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Lunes 17 de febrero de 2020

"Ser animador es una forma de vivir, una maduración personal"

En un diálogo abierto, jóvenes animadores pastorales se reunieron con el padre Alberto Lorenzelli para conversar sobre la importancia de su labor, los desafíos para este año y el fortalecimiento de sus convicciones en el camino de fe.

Fotos: Jorge Salomón

Periodista: Bárbara Guerrero C.

Nueve jóvenes componen el grupo Cristo Vive, perteneciente a la parroquia San Alberto de Sicilia, de Recoleta. Son un grupo diverso -tal como a ellos les gusta definirse- con integrantes que van de los 15 a los 28 años, quienes son los encargados de llevar el mensaje de Cristo a las nuevas generaciones.

Es una tarea que implica una gran responsabilidad y por lo mismo les exige una capacitación permanentemente. En este contexto, y en medio de su retiro a las afueras de Santiago, fue que invitaron al padre Alberto Lorenzelli a participar de un conversatorio abierto. En el encuentro tuvieron la oportunidad de escuchar las experiencias del obispo, que en una actitud cercana respondió las preguntas de los jóvenes y compartió episodios de su vida como su infancia, su formación como salesiano, sus experiencias como ordenado y la cercana relación que construyó con el Arzobispo de Santiago, Celestino Aós, y con el mismísimo Papa Francisco.

El padre Lorenzelli destacó la labor de los animadores y la posibilidad que tiene la Iglesia, a través de ellos, de percibir y escuchar el sentir y vivir de los jóvenes, conociendo sus preocupaciones e inquietudes para así orientarlos desde un camino de la fe. "Ser animador es una forma de vivir, un camino de formación, una maduración personal" dijo. Además señaló la importancia de generar equipos de trabajo capaces de dejar huellas en las nuevas generaciones, traspasando como legado un regalo de vida y de experiencia".

Cercanía y disposición

Además de compartir experiencias, derribaron mitos. Los jóvenes de la comunidad Cristo Vive superaron sus propias espectativas y agradecieron la cercanía y disposición del obispo. "La cercanía que se dio en la conversación nos sirve mucho. Es una oportunidad para escuchar el mensaje del obispo y los consejos que nos entrega nos permitirán mejorar nuestro servicio", dijo Agustín Robles, quien por más de diez años ha participado del grupo. "Vamos a contar esta experiencia para atraer a mas gente y renovar las cosas" recalcó.

Para Alioska González, quien lleva dos años como animadora pastoral, el encuentro fue una gran experiencia. "Nosotros vemos poco a los sacerdotes y es una experiencia diferente, que sea tan cercano es muy agradable", dijo. "Este encuentro me recordó la razón inicial por la que me convertí en animadora. Me emocioné, esta es una experiencia que no olvidaré".