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Artículo

Martes 30 de abril de 2019

Dos nuevos sacerdotes para Santiago

Con una emotiva ceremonia en la Catedral de Santiago, Patricio Burich (30) y Raúl Bascuñán (36) fueron ordenados sacerdotes este sábado 27 de abril. La eucaristía fue presidida por monseñor Celestino Aós.

Fotos: Nibaldo Pérez

Periodista: Enrique Astudillo Baeza

Fuente: Periódico Encuentro

Link fuente: http://www.periodicoencuentro.cl/mayo2019

Tras ocho años de formación en el Seminario Pontificio Mayor de Santiago y acompañados por familiares, amigos, sacerdotes, consagradas y laicos, el obispo de Santiago los invitó a vivir su servicio con celo apostólico en el actual contexto de la Iglesia: “No traten nunca, nunca de justificar la maldad, el pecado y la mentira, pero no olviden tampoco nunca que el Señor Jesús ama y redime a los pecadores (…). Hoy vale la pena ser sacerdote, reconocer las maravillas de Dios en medio de su pueblo”, les dijo el pastor. Al término de la celebración el P. Raúl Bascuñán se mostró agradecido y con ganas de ayudar a los demás: “Dios es muy bueno, estoy muy feliz, agradecido, con ganas de servirlos a todos en la Iglesia de Santiago. Espero poder acercar a la gente a Jesús”.

A su vez, el P. Patricio Burich destacó que “estoy dispuesto a servir al Señor y a anunciar su amor a todas las personas que lo necesitan. Cuando el Señor llama es imposible resistirse. Les digo a los jóvenes que experimenten ese llamado, que escuchen al Señor, es un camino precioso”, finalizó.

Ambos continuarán sus servicios como vicarios parroquiales. Raúl Bascuñán en la Parroquia Jesús Carpintero de Renca, y Patricio Burich en la parroquia Santa Catalina de Siena de Ñuñoa. Pero ¿quiénes son los nuevos sacerdotes de la Iglesia de Santiago? Fuera de la catedral nos encontramos con ambos y hacemos un recorrido por el Paseo Ahumada para conocerlos más en profundidad.

¿Dónde nace la vocación sacerdotal?

-P. Raúl: Me fui a vivir a la población La

Bandera y a los 26 años el Señor me llamó fuerte. Me mostró esta comunidad preciosa que me enamoró realmente y me hizo experimentar que Dios me quiere gratuitamente.

-P. Patricio: La vocación nace por un llamado de Dios que pone en mi corazón. Un llamado gigante de querer seguirlo para toda la vida. Fue en tercero medio. Ahí sentí ese llamado profundo en una parroquia.

-¿A quién le contaron primero?

-P. Raúl: Les conté a mis amigos de la comunidad de La Bandera primero. Ellos me ayudaron mucho a discernir. Luego a mis amigos del colegio y al final, a mis papás.

-P. Patricio: Yo no le conté a nadie y cuando fui aceptado, ahí llamé a mis papás y les conté a ellos y luego a mis amigos, después a los amigos del colegio y de ahí, la noticia voló y todos se enteraron.

-¿Cómo toma la familia una decisión tan radical?

-Raúl: A mi mamá al principio le costó un poco, pero después se puso muy contenta. Mi papá se puso muy contento y los hermanos siempre apoyando.

-Patricio: Mi familia muy feliz. Lo primero que dijo mi hermano fue “tenemos misa a domicilio”. Así que estaban todos contentos y cuando ven que uno está feliz, los papás también se alegran por uno y por la decisión.

-¿Se imaginan en otra cosa?

-Raúl: No. Yo soy ingeniero, pero aquí soy feliz.

-Patricio: Yo estudié como cuatro carreras. Estaba medio perdido, pero no me veo en otra cosa que no sea de cura.

-¿Cómo imaginan su vida anterior, ahora que los verán siendo sacerdotes?

-Raúl: Uno sigue siendo amigo. Eso es lo importante, que uno sea amigo, que sea hijo, que sea hermano y que los amigos te sigan tratando como amigos, porque uno sigue siendo un par. Estos años de formación han sido así gracias a Dios.

-Patricio: Las amistades siguen. Todos me decían: “Oye, nos vas a casar”. Así que las pololas de mis amigos no estaban muy contentas, porque tenían que esperar hasta que cumpliera los 30 años y ser ordenado, pero ahora ya los puedo casar. He bautizado a los hijos de mis amigos. Se ha dado una relación muy bonita.

-¿Cómo se describirían antes y después de la decisión de ser sacerdotes?

-Raúl: Me gustaba cantar música de fogata. Me gustaba mucho Radiohead. En el colegio practicaba atletismo. Ahora hago algo de bicicleta y soy muy malo para el fútbol. Me iba bien en el colegio y me gustaba mucho estudiar.

-Patricio: A mí me gusta la música celta, el reggaetón, la música clásica para estudiar y la salsa. En verdad, de todo. Mi teléfono siempre está saturado de música. Soy fanático del deporte. Me gusta el tenis y el fútbol es mi pasión. También, cuando puedo, hago tracking. En Educación Física y Tecnología estaban las buenas notas. Después los otros ramos eran morados, incluso medio rojos, y en conducta, desordenado, payaso, condicional todo el rato. El deporte era lo único que me gustaba.

