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Artículo

Viernes 3 de agosto de 2018

P. Fernando Montes SJ celebró 50 años de sacerdocio

Cerca de 300 personas se reunieron la tarde de este 2 de agosto en la Iglesia San Ignacio, para celebrar las “bodas de oro” de quien ha sido formador de novicios, director de Infocap, rector del colegio San Ignacio El Bosque y de la U. Alberto Hurtado, Superior de la Compañía de Jesús en Chile y predicador de retiros y Ejercicios Espirituales. “El sacerdocio no es un privilegio, sino que un servicio” dijo en su homilía.

Fotos: Nibaldo Pérez

Periodista: Cristian Amaya Aninat

En la procesión de entrada destacaba por ser el único que sonreía entre todos los sacerdotes que lo acompañaban, y es que en esos rostros serios quizás se expresa la situación de la Iglesia de hoy en Chile, más bien difícil, como dijo en sus palabras de saludo el propio padre Montes.

“Les agradezco infinitamente que me acompañen este día y podamos pedir, sobre todo, por la Santa Madre Iglesia en estos tiempos difíciles”. Concelebró con cerca de 30 presbíteros y religiosos, en un particular ambiente de comunión, donde estaban el cardenal Francisco Javier Errázuriz, el Vicario de la Pastoral Social Caritas del Arzobispado de Santiago, P. Jorge Muñoz SJ, y el P. Felipe Berríos SJ, entre otros. Sentados en las bancas del templo también algunas autoridades, como el ex Presidente de la República, Ricardo Lagos.

El P. Montes pidió escuchar atentamente las lecturas bíblicas, especialmente la primera Carta de San Pablo a los Filipenses que profesa: “Para mí la vida es Cristo y la muerte una ganancia”. Luego del Salmo 91 cantado, vino la proclamación del Evangelio donde Jesús le dice a Pedro: “Navega mar adentro, y echen las redes”.

En su homilía el P. Montes comentó las lecturas y agradeció por sus 50 años de ministerio. “Agradezco a Jesús, que me llamó, y que es a quien he querido servir. Gracias a su Padre, que es mi Padre, y a su Espíritu, que me ha acompañado estos 50 años. Quiero recordar a mis papás, cuñados, sobrina, amigos y compañeros”. Y parafraseando el poema de Francisco Luis Bermúdez "digo que:

Si para recobrar lo recobrado
Debí perder primero lo perdido,
Si para conseguir lo conseguido
Tuve que soportar lo soportado,

Si para estar ahora enamorado
Fue menester haber estado herido,
Tengo por bien sufrido lo sufrido,
Tengo por bien llorado lo llorado.

Porque después de todo he comprobado
Que no se goza bien de lo gozado
Sino después de haberlo padecido.

Porque después de todo he comprendido
Que lo que el árbol tiene de florido
Vive de lo que tiene sepultado".

 

“El sacerdocio no es un privilegio”

Continuó con la revisión de distintos momentos de su vida, recordando a sus profesores y formadores, su propio rol pedagógico de jesuitas jóvenes, los estudios de teología en Roma y de sociología en Lovaina, su profunda relación con el obispo de Talca y presidente del Celam, don Manuel Larraín, los tiempos preconciliares y el tránsito de una antigua iglesia a una nueva, con el Concilio Vaticano II.

“El Concilio nos invitaba a redescubrir las fuentes del cristianismo, en Jesús, y a volver los ojos a la cultura moderna para dialogar y discernir. Descubrí que el sacerdocio no es un privilegio sino que un servicio, donde metemos las manos al barro, codo a codo con el Pueblo de Dios”.

El P. Montes culminó su mensaje diciendo que "En estos 50 años he confiado en la palabra de Jesús y con Él eché las redes. En este momentos difíciles de la iglesia, siento que el mismo llamado que el Señor me hizo a mí, hoy lo hace a todos ustedes, que dejándolo todo lo sigamos a Él. Nosotros tenemos que anunciar el Evangelio”.

Al término de la celebración, el P. Jorge Costadoat SJ dirigió algunas palabras a la asamblea para agradecer el servicio del P. Montes. Luego los asistentes brindaron un cálido y sostenido aplauso, que se prolongó por varios minutos, acompañado de vítores y saludos.

En uno de los días más fríos del año 2018 en Santiago, y en momentos donde la Iglesia en Chile vive una crisis sin precedentes, sigue vigente resonando el testimonio y el llamado del Padre Montes, quien culminó el festejo con estas palabras: “Trabajemos una Iglesia humilde, servicial y preocupada de los más débiles de la sociedad. Recemos para que podamos hacer una iglesia más conforme a la Buena Nueva de Jesús. ¡Muchas gracias!”.