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Jueves 31 de mayo de 2018

X Sínodo: Crisis y reparación

La activa y franca participación de alrededor de 500 sinodales, quienes relevaron la dolorosa y grave situación por la que pasa la Iglesia chilena, marcó el contexto del X Sínodo de Santiago, Jóvenes, fe y discernimiento vocacional”, que se realizó en el colegio Sagrados Corazones de Alameda, entre el 19 y 21 de mayo.

Fotos: Comunicaciones Santiago

Periodista: Enrique Astudillo B. y Lorena Martino F.

Fuente: Iglesia de Santiago

Link fuente: www.periodicoencuentro.cl

"A este obispo le duele inmensamente el dolor de sus hermanos, especialmente el dolor de aquellos que se sienten y han sufrido violaciones graves de sus derechos, y me duele ver a los hijos de esta Iglesia, de los cuales el Señor me ha constituido padre y pastor, sufrir". Con estas palabras en su homilía en la misa de clausura del X Sínodo de Santiago, el arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, resumía lo que a grandes líneas fue esta jornada sinodal.

Luego de tres intensos días de trabajo y bajo un contexto de crisis, pero también de esperanza, el X Sínodo de Santiago se convirtió en el espacio oportuno para que cientos de jóvenes, laicos, sacerdotes, religiosos, junto al pastor y sus obispos auxiliares, pudieran dialogar sobre la realidad actual y sus perspectivas futuras sobre la arquidiócesis.

La Asamblea Sinodal comenzó el viernes 18 de mayo por la noche, con la misa inaugural en la Catedral Metropolitana. Centenares de sinodales abrieron este encuentro, sabiendo que era un tiempo doloroso, pero, a su vez, esperanzador en el futuro: "Necesitamos un cambio, lo sabemos, lo necesitamos y anhelamos. No sólo se lo debemos a nuestras comunidades y a tantas personas que han sufrido y sufren, sino que pertenece a la misión e identidad de la Iglesia, el espíritu de conversión", señalaba el cardenal en su homilía.

Desolación y esperanza

El sábado 19 de mayo, desde muy temprano, el X Sínodo asomaba como la caja de resonancia al interior de la Iglesia. Los primeros resultados de los recientes encuentros del Papa con todos los obispos de Chile, fueron el tema a tratar, pues a petición de los propios jóvenes organizadores del sínodo y rompiendo el esquema previamente diseñado, los obispos auxiliares que llegaban de Roma expusieron de manera espontánea y franca lo que sintieron tras las palabras de Francisco: "Envío una bendición al X Sínodo de Santiago y a todos los que van a participar (...) Dile a los jóvenes que hagan lío, no son jóvenes si no hacen lío", eran las palabras de monseñor Pedro Ossandón, vicario de la Zona Sur y presidente del sínodo.

Refiriéndose a su experiencia personal en este encuentro en El Vaticano, monseñor Galo Fernández dijo: "Hay que hacer sínodo no cuando estamos en la gloria, sino cuando hay graves dificultades. Vengo llegando de estos días intensos, duros, dolorosos, pero vengo con mucha paz (...) Veníamos desde hace mucho tiempo caminando con una herida abierta en nuestra Iglesia, y aunque hemos buscado poner remedio, ha sido insuficiente, y por eso necesitamos todavía buscar medicinas más radicales (...) Propongo el espíritu de comunión y oración, libre de prejuicios, escucharnos para discernir. Ánimo, el Espíritu conduce a la Iglesia".

Monseñor Cristián Roncagliolo, vicario de la Esperanza Joven, en tanto, fue profundo en su análisis: "En la meditación del Papa sentí vergüenza de que lo que dice el Papa ocurriera (...) Nos interpela sobre el modo de vivir la Iglesia (...) Han sido días pesados, uno se siente incómodo, se interpela, se siente cuestionado y está bien que sea así, porque aquí hay una realidad histórica de muchos años, que evidencia problemas sistemáticos que ha habido en nuestra Iglesia en Chile",
Por último, monseñor Jorge Concha, vicario de la Pastoral Social Caritas, confesó la sensación de dolor y vergüenza con que aterrizaron en Chile: "Sentí la responsabilidad de que somos pastores (...) Siento muy fuerte el dolor de pensar en el Pueblo de Dios, que reza, que está en todas las catequesis, los que están en la vida consagrada y en los movimientos, porque también ellos son cuestionados (...) Es un desafío grande de todos de que Jesucristo aparezca", concluyó.

