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Domingo 24 de marzo de 2019

Monseñor Aós: abusos son absolutamente intolerables, necesitamos profundas reformas

Así lo enfatizó monseñor Celestino Aós en la Catedral Metropolitana, al asumir este domingo 24 como Administrador Apostólico de Santiago.

Fotos: Nibaldo Pérez

Periodista: José Francisco Contreras

Fuente: Comunicaciones Santiago

Link fuente: www.iglesiadesantiago.cl

En la eucaristía participaron los cardenales Ricardo Ezzati y Jorge Medina; el Nuncio Apostólico, monseñor Ivo Scapolo; el obispo auxiliar, monseñor Cristián Roncagliolo; sacerdotes, diáconos permanentes y feligreses que acudieron a recibir al nuevo pastor.

Al comienzo del oficio religioso, el Nuncio Apostólico, monseñor Ivo Scapolo, dio lectura al decreto de la Congregación para los Obispos de la Santa Sede por medio el cual el Papa Francisco nombra Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Santiago a monseñor Celestino Aós Braco, OFM Cap. El mismo documento le concede los derechos y facultades, como también los deberes que competen al obispo diocesano.
Tras ello, los obispos presentes entregaron su saludo al pastor de Santiago y el cardenal Ezzati procedió a cederle la presidencia de la Asamblea, en medio de los aplausos de los fieles que llenaron el templo.

Luego, el ahora arzobispo emérito se dirigió a monseñor Aós, para darle la bienvenida a esta arquidiócesis y también a los presentes para, en primer lugar, dar gracias a Dios por su vocación a la vida religiosa y el ejercicio de su labor pastoral en Chile. El cardenal Ezzati, además, dio gracias a todos los que lo acompañaron en este ministerio, particularmente en esta arquidiócesis. También agradeció a quienes "por una búsqueda que puedo considerar y considero honesta han querido prestarme el servicio del aguijón, de su crítica, a veces amarga y a veces, tengo que decirlo, no fundada".

Finalmente, el cardenal Ricardo Ezzati invocó de parte de Dios "el perdón humilde por las debilidades, las flaquezas propias del ministerio". Y agregó: "Con clara conciencia, pido perdón por mis debilidades y mis flaquezas y estoy confiado en la misericordia de Dios. Creo profundamente en la verdad y creo profundamente en la justicia". Tras ello, el cardenal llamó a seguir a Jesús el Señor y su Evangelio.

En su homilía, monseñor Celestino Aós agradeció, en la persona del cardenal Ezzati, a todos los pastores, obispos, sacerdotes y diáconos de esta Iglesia particular de Santiago. "Como Moisés supieron de horas de luz y de horas de cruz. Solo Dios conoce toda su generosidad y dedicación, todos sus esfuerzos y trabajos. Ninguna comunidad puede olvidar a sus pastores y padres en la fe que Jesucristo les asignó", dijo monseñor Aós. Y pidió a los fieles rezar por él, "para que yo pueda ir conociendo a esta Iglesia, la vaya amando con sus virtudes y cualidades y con sus deficiencias y pecados". Luego, agradeció al Papa Francisco, "que conociendo mi pequeñez y limitaciones ha considerado que debía sumar mi colaboración a su tarea por el bien de esta Iglesia de Santiago y de Chile".

También agradeció "a todos los cristianos que viviendo sus compromisos bautismales son testigos en sus ambientes y trabajos de Jesucristo resucitado, llamados individualmente, pero siempre a ser parte de un grupo más grande, la Iglesia".

No bastan maquillajes

Enseguida, el Administrador Apostólico de Santiago expresó: "Sé que juntos nos ocuparemos de los que sufren en las cárceles y en los hospitales, porque están cesantes o en trabajos indignamente remunerados; por los emigrantes, por los estudiantes a quienes no se les da una formación y una educación valórica, humana y cristiana. De un modo especial atenderemos y serviremos a los que sufren el atropello a su dignidad de persona, resultado de los abusos y delitos absolutamente injustificables y absolutamente intolerables por parte de clérigos. No bastan retoques de maquillaje. Necesitamos reformas y cambios profundos. Cambios que parten del corazón de cada uno de nosotros, que tiene que buscar la verdad y la justicia para ser cada día más misericordiosos. Los cuidados y respetos que nos damos unos a otros harán que podamos florecer y dar frutos. El maltrato y el abuso siempre lesionan, disminuyen la vitalidad e impiden que las personas florezcan y den frutos tal como Jesús quiere".

Las cosas por su nombre

Afirmó también monseñor Celestino Aós que "la promesa de la Tierra Prometida está delante y no atrás. Una promesa de ayer, pero para mañana. Para avanzar pedimos a Dios que nos dé la valentía de llamar a las cosas por su nombre; la valentía de pedir perdón y la capacidad de aprender a escuchar lo que Él nos está diciendo. Que nos conceda la sabiduría para no tomar a los que se nos oponen como enemigos, sino aceptar con serenidad las críticas y las contradicciones."

Después, el Administrador Apostólico de Santiago afirmó que lo que sostiene a los pastores es que "fuimos tratados con misericordia. De ahí la invitación a no esconder nuestras propias llagas, a no ser autorreferenciales no juzgarnos superiores. El Espíritu Santo y la Virgen María nos ayudarán a encontrar en nuestras heridas y en nuestras llagas los signos de la resurrección de Jesucristo". El pastor terminó su homilía recitando la Oración de san francisco de Asis "Señor, haz de mí un instrumento de tu paz". La homilía fue respondida con espontáneos y calurosos aplausos de los fieles.

Al término de la eucaristía, la canciller, María Francisca San Martín, leyó los primeros decretos del Administrador Apostólico, en los que nombra vicario general y vicarios episcopales y delegados.