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Viernes 26 de julio de 2019

Semana Teológico Pastoral: Acompañar para discernir

En la tercera jornada de la “Semana Teológico Pastoral” se transitó desde la conceptualización, la experiencia de la Iglesia Católica en el acompañamiento con los migrantes hasta saber cómo están hoy las comunidades frente a la crisis y cómo se les debería acompañar en este tiempo.

Fotos: Jorge Salomon

Periodista: Carmen Gloria Díaz Meléndez

"Yo no soy yo, si no Cristo que vive en mí" (Gal 2,20). La experiencia espiritual está en cada uno y en la comunidad que actúa como un cuerpo. El padre Francisco Jiménez s.j. empezó su conferencia mostrando los distintos rostros de Cristo que el arte ha representado a través de los años, mostrando los cambios y las diferencias de cómo se percibe.

Cambios que ha ido experimentando la Iglesia de acuerdo a cómo la historia también evoluciona. Cada uno de ellos ha venido con crisis, las que deben enfrentarse y no esconderse dijo. Hay que defender lo que creemos, pero también hay que dar espacio a dialogar para poder crecer, para poder construir, y planteó que hay que ser capaces de hablar sobre temas modernos porque "no hay discernimiento sin diálogo".

"Llevamos 40 años debatiendo esto (subjetivismo de la conciencia y objetivismo de la verdad), a partir del Vaticano II, y hemos tomado decisiones en base a estas disputas y pastoralmente tenemos que constatar que esta disputa de 40 años ha hecho que exista hoy una brecha muy grande entre lo que la Iglesia predica, de lo que predicamos como Iglesia y lo que la gente vive". Y continúo "... y en muchos temas, cualquiera sea, anticonceptivos por ejemplo, homosexualidad, muchos temas en general, elección de los obispos, en que la gente piensa de una manera y estiman que ante el pensamiento de la Iglesia pueden tener una opinión distinta y entonces se ha formado una brecha, que genera una desconfianza mutua muy grande entre estas dos posiciones". Si bien hay que defender la "parcela", también es cierto que hay que entrar en el conflicto para llegar a la verdad.

"Lo que está tratando de hacer el Papa Francisco es superar esta tensión existente entre estás dos posiciones irreconciliables, estás dos cosmovisiones irreconciliables y está tratando de proponer una superación que nos permita caminar, que nos permita disminuir la brecha pastoral que tenemos hoy en relación a la conciencia y con las normas morales de la Iglesia y por eso ha propuesto constantemente en todos sus documentos tanto la sinodalidad como el discernimiento. Estos son los dos conceptos ejes de este plan".

"Si no somos capaces de responder a los problemas reales de las personas, sino somos capaces de eso, no podemos comunicar a Cristo. Porque Cristo se encarna en nosotros, en la comunidad y eso significa que la comunidad dialogue, entre en crisis y proponga algo nuevo".

El padre Jiménez concluyó planteando que el rol del Ministerio es acompañar y para eso se debe:
1. Asegurar el marco propicio para el proceso de intersubjetividad
2. Generar, permitir, animar el diálogo, el encuentro.
3. Permitir el conflicto y la crisis, mediar y sostener.
4. Ayudar a la deliberación, ofrecer criterios formales y contenido valórico y doctrinal.
5. Volver a acompañar los procesos de crecimiento continuo y nuevos discernimientos.

Muchos muros, pocas puertas

El padre Isaldo Bettin más conocido como el "Padre Beto" ha trabajado desde siempre con los migrantes desde distintas ciudades, pero siempre con ellos. Los rostros cambian pero las motivaciones son similares, todos "buscan un lugar para construir un proyecto de vida". Y sigue esto "es algo que nos interpela a todos".

Al conocer tan de cerca esta realidad que habla de 1 millón 250 mil migrantes hoy en Chile, fue fácil para él dar una radiografía de lo que hoy viven peruanos, colombianos y, especialmente, los venezolanos en el país.

Al comentar lo que ocurre en Arica el padre Beto se emocionó "mucha impotencia, pero ahí estamos acompañando el dolor... uno muchas veces se involucra en el dolor y el sufrimiento. Y a veces es difícil encontrar soluciones. Hay muchos muros legales, jurídicos, fronterizos, culturales y pocas puertas... ojalá podamos abrir más puertas, ventanas, encuentros de diálogo, presencia y acompañamiento".

El Papa Francisco plantea cuatro verbos para abordar la situación de los migrantes. Acoger al migrante "es desde una dimensión personal, pero también desde una visión de Iglesia, de Gobierno". Proteger "porque delante de los conflictos de los desafíos jurídicos, legales, atropellos hay que proteger al migrante" con convenios internacionales que hay que conocer para apelar a ellos y exigir a los gobiernos que los pongan en práctica. Promover "porque el migrante viene cargado de valores, de cultura, de riqueza porque son un aporte... hay que visibilizarlos". Integrar "al migrante en la sociedad, en la vida, en la Iglesia, en la comunidad". Y yo dijo el padre Beto agregaría un quinto verbo que es Celebrar, "celebrar la riqueza, los valores, los aportes".

Es preciso empezar denuevo

Para finalizar la jornada el panel integrado por Paulina Pérez, directora del departamento de promoción de ambientes sanos de la Delegación para la Verdad y la Paz, Patricia Catalán, secretaria pastoral de la Vicaria Zona Oeste y el padre Maurico Labarca, encargado de acompañamiento comunitario de la Delegación para la Verdad y la Paz expusieron sobre cómo las comunidades están hoy y cómo han enfrenado el tema de la crisis. Un diagnóstico de la realidad, que muestra que no es uniforme, sino que cada uno lo ha vivido de manera distinta. Lo que sí hay consenso es que es "preciso empezar denuevo".
Hay una sensación de que las cosas no se han hechos bien y de que "nos cuesta empatizar". Para ello proponen que hay apoyarse en el conocimiento de otros, de expertos, para trabajar en comunidad la crisis. El padre Labarca llamó a dar espacio a tres conceptos: cercanía, empatía y solidaridad para enfrentar este momento. Y finalizó planteando la necesidad de esperanzar la crisis. Y para ello hay que seguir lo propuesto por el Papa que llama a promover ambientes sanos.