-¿Cómo era un día de carrete de ambos antes de entrar al seminario?

-Raúl: Mis carretes eran buenos. De hartos amigos, los que mantengo hasta hoy y los quiero mucho. Eso sí, era de los nerds, pero lo pasaba bien.

-Patricio: Mis carretes eran de harta música, harto baile y de pasarlo bien también.

-¿Cómo se imaginan siendo sacerdotes?

-Raúl: Bien entregado a las personas, cercano, que me puedan decir las cosas cuando me equivoque. Que pueda transmitir a Jesús y que pueda unir a la gente con Jesús. Ese es mi sueño.

-Patricio: Ayudando a las personas a que puedan conocer a Dios, enamorarse de Él y que eso les cambie la vida. Yo antes no era muy católico y me pasaron cosas y me convertí, ahí sentí el llamado. Entonces, he estado en las dos caras de la moneda y me siento muy llamado a ser un sacerdote, sobre todo, para aquellos que no lo conocen y que están alejados, para demostrarles que esto es una maravilla.

-Se ordenan en un momento crucial para la Iglesia, con una transición en medio de una crisis profunda. ¿Cómo viven eso desde el interior?

-Raúl: A mí esta crisis me llama a ser más radical, a estar enamorado de Jesús, a ir de su mano, porque Jesús es siempre atractivo. Jesús siempre llama y quiere hacerte feliz. Eso tenemos que mostrarlo hoy. Me siento muy llamado a eso y a estar al servicio de los demás.

-Patricio: Es un tiempo difícil. Hemos sufrido mucho, pero yo tengo muchas expectativas y esperanzas de un tiempo de renovación de la Iglesia y Dios cuenta con nosotros para eso. Dios nos llamó en este tiempo a servirlo a él, en esta Iglesia. Así que sólo queda ponerse a trabajar, a misionar, a reencantar a las personas, a seguir anunciando el amor de Dios a tiempo y destiempo.

-¿Cuál será su compromiso con la protección de los menores en la Iglesia, y qué significa para ustedes evangelizar en medio de una crisis de abusos que el Papa ha pedido a erradicar?

-Raúl: Mi compromiso es tener a Jesús en

el centro de la vida, esa que está al servicio de los niños, esa que ayude a restituir la confianza mostrando cercanía y normalidad, acompañando a los catequistas en su camino de formadores e involucrar a la comunidad en esta tarea, sabiendo que la Iglesia somos todos. Evangelizar en medio de la crisis es una oportunidad para seguir anunciando a Jesús hoy, centrándose en lo más importante que es Jesús. La Iglesia sólo existe para anunciar a Jesús, esa es su tarea y no para anunciarse a sí misma. Creo que es una oportunidad para que realmente vivamos la fe sabiendo que la Iglesia somos todos.

-Patricio: Mi compromiso es poner lo mejor de mí para que nunca más algo así vuelva a ocurrir y para cambiar la forma en que los sacerdotes nos hemos relacionado con los niños, con los jóvenes, con los adultos y erradicar el clericalismo que es el gran mal. La evangelización es un desafío tremendo, porque evangelizar en crisis es donde hay que ser más radicales y vivir lo más parecido a Jesús para re-encantar a la gente que se ha ido. Ser un testimonio vivo que Dios es amor.

-¿Qué significa para ustedes ser los primeros sacerdotes ordenados por monseñor Celestino Aós?

-Raúl: Monseñor Aós se ha mostrado muy cercano. A nosotros nos llamó para decirnos que habíamos sido aceptados para ser sacerdotes y me han gustado mucho sus gestos de cercanía con los más pobres, de conversar con las víctimas de abusos, de estar con los sacerdotes que sufrieron abusos. Realmente ha sido un sacerdote que sigue los pasos que pide el Papa Francisco. Muy contento de que él nos ordene.

-Patricio: Pienso lo mismo que Raúl y me siento muy llamado a colaborar con él, a estar a su disposición, al servicio para lo que necesite y para las necesidades de la Iglesia.

-¿Algún mensaje a los jóvenes?

-Raúl: Decirles que Jesús nos quiere felices. Jesús nos perdona, nos acompaña. Y en esa felicidad, nos propone un proyecto. Yo he descubierto eso y pregúntate qué quiere Dios de ti y vas a ser feliz. Y pedirles que hagan oración por mí y por Pato para que seamos santos sacerdotes al servicio de todo el Pueblo de Dios.

-Patricio: Decirles que Jesucristo es lo más bello que hay. Él nos da la verdadera felicidad. Hoy en día hay muchos jóvenes buscando su vocación, que están buscando su felicidad y yo les diría que le pregunten a Jesús qué quiere Dios de él o de ella y no tengan miedo de seguir a Jesús, de poder enamorarse de él y consagrar su vida a él, al servicio de las personas y anunciar la Buena Noticia que es el amor de Dios.