Alegre y colorida misa en fiesta de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá

El encuentro religioso comenzó con el rezo del rosario y luego el recuerdo del milagro que estampó la imagen de la Virgen en un pedazo de madera en casa de una humilde lavandera de Zula, Venezuela, de donde viene esta celebración que cumplió 311 años. La eucaristía fue organizada por el grupo “Chiquinquireños en Chile”, donde ya hace tres años que congrega a venezolanos residentes para festejar a la Patrona de Zula. La liturgia fue presidida por el padre Isaldo Antonio Betin, quien al iniciar el oficio destacó que este “es un día especial en que invocamos a la Chinita, para que bendiga y proteja la vida personal, de nuestra familia y la vida de nuestros países”.

Tanto el altar como la imagen de la Virgen estaban adornados con bellos arreglos florales, que motivaron al padre Isaldo Antonio Betin a destacar en la homilía que “la belleza se resalta en la diferencia de colores y formas. Esto refleja lo que significa la migración y la riqueza de la diversidad de pueblos, culturas y naciones”. Deseo que esta belleza “produzca frutos de alegría de esperanza, de integración, de compromiso entre todos”.

Además, aseguró que la Virgen “escucha los ruegos y las oraciones de cada uno y cada una de ustedes”, por lo que animó a depositar “esta riqueza, esta flor que cada uno es y tiene a los pies y bajo el manto protector de la Virgen María, y con seguridad serán escuchados”. También pidió que “La Chinita” siga protegiendo especialmente a las familias que sufren. “Ustedes saben, y cada día reciben noticias de Venezuela. Encomendamos y entregamos a María nuestras familias, nuestros pueblos, nuestras ciudades, el país de donde salimos y el país que nos cobija”.

Al final de la misa, la imagen de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá fue levantada en andas y llevada frente al altar, para recibir el homenaje de los presentes, quienes le ofrecieron alegres cantos, súplicas y vivas a la Madre de Dios.