Domingo 1 de diciembre de 2019
Tiempo de acompañar, escuchar y rezar
Este sábado se realizó el "Encuentro de diáconos y esposas con el Pastor y Adviento" en el Santuario Bellavista de Schoenstatt. Momento de reflexión y discernimiento junto a monseñor Celestino Aós.
Fotos: Jorge Salomón
Periodista: Carmen Gloria Díaz Meléndez
Cada año, antes de iniciar Adviento, los diáconos de la arquidiócesis se reúnen a reflexionar. La mañana del sábado 30 de noviembre expusieron sus sentimientos frente a lo que está pasando en el país, para luego discernir sobre cuáles son los signos de Jesús que reconocen en los últimos acontecimientos y qué están dispuestos hacer por este Chile que está cambiando.
Marcelo Ramírez y Erna Fernández, de la Parroquia La Ascención del Señor, de la Zona Oeste llegaron a participar de la jornada. Él hace 4 años que es diácono permanente y cuenta que fue una decisión de familia, es querer estar "al lado de quienes no la pasan bien", como ha sido siempre en nuestra historia. "Es un servicio de todos los días", dice Erna, "toda la semana hay gente que lo necesita, más en estos tiempos en que mucha gente necesita ser escuchada y él escucha bien, escuchamos bien". Marcelo, se apura en decir que "ella hace la misma pega que yo pero en su colegio, ella la hace con los alumnos, con los apoderados o con sus colegas de trabajo". Ella es profesora y él empleado público y dirigente sindical. Dice que la presencia de Jesús está en todo momento, y en el último tiempo más, "nunca me saco la cruz y en todos lados digo 'soy diácono permanente de la iglesia católica' y al principio causa extrañeza pero después entienden y me dice 'sabí que tiene mucha lógica que estés aquí', vamos a la marcha con mi cruz y algunas veces he andado con mi estola", cuenta Marcelo.
Después del trabajo grupal, vino el espacio para dar un reconocimiento a Omar Quintanilla Hoffman, de la Parroquia María Madre dela Misericordia, casado hace 55 años con Mónica Arroyo Pinochet, y a Jacinto Troncoso Carrasco, de la Parroquia Nuestra Señora del Monte Carmelo, casado con Eva Torres Pacheco por sus 25 años como diáconos permanentes. "Es una misión hacer presente al Señor Jesús a través de tu actuar, no significa que tienes que andar predicando, sino que con tu acción estar disponible, al servicio de los demás, ayudarlos en lo que se pueda y tenderle la mano cuando sea posible, estar siempre dispuesto", así define Omar Quintanilla su labor como diácono que ejerce hasta hoy a sus 82 años. Jacinto Troncoso rescata que "nunca ha perdido la fe, siempre he estado ahí a pesar de todos los problemas que he tenido". Hace 4 años sufrió un accidente cerebro vascular que lo dejó con dificultades para caminar por lo que anda en silla de ruedas. Pero esto no lo ha limitado en su servicio como diácono "tengo todo lo demás bueno, la mente, el problema solo es la movilidad del lado izquierdo que me falla, incluso puedo caminar con bastón pero trechos cortos", así se las arregla para hacer responsos e incluso matrimonios. Ser diácono es un estilo de vida en que mostrar la presencia de Jesús es la misión.
El objetivo del Encuentro además de la reflexión era runirse con el pastor. Monseñor Celestino Aós, administrador apostólico, les dijo "cuando el diácono ejerce su función ministerial en las celebraciones litúrgicas debe servir al pueblo de Dios, acompañarlo a buscar la voluntad de Dios y no dejarse tentar o imponer sus ideas y juicios". Y, agregó, "el diácono ha de ser instrumento de paz, agente de diálogo y entendimiento, de respeto y esperanza, cuando está con sus familiares o amistades, cuando trabaja y en el ambiente del vecindario y la parroquia. La responsabilidad del diácono en el momento actual es grande y grande es también la tentación". La misión de hoy es escuchar, acompañar a todo aquel que lo necesite, y no imponer análisis personales, debemos rezar por todos.
Las mesas compartieron al obispo, a través de un representante lo que había conversado durante las horas de trabajo.
José Rodríguez: "Nuestro momento es orar, orar de rodilla si es necesario, orar con los brazos en alto y que las gente nos vea orando, que nos vea como una Iglesia comprometida y que en cada una de nuestra actividades sea Jesucristo quien actúa en cada uno de nosotros".
Isabel Martínez: "Quisiera destacar que fue una conversación profunda la que tuvimos. En lo personal lo que más me llega es que estamos viviendo un momento en el que Cristo nos interpela, que esto que está pasando en Chile es un signo de Cristo, que nos llama hacer un cambio como personas, como Iglesia, como país y que tenemos cada uno de nosotros que pensar qué cambios tengo que hacer yo, qué cambios tenemos que hacer en nuestras comunidades para poder dar respuesta que construya paz".
Luis Herrera (venezolano): "Nos encontramos como forasteros en esta tierra, pero muy acojidos en esta tierra de tanta bendición pero todavía con el alma marcada por el ser forastero (...) Sentimos que es necesario comunicar con alegría, de que encontramos a Cristo en el dolor, pero que en ese dolor en el que nos encontramos, es preciso y necesitamos hacer germinar la alegría yeso lo debemos hacer nosotros desde el encuentro sencillo en nuestras comunidades".
Para terminar monseñor Aós les dijo "entremos con ánimo a este Adviento, reciban mi agradecimiento y por todo lo que usted hacen en su ministerio diaconal. Jesús viene para que lo hagamos mejor y aún hagamos más. Bendita sea la Santa voluntad de Dios y su plan de salvación, y que él haga de nosotros instrumentos de su plan de salvación y mensajeros de paz y de bien".
Marcelo junto a su esposa Erna dicen que se van con la misión de "seguir escuchando, seguir estando disponible, seguir dando esperanza, que hoy si que cuesta dar esperanza".