Realidad de crisis en la Iglesia se integra a X Sínodo

Para el domingo 20 de mayo, la crisis por la que pasa la Iglesia Católica llevó a los asistentes a no dejar nada bajo la alfombra en el trabajo sinodal: "Nos hemos preparado desde un año y medio, para reflexionar cómo podemos articular mejor nuestra pastoral vocacional (...) Estamos viviendo una crisis muy importante en la Iglesia Católica, pero sabemos que a la Iglesia Católica la anima, la conduce y la lleva el Espíritu Santo, de manera que esta experiencia del sínodo nos permite, por una parte, recoger lo que estamos viviendo como crisis, pero también proyectarnos hacia adelante", analizaba monseñor Fernando Ramos, obispo auxiliar de Santiago.

Palabras que fueron bien recibidas por los sinodales. Como Daniela Nova, encargada de contenidos y metodología del sínodo: "Ha sido una jornada muy agitada, el ánimo no decae, hemos trabajado arduamente, pero siempre movidos por el Espíritu Santo (...) Yo veo esta crisis con esperanza en nosotros, los jóvenes, que estamos dispuestos a criticar cuando hay que hacerlo y a hacer los cambios con coraje, sin ningún miedo".

Al igual que Daniela, el padre Jonathan Muñoz, vicario parroquial de la comunidad San Gregorio, en la Zona Sur, con sólo 30 años de edad y un año de sacerdocio, también destacó la importancia de no haber desconocido al inicio del sínodo la crisis que vive la Iglesia Católica: "Jesucristo se presenta mostrando las heridas (...) Ha sido también un tiempo de escucha, que era para mí algo muy necesario".

Roberto Vidal, joven de la Pastoral de la Universidad Cardenal Silva Henríquez, observó la necesidad de poner a los jóvenes en primer lugar: "Los jóvenes dan la audacia para transformar las estructuras. Los acontecimientos que hemos tenido nos permiten entregar una nueva savia a los obispos, a las estructuras, y poder generar una transformación en los paradigmas que tenemos para generar procesos", enfatizó.

Las propuestas sinodales

Los trabajos en círculos menores, intermedios y mayores, homogéneos y heterogéneos que buscaban aportar a las propuestas pastorales, ya darían frutos el lunes 21 de mayo. Para ese día, las intervenciones de los obispos auxiliares, las francas confesiones de los jóvenes sobre la realidad actual y el mensaje final del cardenal Ezzati en la eucaristía, marcaban el cierre de este encuentro sinodal de tres días completos.

El lunes, las votaciones de las 48 propuestas definidas para este X Sínodo de Santiago era lo que más se esperaba. Así, en un primer análisis, el mejoramiento de los procesos de formación frente a temas como el abuso, el fortalecimiento de la participación laical juvenil, la relación de los colegios con las parroquias; fueron viendo luz verde en un sistema de votación marcado por la tecnología, por medio del uso de tecleras digitales.

Carta de los sinodales

Pero, sin duda, la "carta propuesta" aprobada por una inmensa mayoría de la asamblea sinodal donde los jóvenes dieron a conocer su parecer en medio de la profunda crisis que vive la Iglesia, marcó el antes y el después de la cita: "Nos avergüenza el que en nuestras comunidades y movimientos muchas veces hayamos sido ciegos a los abusos de miembros de nuestra Iglesia, o que no siempre hayamos tenido el coraje de denunciarlos", expresaron. Los jóvenes pidieron "fortalecer nuestro procesos pastorales y formativos, centrados en la pedagogía de Jesús, generando ambientes sanos y seguros para que en nuestra Iglesia nunca más haya abusos, para que acoja los signos de nuestro tiempo y con todos los hombres y mujeres de buena voluntad, construyamos un país y una Iglesia en los que todos y todas aportemos, nos sintamos amados, respetados, cuidados y especialmente los hambrientos, privados de libertad, migrantes y víctimas de abusos".

El X Sínodo de Santiago pasará a la historia como un momento único e intenso, lleno de la gracia del Espíritu Santo, cuyos resultados, tras su respectivo procesamiento, ya fueron entregados al arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, quien elaborará un documento pastoral para la Arquidiócesis, y también será la carta de presentación de Santiago en el encuentro que el Papa Francisco sostendrá en Roma en octubre próximo sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional, con obispos representantes de todo el mundo.