecado a los ojos de Dios, el abuso es siempre también un delito grave", dijo el arzobispo de Santiago, quien explicó lo que espera del encuentro de mayo con Francisco: "El Papa nos invita a buscar junto con él las medidas para reparar el mal cometido y para mirar el futuro con todos los medios necesarios para que a través de la prevención, de todos los mecanismos, se puedan evitar estos daños".

Si bien el cardenal aclaró que la renuncia del obispo de Osorno y de cualquier obispo "depende sólo del Santo Padre", ante la consulta respecto de si monseñor Juan Barros debe dar un paso al costado, señaló: "A mi juicio, sin duda alguna.

Por el bien del Pueblo de Dios". Respecto de si él renunciaría a su cargo, el cardenal Ezzati recordó que él ya presentó su renuncia hace más de un año, y está a la espera de lo que el Papa estime: "Somos cuatro obispos los que hemos presentado la renuncia y ojalá se acuerde luego de nosotros... Hay muchos sacerdotes capacitados que pueden ser propuestos para la renovación obispal... Las fuerzas también disminuyen".

A su vez, el vicario para el Clero, monseñor Galo Fernández, explicó que la asamblea extraordinaria fue una "reunión transparente, de diálogo honesto entre los sacerdotes". Señaló que "hay muchas materias que ya están en camino, como el programa de prevención de abusos en las parroquias, pero, al mismo tiempo, entre los sacerdotes prima mucho la conciencia de que no es solo el tema del abuso sexual, sino también transformar, de una conversión interior, el modo de ejercer la autoridad de la Iglesia".

"Ciertamente que lo que hemos conversado ahora inmediatamente no hay un programa elaborado, pero creo que hay muchos elementos que nos ayuda a favorecer una manera distinta de ejercer la autoridad sacerdotal", explicó.

Al día siguiente, el vicario general del Arzobispado, obispo Fernando Ramos, expresó en una carta: "Realizamos un encuentro con cerca de 400 sacerdotes de la Arquidiócesis de Santiago, donde junto a nuestro arzobispo, cardenal Ricardo Ezzati, nos invitamos fraternalmente a enfrentar con soluciones concretas las situaciones de dificultad que vive nuestra Iglesia. La reciente carta del Papa Francisco a los obispos de la Conferencia Episcopal, es una invitación honesta para buscar juntos las medidas para reparar el mal cometido y enfrentar este tipo de situaciones de mejor forma".

Días más tarde, el obispo Cristián Roncagliolo, vicario de la Esperanza Joven, señaló a un medio escrito: "La aún reciente carta de Francisco a nosotros los obispos justamente ha puesto en evidencia el dolor de hermanos que sufren por no sentirse validados, comprendidos ni acogidos y el urgente deber de trabajar para sanar las heridas aún abiertas. Francisco busca ayudarnos a ser mejores pastores, a enmendar aquello que no hayamos hecho bien y a poner nuestra mirada en las ovejas, especialmente en las dañadas por el flagelo inexcusable de los abusos sexuales.

Pareciera que el pastor universal nos interpela imperiosamente a salir al encuentro de las ovejas heridas, a conocerlas sin esperar nada a cambio, acogiendo su dolor y rabia, y a hacer con ellas un camino que, para algunos, puede significar la necesaria reparación, que brota de reconocer su legítimo dolor y la dignificación que implica ponerse de su lado; y para otros puede ser también un camino de retorno a su casa, la Iglesia.

Más allá del dolor y la vergüenza que todo este episodio suscita, el Papa nos provoca a rezar para que, desde del encuentro transformador con Cristo que produce la oración, podamos salir fortalecidos en el amor y en la comunión eclesial.
Hago mías las palabras de Francisco: "Amemos en la verdad, pidamos la sabiduría del corazón y dejémonos convertir".

ENCUENTRO CON LA VIDA CONSAGRADA

La tarde del miércoles 25 de abril, casi doscientas religiosas que realizan su servicio pastoral en Santiago se reunieron en la sede arzobispal con el cardenal Ricardo Ezzati y su obispo auxiliar Jorge Concha, vicario para la Vida Consagrada. En la reunión se reflexionó sobre la carta que el Papa Francisco le envió a la Conferencia Episcopal de Chile tras conocer el informe de monseñor Charles Scicluna.

Respecto del encuentro, el vicario Jorge Concha señaló que en esta reunión se quiso "hacer partícipe a las religiosas de la reflexión y el discernimiento de la carta que nos envió el Santo Padre al episcopado chileno y a todos, también a la vida religiosa. Que ellas también puedan expresar su sentir y que con su reflexión también puedan ayudarnos a los pastores a entender mejor para el encuentro con el Papa.

También para lo que viene después de la visita que haremos al Santo Padre, todo en vista a la renovación de la Iglesia, donde todos son importantes".