Viernes 29 de noviembre de 2019
Necesitamos una esperanza, y la esperanza es Cristo
La afirmación corresponde al vicario para el Clero, monseñor Alberto Lorenzelli, y la hizo al comenzar el retiro de Adviento de los presbíteros de la arquidiócesis, este jueves 28 de noviembre en el Santuario de Schoenstatt de La Florida.
Fotos: Jorge Salomón
Periodista: José Francisco Contreras
Fuente: Comunicaciones Santiago
Link fuente: www.iglesiadesantiago.cl
Al abrir el encuentro, monseñor Lorenzelli expresó: "El mundo contemporáneo necesita sobre todo esperanza: la necesita nuestro pueblo, nuestro país, todos nosotros. Cada vez caemos más en la cuenta de que nos encontramos en una misma barca y debemos salvarnos juntos. Sobre todo al ver derrumbarse tantas falsas seguridades, nos damos cuenta de que necesitamos una esperanza fiable, y ésta solo se encuentra en Cristo". Y añadió: "Él, que es el centro de la fe, es también el fundamento de la esperanza. Y todo ser humano necesita constantemente la esperanza".
Más adelante, el Obispo Auxiliar de Santiago sostuvo que para aprender a esperar con fe en el cumplimiento de las promesas de Dios se requiere "de una vida de profunda oración. ¡La oración es la escuela de los testigos de la esperanza!".
Enseguida los presentes trabajaron en grupos y luego en un diálogo abierto basado en el texto evangélico de los discípulos de Emaús, para compartir sus sentimientos más profundos frente a la realidad que vive el país por el estallido social. En este espacio los presbíteros exteriorizaron cómo les ha afectado esta situación, que calificaron como un tiempo de reflexión, de gracia del Señor y de oración. También señalaron que hay que discernir qué es lo que Dios nos quiere decir con estos acontecimientos. El padre Manuel Carmona, párroco de las parroquias María Reina de la Paz y San Vicente Pallotti, de la Zona Oeste, sostuvo que en esta sociedad "hemos sacado a Dios y hemos sacado al ser humano, y quedó el dinero, el abuso y la gente no se siente querida."
El amor apaga la violencia
Finalmente, monseñor Celestino Aós entregó un mensaje a los presbíteros en el que señala que "todos nuestros planes y trabajos humanos deben acomodarse al plan de Dios. Hay un plan de Dios y nosotros debemos trabajar para que ese plan se vaya cumpliendo, y se cumple desde la verdad, la justicia, la solidaridad". Luego afirmó que "vivimos días de convulsión y de tensión, de verdad y desenmascaramiento de hipocresías; para algunos situaciones muy complejas, complicadas y dolorosas. Gracias por acompañar al Pueblo Santo de Dios, sin indiferencia, pero sin abanderamientos".
El Administrador Apostólico de Santiago indicó también que "el amor apaga la violencia y genera fraternidad". Llamó en el Adviento que se aproxima, a que los bautizados maduren como personas, "que se identifiquen y actúen como católicos, que se den tiempo para la escucha, el diálogo y la reflexión". Y agregó: "No nos sirve ni construye un Chile bueno la violencia que mantiene desigualdades y pobrezas injustas, ni la violencia que incendia, saquea y destruye".