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Sábado 28 de septiembre de 2019

A los 102 años falleció padre José Aldunate SJ

Hoy sábado está siendo velado en el templo San Ignacio hasta las 21:00 horas. Sus funerales se realizarán el lunes 30 de septiembre, a las 11:00 horas en la Iglesia San Ignacio. Previo, el domingo 29 habrá un homenaje popular en el Museo de la Memoria.

La Compañía de Jesús entregó la información en un comunicado que señala: "Lamentamos comunicar el fallecimiento del P. José Aldunate Lyon (102). Su funeral se realizará el día lunes 30 de septiembre, en la iglesia de San Ignacio (Padre Alonso de Ovalle 1494).

El sitio web jesuitas.cl relata que el Padre Carlos Aldunate nació en Santiago el 16 de mayo de 1916 y, tras su ingreso a la Compañía de Jesús en la ciudad de Chillán, se ordenó como sacerdote a los 28 años de edad.

"En su siglo de vida, ha tenido un importante desempeño en el ámbito de la Educación. Se destacó en el estudio de Filosofía, disciplina en la que obtuvo un doctorado otorgado por la Universidad de Louvaina (Bélgica) en 1948. Fue profesor en la Universidad Católica de Valparaíso, la Universidad del Norte y la Pontificia Universidad Católica de Chile. También se desempeñó como rector en diversos establecimientos educacionales como: el Colegio Loyola (Padre Hurtado); el Colegio San Ignacio (Alonso Ovalle); la Universidad del Norte (Antofagasta) y el Colegio San Mateo (Osorno). Sus inquietudes en el ámbito de la metafísica y los fenómenos paranormales lo han llevado a escribir interesantes investigaciones sobre estas temáticas, entre las que destaca su libro: "El cristiano ante lo paranormal", donde busca contribuir con una visión cristiana a la comprensión de este tipo de experiencias".

"Quisiera morir como pobre, así como he tratado de vivir sin lograrlo de veras. No en una clínica sino donde le pueda tocar a un pobre: en la calle, en un hospital público en el Hogar de Cristo o simplemente "en casa", sin mayores gastos, donde mueren tantos pobres", narraba en sus memorias, dice la web de la Compañía de Jesús. 

A los 16 años ingresó al noviciado de la Compañía de Jesús y se ordenó sacerdote de la Compañía de Jesús el 23 de diciembre de 1946: "El sacerdocio lo recibí como un don que la Compañía –o Cristo me daba para servir mejor. Me capacitaba para un mayor servicio... No tuve inquietudes o dudas sobre mi vocación o capacidad para ser sacerdote. Todo esto estaba confiado a la Compañía". En 1951 comenzó a trabajar con el Padre Alberto Hurtado en la Acción Sindical Chilena, ASICH. Posteriormente, en mayo de 1954 fue nombrado director de la Revista Mensaje. Pero fue en 1973 que decidió iniciar el camino de sacerdote obrero junto a la defensa de los derechos humanos, lo que le valió el reconocimiento público que lo hizo merecedor del Premio Nacional de los Derechos Humanos 2016. "El llamado era a comprometerme solidariamente con la situación del pobre y explotado. Y esto definitivamente mientras hubiera pobres en Chile. Y no un compromiso desde afuera sino uno que partiera de cierta identificación con el pobre, asumiendo su vida, sus intereses, su visión del mundo. Era un llamado a una conversión existencial. Y a ese llamado dije sí", escribió en sus memorias.

En sus memorias cuenta que en una entrevista le preguntaron qué epitafio desearía que pusieran en su tumba y esto respondió:

"Hizo lo que pudo"
"Le fue más o menos"
"Que descanse en paz".

Profesor del Papa Francisco

El padre Carlos fue doctor en filosofía de la Universidad de Lovaina (1948) y uno de los profesores del Papa Francisco durante su juniorado en Chile. Tal como destacad el sitio web Aleteia, durante la visita del Santo Padre en enero a este país, tuvo en encuentro privado con los sacerdotes jesuitas. En esa ocasión, el P. Provincial Cristián del Campo SJ le presentó a los dos hermanos José y Carlos. Francisco los reconoció a ambos:

"¡Me alegra ver al padre Carlos! Fue mi director espiritual en el año 1960 durante mi juniorado. José era el maestro de novicios en aquella época, después lo hicieron provincial... Carlos era bedel y era... el rey del sentido común. Aconsejaba espiritualmente con mucho sentido común. Una vez, me acuerdo que fui a verlo porque estaba con mucha rabia contra una persona. Quería decirle cuatro frescas, decirle esto no va, vos sos esto y esto... Él me dijo: «Tranquilo... No conviene romper armas de entrada. Busque otros caminos...». Ese consejo no lo olvidé nunca y le agradezco ahora por esto".