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Lunes 19 de agosto de 2019

San Alberto Hurtado fue un hombre agradecido

Este 18 de agosto se celebró el Día de Solidaridad con una misa presidida por el monseñor Celestino Aós, en la que recordó su preocupación y trabajo permanente por los más necesitados.

Fotos: Jorge Salomón

Periodista: Carmen Gloria Díaz Meléndez

Hace 67 años, el 18 de agosto de 1952, murió en Santiago Alberto Hurtado Cruchaga, abogado de profesión y sacerdote jesuita por decisión de vida. Fue el fundador del Hogar de Cristo, su obra más emblemática que funciona hasta el día de hoy brindando un servicio a los más necesitados de la sociedad.

Su obra y dedicación por sus "patroncitos" como llamaba a quienes ayudaba fue reconocida por el Congreso Nacional en 1993 cuando declararon oficialmente con el Día de la Solidaridad en Chile, a propósito de su inminente beatificación en 1994 y luego canonización el 23 de octubre del 2005.

En su homilía monseñor Celestino Aós invitó a los presentes "a dar gracias a Dios por este hermano nuestro en la fe Alberto Hurtado. Alberto es un hombre creyente, que rezó, que daba gracias a Dios. Era un hombre de la Iglesia y daba gracias por Chile, este Chile que le dolía hasta llevarlo a preguntarse si de verdad era un país católico, si era un país creyente".

Claudia Morales sabe de dar gracias. Por tercer año que llega junto a su mamá Rosa Cortés desde Vicuña a agradecer por estar cada vez más cerca de Dios, por tener vida. En mayo del 2016 le diagnosticaron un cáncer a la segunda porción del duodeno. Las operaciones se fueron sucediendo y en vez de mejorar, su salud se iba debilitando. Recuerda "estuve en la UTI mal... antes que empezará esto, yo le decía al Señor que quería tener una fe plena, yo no me sentía con esa fe y le decía que me diera una luz de algo. Yo creo que él me mandó esta enfermedad para entender que él es una esencia porque antes yo no lo sentía".

Mucha gente sin conocerla rezó por su recuperación, hicieron cadenas de oración e incluso acciones solidarias como bingos para apoyarla económicamente ya que su cáncer no tenía cobertura. Esa experiencia de vida la hace hoy vivir un cambio, su fe ha crecido y actualmente pertenece al grupo "Los patroncitos del Padre Hurtado de Vicuña", que todos los jueves se reúnen a rezar el rosario y ayudar a las personas de la calle que lo necesitas con bienes y escuchándolos también. Claudia por su enfermedad, que va en mejoría, "este año he logrado subir un poco de peso recién, pero sigo con exámenes y controles", no siempre puede asistir, pero su casa siempre está abierta.

Tras la misa, monseñor Aós depositó un ramo de aromos sobre la tumba de San Alberto Hurtado mientras el coro recitaba un poema que Gabriela Mistral le dedicó tras conocer la noticia de su fallecimiento "y alguna mano fiel ponga por mí unas cuantas ramas de aromo sobre la sepultura de este dormido que tal vez será un desvelado y un afligido mientras nosotros no paguemos las deudas contraídas con el pueblo chileno, viejo acreedor silencioso y paciente. Démosle al Padre Hurtado un dormir sin sobresalto y una memoria sin angustia de la chilenidad, criatura suya y ansiedad suya todavía".

Al terminar la ceremonia hubo un momento para compartir. El padre Jorge Muñoz sj Vicario de la Pastoral Social Caritas y Rector Santuario Padre Hurtado dijo "en Alberto Hurtado encontramos una santidad sólida, encontramos un sacerdocio, una vida generosa, un corazón abierto a los demás, a las necesidades de los demás, no a las propias, no centrado en lo que yo necesito sino en lo que el otro necesita (...) la importancia de celebrar hoy es que hemos venido a la tumba del padre Hurtado a pedirle que con su alegría, con su generosidad nos haga retomar el camino de Jesucristo". Y recordó una de sus frases, "´aquel que ha mirado, aunque sea solo una vez a los ojos de Jesucristo, no lo olvidará jamás´. Creo que efectivamente lo que necesitamos es aprender de eso. Alberto Hurtado tenía su vista puesta en Jesús, no era en él, él nos invitaba a mirar y a buscar a Jesús y creo que tenemos que aprender de eso, aprender del Padre Hurtado mirar a los ojos a Jesucristo, y mirándolo a los ojos de tal manera que transforme nuestra vida, entonces a eso los invito a vivir la experiencia que Alberto Hurtado vivió, transformarse por Jesucristo y vivir como el buen samaritano que él fue".