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Martes 6 de noviembre de 2018

Todos invitados a celebrar el Mes de María

La celebración, que comienza el 8 de noviembre hasta el 8 de diciembre, resalta a María como Madre de Jesús y Madre nuestra, destacando su servicio y sencillez.

Fotos: Héctor Lanskron - Nibaldo Pérez

Periodista: Enrique Astudillo Baeza

Fuente: Iglesia de Santiago

Link fuente: www.iglesiadesantiago.cl

A diferencia de la mayoría de los países de América que celebra el Mes de María en mayo, con motivo del inicio de la Primavera, Chile lo celebra en noviembre. Sin embargo, esta festividad no llegaba a Chile por coincidir con la estación otoñal, razón por la cual fue replicada en los meses de noviembre y diciembre para evitar el frio estacional. Es por ello que Monseñor Joaquín Larraín Gandarillas en 1854, propusó comenzar tal celebración desde el 8 de noviembre finalizando el 8 de diciembre con la festividad de la Inmaculada Concepción. Desde ese momento y como todos los años, son distintas las expresiones de fe que van dirigidas a la Virgen María.

El pueblo chileno le ofrece a la Virgen María, diferentes demostraciones de fe que van desde altares llenos de flores, rezos en parroquias, comunidades, colegios, grupos familiares y dos oraciones propias que están presentes al inicio y al final del mes.

MES DE MARÍA EN LA CATEDRAL

Como se hace tradicionalmente todos los años, el deán de la Catedral, Monseñor Juan Suárez, junto a los canónigos, invitan a la comunidad católica de Santiago a participar de la oración del mes de María. La Catedral de Santiago honra a su patrona, la Virgen María, con las tradicionales oraciones cotidianas del Mes de María. Por ello, le invitamos a participar desde este jueves 8 de noviembre hasta el sábado 8 de diciembre de las siguientes actividades.

El jueves 8 de noviembre, el Deán de la Catedral, inaugurará solemnemente el Mes de María con la celebración de la Misa de 12:30 horas y la exposición del Santísimo Sacramento.

  • Los horarios son:

Por la mañana
Lunes a Sábado : 12:00 – Oración del mes de María y Santo Rosario
12:30 – Santa Misa
10:30 a 12:20 – Confesiones

Domingo : 09:00 – Oración del mes de María y Santo Rosario
09:45, 11:00, 12:00 – Santa Misa
11:30 a 12:30 – Confesiones

Por la tarde
Lunes a Viernes : 18:15 – Oración del mes de María y Santo Rosario
18:50 – Bendición con el Santísimo Sacramento
19:00 – Santa Misa

Sábado y Domingo : 18:15 – Oración del mes de María y Santo Rosario
19:00 – Santa Misa

La Catedral de Santiago, iglesia madre de todas las iglesias del país, cuenta con su presencia y participación para orar, desde el centro histórico de nuestra patria, por el bien de la Iglesia, del país y de todo el mundo.

Consultas al teléfono 22 696 2777

Revisa el especial del Mes de María aquí

MES DE MARÍA EN FAMILIA

Para guiar la celebración del Mes de María en cada uno de los hogares de la Arquidiócesis, la Delegación para la Pastoral Familiar preparó un esquema de oración que puede ser complementado con el libro "Mes de María", de la Conferencia Episcopal de Chile. 

Descarga el Díptico aquí

SEMINARIO PONTIFICIO TAMBIÉN SE SUMA AL MES DE MARÍA

Con una idea muy sencilla, cada día los seminaristas en formacón, irán subiendo un pequeño vídeo de 1 minuto, dónde comentarán algún aspecto de la Santísima Virgen, invitando a todas las personas a sumarse a la oración del mes, y ofrecer esta oración por las vocaciones. El hashtag oficial será #MariaMadreDeLasVocaciones

Mira el video acá 

ORACIÓN INICIAL DEL MES DE MARÍA

¡Oh, María!, durante el bello mes que te está consagrado, todo resuena con tu Nombre y alabanza. Tu Santuario resplandece con nuevo brillo y nuestras manos te han elevado un trono de gracia y de amor, desde donde presides nuestras fiestas y escuchas nuestras oraciones y votos.
Para honrarte, hemos esparcido frescas flores a tus pies y adornado tu frente con guirnaldas y coronas. Mas, ¡oh, María!, no te das por satisfecha con estos homenajes; hay flores cuya frescura y lozanía jamás pasan y coronas que no se marchitan. Éstas son las que Tú esperas de tus hijos, porque el más hermoso adorno de una madre es la piedad de sus hijos y la más bella corona que pueden poner a sus pies es la de sus virtudes.
Sí, los lirios que Tú nos pides son la inocencia de nuestros corazones. Nos esforzaremos pues, durante el curso de este mes consagrado a tu gloria, ¡oh, Virgen Santa! en conservar nuestras almas puras y sin mancha, y en separar de nuestros pensamientos, deseos y miradas, aun la sombra misma del mal.
La rosa, cuyo brillo agrada a tus ojos es la caridad, el amor a Dios y a nuestros hermanos. Nos amaremos pues los unos a los otros como hijos de una misma familia cuya madre eres, viviendo todos en la dulzura de una concordia fraternal.
En este mes bendito, procuraremos cultivar en nuestros corazones la humildad, modesta flor que te es tan querida y con tu auxilio llegaremos a ser puros, humildes, caritativos, pacientes y esperanzados.
¡Oh, María!, haz producir en el fondo de nuestros corazones todas estas amables virtudes, que ellas broten, florezcan y den al fin frutos de gracia, para poder ser algún día dignos hijos de la más Santa y de la mejor de las madres.
Amén.

ORACIÓN FINAL DEL MES DE MARÍA

Oh María, Madre de Jesús, nuestro Salvador y nuestra buena Madre. Nosotros venimos a ofrecerte con estos obsequios que colocamos a tus pies, nuestros corazones, deseosos de agradarte y a solicitar de tu bondad un nuevo ardor en tu santo servicio.
Dígnate presentarnos a tu Divino Hijo, que en vista de sus méritos y a nombre de su Santa Madre, dirija nuestros pasos por el sendero de la virtud. Que haga lucir con nuevo esplendor la luz de la fe sobre los infortunados pueblos que gimen por tanto tiempo en las tinieblas del error; que vuelvan hacia Él y cambie tantos corazones rebeldes cuya penitencia regocijará su corazón y el tuyo. Que convierta a los enemigos de su Iglesia y que en fin encienda por todas partes el fuego de su ardiente caridad. Que nos colme de alegría, en medio de las tribulaciones de esta vida, y de esperanza para el porvenir.
Amén.

Este mes podemos darle un lugar especial a la Virgen María, procurando seguir el ejemplo de humildad y servicio que ella nos brindó al aceptar ser la madre de Dios y Madre nuestra.