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Miércoles 31 de julio de 2019

Informe de rendición de cuentas 2018: “Tenemos que ser una Iglesia austera”

Lo dijo monseñor Cristián Roncagliolo al entregar el “Informe de Rendición de Cuentas 2018” del Arzobispado de Santiago, expuesto personalmente por él y el ecónomo, Mauricio Domínguez, a vicarios, secretarios ejecutivos, agentes pastorales y trabajadores de la arquidiócesis.

Periodista: Carmen Gloria Díaz Meléndez

El Informe habla de números azules, pero hay que ser conscientes. Debemos "usar bien los recursos, no dejar de hacer cosas" planteó el obispo auxiliar monseñor Cristián Roncagliolo. Esto es un desafío a la creatividad y un llamado a escuchar, a fijar la ruta teniendo presente las palabras del Papa Francisco: "una Iglesia pobre, para los pobres".

Desde el año 2011 se empezó a trabajar en el tema de la transparencia. Si bien no es una obligación legal exponer y mostrar el balance financiero de la Iglesia de Santiago, se quiso dar un paso más, dice el ecónomo Mauricio Domínguez. Nertha Bordones, directora de la Dirección de administración y Finanzas del arzobispado, ha trabajado desde los inicios en esto. "a partir de ese período se comienza a transparentar cuánto cuesta el trabajo de la construcción del reino en la arquidiócesis de Santiago". agrega que esto es un trabajo que viene haciéndose como las hormiguitas... hasta llegar hoy día a estados consolidados".

La Iglesia de Santiago se divide en siete zonas geográficas, en las que se ubican 216 parroquias y 474 capillas. además, la conforman 407 colegios católicos, 5 instituciones de educación superior, 24 movimientos, asociaciones y nuevas comunidades y 164 comunidades de vida consagrada.

Durante el año 2018 los recursos recibidos llegaron a $11.648.141, los que corresponden a ingresos por proyectos (42%), arriendos (31%) y recaudación del 1 por ciento (27%). Como aclara Nertha Bordones, estos dineros corresponden al patrimonio diocesano, no de congregaciones o colegios, ellos tienen administración independiente. Y tampoco, son cifras de la Iglesia de Chile sino de la Iglesia diocesana de Santiago. Este dinero (76%) es gastado mayoritariamente en actividades sociales y pastorales, desde vicarias zonales se utiliza un 25%, Tribunal eclesiástico utiliza un 2% y vicarías ambientales y delegaciones un 49%. El resto se usa para la administración de las propiedades (contribuciones y mantenimiento) y la administración central.

El 1% como fondo solidario 

El 27% de los ingresos del arzobispado corresponden a la contribución que realiza cada católico en la medida que pueda y quiera. Éstos se distribuyen principalmente en la actividad pastoral y en el sostenimiento del culto. El ecónomo Mauricio Domínguez explica que "hay una parte que se queda en cada parroquia y otra que se le entrega a la arquidiócesis para distribuirla en las parroquias donde los recursos no son suficientes...". Ellos la utilizan para reparar la casa parroquial o para cubrir los gastos operacionales en los meses en que los ingresos propios no alcanzan.

Nertha Bordones complementa "actúa como un fondo solidario... si lo llevamos a una fórmula matemática, la parroquia con mayor ingreso se queda con un 10% y entrega el 90% a la arquidiócesis. Y, en el caso contrario, en las parroquias que son de menores recursos es al revés, o sea se quedan con el 90% y entregan el 10%, es una figura que hace un fondo solidario".

La existencia y mantenimiento del 1% es fundamental para la Iglesia de Santiago. Si bien la crisis lo ha afectado, en el sentido de que el número de contribuyentes ha disminuido, los ingresos se han mantenido por el compromiso de quienes siguen creyendo y entienden que la construcción del reino es el objetivo.

Según el Informe durante el 2018 ingresaron $3.174.504 millones de pesos por este concepto. Si este recurso disminuye o desaparece la vida pastoral se vería fuertemente dañada. "Donde más se afecta es en la formación de los agentes pastorales, en la creación de más vocaciones, no sólo sacerdotales sino de las vocaciones de entrega, de compromiso. Hoy todos los católicos que se han formado en nuestra Iglesia son fuente de ayuda solidaria, porque no es que nosotros vamos a entregarle comida a alguien, sino que nosotros les enseñamos a pescar. Es la formación la que nosotros dejamos de hacer sino tenemos el 1% y si no tenemos formación, no tenemos gente evangelizada, si no tenemos gente evangelizada no tenemos gente solidaria y esto se va haciendo cada vez más chiquitito", precisa Nertha y agrega "las parroquias son un símbolo de acogida súper potente, o sea, cuando tú estás triste, desvalido, cuando las personas se sienten solas, cuando tienen hambre, lo primero que piensan es ir a una parroquia, independiente de su credo. Entonces, si nosotros no tenemos estos recursos, la acogida se ve afectada".

Es necesario conversar la Iglesia qué queremos y cómo la queremos, por eso la transparencia es un paso determinante dijo monseñor Cristián Roncagliolo en cada encuentro que tuvo con todos quienes se interesaron en saber sobre los recursos del arzobispado. aclaró, también, que este es un balance, una radiografía financiera, es una fuente de información para escribir la ruta del camino por el que se quiere transitar, que es la austeridad.

Derribando mitos

Este año 2019 la Corte de Apelaciones de Santiago, en un fallo unánime, dictó que la Iglesia de Santiago debía pagar una indemnización de 100 millones de pesos para cada una de las tres víctimas de abusos de Fernando Karadima. El arzobispado fue claro en aceptar y manifestar públicamente la intención de que esto contribuya al proceso de reparación de las víctimas.

Al conocerse esta medida, monseñor Celestino Aós, Administrador Apostólico, señaló enfáticamente que "no saldrá del 1% ni de otras donaciones entregadas por los fieles". Se manejaron tres opciones: venta de propiedades, lo que se desestimó, porque son una fuente permanente de recursos; el endeudamiento se descartó, porque la capacidad de pago es limitada, y sólo quedaba hacer uso de los ingresos generados por arriendos, y así fue.

Esto significa que para los presupuestos del 2020 se deberá tener presente una mirada de "eficiencia operacional". Eso quiere decir que aprendamos a "descubrir que el mismo trabajo, lo podemos hacer con menos recursos", señalo el ecónomo Mauricio Domínguez.