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Jueves 24 de diciembre de 2020

Celestino Aós visita la cárcel de mujeres: “Ustedes tienen dignidad"

La tradicional misa de Navidad que se realiza en el Centro Penitenciario Femenino de San Joaquín se volvió a realizar este 2020, pero con medidas especiales. Año tras año se invita a todas las internas del penal a esta celebración, sin embargo hoy –por las medidas sanitarias- solo pudieron participar las residentes del patio Mandela, o Católico.

Fotos: Nibaldo Pérez Ramírez

Periodista: Paula Ampuero Ulloa

Hasta la capilla de la cárcel llegó el arzobispo de Santiago, monseñor Celestino Aós Braco, quien presidió la misa. “Saludamos y rezamos por todos y cada uno de los miembros de Gendarmería y cada una de ustedes, sean representantes no solo de las que conforman el espacio Mandela, sino también de todas y cada una de las mujeres que están en este centro y de todas las que están en los distintos centros de Chile”, manifestó monseñor.

En su homilía el arzobispo reflexionó sobre dos puntos clave, el primero: “El caer no quita la dignidad. Ustedes tienen la dignidad de persona, hayan hecho lo que hayan hecho. Eso no deben olvidarlo nunca. Nuestra dignidad no está en ser varón, en ser mujer, en ser rico o pobre, nuestra dignidad la vemos aquí, a los pies de la cruz. Los demás podrán pensar lo que sea de mí, pero me importa a mí lo que Dios piensa y Él me ama y Él le ama a usted. La Navidad nos recuerda que hay alguien que nos ama y que ha dado su vida por nosotros”.

La segunda lección es que Dios quiere hacer de nosotros sus mensajeros, dijo monseñor. “Los pastores eran gente pobre, que estaba muy mal vista en la sociedad; y sin embargo a ellos, vienen los ángeles y les dicen: "Les anuncio una gran noticia". No van al sumo sacerdote, van a los pastores. Cuando Dios quiere llamar no va a buscar –seguramente- a la mujer más virtuosa, Dios quiere que cada una de ustedes sea también un testigo, que cada una pueda volver junto a sus compañeras para ayudarlas, para decirles que ellas tienen respeto, que ellas tienen derecho a luchar para construir una vida mejor y Dios quiere hacer de ustedes sus testigos”.

Una Navidad y un año distintos

El 2020 ha sido complejo, la pandemia trajo asociadas distintas crisis que se vivieron en Chile y en el mundo. De esto no estuvieron exentas las mujeres de la cárcel, tampoco las del patio Mandela. En un momento del año, ellas, todas juntas, se contagiaron de Covid-19.

La gendarme Iris Sendra, sargento primero, encargada de la sección Mandela, dice que con la hermana Nelly León, capellana de la cárcel, hicieron todo lo que pudieron por ayudarlas a mejorarse del Covid-19 y no empeorar, pero que sin duda lo más difícil fue la carga emocional. “Esto nos afectó más que cualquier otra cosa. Yo en la pastoral aprendí que más que mirar a una interna, hay que mirar una persona, y así poder hacer mi trabajo, pero sobre todo, llegar a los corazones de ellas. Aquí estoy considerada como la mamá de las chiquillas”.

La hermana Nelly León, por su parte, sostuvo que esta celebración de Navidad vino a cerrar un año difícil, pero que fue el broche de oro para el trabajo que realizaron durante el 2020. La Fundación Mujer Levántate, que ella dirige, consiguió aportes solidarios de muchas personas, y durante toda esta semana entregaron un regalo a cada una de las internas en San Joaquín. “Tuvimos navidades por todos los patios de esta cárcel, o sea, ninguna mujer quedó sin saber que hoy día es el nacimiento de Jesús”.

Sobre lo que le pide la Fundación Mujer Levántate y la pastoral de la cárcel a Jesús, la hermana respondió: “Salud. Salud, mucha esperanza, y mucha justicia para nuestro país y que ojalá recuperemos la paz y que hagamos de Chile, estas palabras tan bellas del cardenal, que sea una mesa para todos, donde ninguna y ninguno quede excluido”.

Las internas que participaron de la eucaristía vivieron momentos muy emotivos al recordar a sus familiares, a quienes no han podido ver durante gran parte de este año.

Sandra Allende, del patio Mandela, dijo: “Le pido a Jesús que esta pandemia se acabe, para poder darle ese abrazo a la familia que, en otros tiempo uno lo ve como cotidiano, pero ahora un abrazo es algo que se necesita para calmar el alma de las que estamos acá”.

En tanto, Jennifer Vargas, del mismo patio, sostuvo: “Este es un año totalmente diferente para todos, y vivimos una misa más emotiva, en la que importa más la unión y la emoción. Estuvimos muy distanciadas de todas las personas, incluso de nosotras mismas. Cuando nos contagiamos aprendimos que no hay que tener miedo, porque si lo sentimos una se empeora. También aprendimos a confiar más en el Señor y a valorar lo simple, el amor y la compañía”.

 

Monseñor Celestino Aós, al terminar la celebración con las internas de la sección Mandela, visitó otros patios de la cárcel entregando su bendición a las mujeres que pasarán esta Noche Buena privadas de libertad y lejos de sus familias. “La Navidad nos invita siempre a abrir el corazón, a sentirnos hermanos de todos, y por eso les pido que al rezar hoy no solamente recen por ustedes y por sus familias, sino que recen también por todos los demás”, animó el arzobispo.