Click acá para ir directamente al contenido
Artículo

Jueves 5 de septiembre de 2019

Piedad popular: la voz de Dios en los pueblos

Qué lleva a creer en un santo o santa en Chile. Por qué ser testigo vivo de alguien que en su mayoría nadie conoció o vio. Cuál es la razón para que miles de chilenos no se dejen doblegar ante los avatares de un mundo cada vez más secularizado. Indagamos en esa íntima relación de amor entre Dios, por medio de sus santos, y el pueblo de Chile.

Fotos: Nibaldo Pérez

Periodista: Enrique Astudillo Baeza

Fuente: Iglesia de Santiago

Link fuente: www.periodicoencuentro.cl

Para responder estas inquietudes, nos reunimos con el padre Gonzalo Guzmán, integrante de la Comisión Nacional de Liturgia (CONALI), para que nos explique ésta y otras interrogantes que a diario nos hacemos cuando se trata de piedad popular. El padre Guzmán, en el año 2016, lanzó "Lo popular" (Editorial Centro Litúrgico Vicentino, Roma, 402 páginas), libro que aborda este fenómeno en nuestro país. El sacerdote pasó más de cinco años recorriendo distintos lugares de Chile y el extranjero, para poder investigar y conocer en profundidad el misterio de la fe desde lo recóndito y lo popular: "El libro nace de mi tesis que hice en Roma. Yo venía de seis años de ministerio aquí en Chile y con una fuerte experiencia en parroquias populares.

Veía la devoción popular en comunas como Cerro Navia, Maipú y Quilicura, lugares donde yo había estado. Llego a Roma, donde recibo esta formación litúrgica y científica y la empiezo a aplicar a la piedad popular. Y así nace el libro", nos cuenta.

El también párroco de la Natividad del Señor, en Puente Alto, nos revela que en su investigación se encontró con episodios de devoción que jamás olvidará: "En Quilicura, por ejemplo, teníamos una gruta de la Virgen y por distintas razones tuvimos que demolerla. Sin embargo, con el paso del tiempo, la gente aún en ese espacio, siguió poniendo flores y velas. Y yo decía "aquí está hablando Dios", es decir, hay una irrupción distinta, que sale de lo habitual".

Al comenzar esta conversación, el padre nos aclara de inmediato dónde están los límites para no confundir piedad popular con otros tipos de prácticas a la hora de creer en un santo: "En la piedad popular, a veces, nos encontramos con ciertas mezclas que no tienen un límite de claridad. Si tú me dices recé un Rosario, eso es piedad popular, es devoción. Pero si me dices fui a Lo Vásquez y me azoté, sangré las rodillas, yo te diría de inmediato que eso no está bien. El peligro está en confundirse", enfatiza.

A menudo vemos peregrinajes de kilómetros y kilómetros ¿Es válido el dolor y esfuerzo cuando se "paga" una manda?

El dolor ofrecido siempre es una ofrenda agradable a Dios. El punto está en no caer en un mercantilismo del dolor, de lo piadoso. Es decir, 'te doy esto, pero tú me das esto. Debemos recordar que desde la fe, para Dios, todo es gracia.

¿Es correcto, pedir por mayores sueldos, mejores trabajos o por temas de deudas?

(Ríe) Más que decir correcto o no, yo diría que eso es humano, y nada de lo que es humano es ajeno a Dios. Acá es bueno preguntarse qué me motiva a pedir un mejor sueldo, un ascenso en el trabajo. Si es por un tema de dignidad, porque siento que mi trabajo vale más de lo que gano, es muy válido. Si lo queremos por codicia, ahí ya no corresponde.

En el caso de la Virgen de Montserrat o de san Expedito o del propio Romualdito ¿Cómo explica esta particular devoción?

Por nuestro entramado cultural. Los pueblos tenemos la propiedad de crear una cultura y una historia. Tomamos conciencia de las diversas coyunturas y tratamos de responder a ellas. Una dimensión humana es la religiosidad, que no es privativa del mundo cristiano, es más bien, la necesidad de trascender y relacionarse con lo sagrado. Si hay una escasa formación religiosa, nacen las confusiones que se van trasmitiendo de generación en generación.

¿Por qué estas fiestas de religiosidad popular se han transformado en verdaderos hitos culturales de nuestro país?

Por lo anterior. Por ese proceso interno de cada pueblo. Ese pueblo que es capaz de generar y padecer una cultura en particular. Cuando el Evangelio entra allí, nacen las grandes manifestaciones populares.

¿Es verdad que las reliquias que veneramos son milagrosas?

Los milagros los hace Dios. Pero los cristianos no creemos por los milagros, sino por la revelación contenida en las Sagradas Escrituras y en la tradición de la Iglesia. No podemos privar a Dios de realizar acciones milagrosas. Quiénes somos para amarrar al Espíritu Santo. La veneración a las reliquias es antiquísima, en particular debido a los mártires, y eso va en el ADN del cristiano. Es parte del lenguaje de lo sacro, lo visible, una reliquia es lo que me permite relacionarme con lo invisible, que es Dios.

¿De qué se trata cuando en el Credo profesamos la Comunión de los Santos? ¿Podemos lograr un trato directo con ellos?

Creer en la comunión de los santos es creer en la Iglesia. Hay dos comuniones, por así decirlo. Aquella de las cosas santas y aquellas de las personas santas. La de las personas se da aquí, pero también con la porción de la iglesia triunfante, esa es la de los santos.

¿Ser católico y celebrar La Tirana, por ejemplo, con bailes y rituales no es contradictorio?

Para nada. Cuando acrecientas tu fe desde el corazón, como dice el Papa Francisco, encuentras allí esa relación con el baile, la vestimenta, con la tierra. Es una epifanía de Dios. Una verdadera mística popular, que se puede pulir más. Lo importante es comprender que hay un sólo Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo y no es un panteísmo donde todo es energía divina. Tanto más teñida de color y cultura, se hace más propia."

Al final de la entrevista el padre Gonzalo Guzmán deja una reflexión: "A uno le puede dar vergüenza en el trabajo decir 'yo soy católico', pero a la hora de ir a peregrinar no le da vergüenza. Hay una fuerza evangelizadora en la piedad popular que supera todos los obstáculos"