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Domingo 14 de febrero de 2021

Celestino Aós: “Dios en el centro. Todo lo que hagan, háganlo para gloria de Dios”

En su mensaje de este domingo, el arzobispo de Santiago invitó a los fieles a ser responsables y prudentes con las normas sanitarias, instándolos a vacunarse contra el covid-19 para así también proteger y cuidar la salud de los demás. El cardenal Aós recordó a los cristianos la importancia de imitar el ejemplo de Cristo y de evitar las lepras espirituales “Está bien que se cuiden a sí mismos, pero no se encierren en sus intereses y en su egoísmo”. La ceremonia fue concelebrada por el obispo auxiliar de Santiago, Mons. Alberto Lorenzelli y el obispo de Copiapó, Mons. Ricardo Morales.

Periodista: Bárbara Guerrero C.

Fuente: Comunicaciones Arzobispado

Con la lectura del libro del Levítico, este 14 de febrero los pastores de la Arquidiócesis de Santiago reflexionaron acerca del don de la salud y como los cristianos deben cuidar también la salud espiritual.

En su homilía, el cardenal Aós compartió su experiencia al momento de ser inoculado contra el covid-19. “Mientras esperaba turno para inyectarme la vacuna yo pensaba: ‘estas personas se quieren a sí mismas, cuidan su salud. Estas personas me quieren y no quieren que yo no me contagie’. La vacuna es un acto de amor y de responsabilidad para consigo mismo y para con los demás”

El obispo rememoró los tiempos de la lepra cuando la enfermedad física era reflejo de la enfermedad del alma. "Así como se contagiaba la carne, se puede contagiar en la comunidad, el mal”. Así llamó a los fieles a poner atención en quienes consideran como referentes en sus vidas  e hizo incapié en que los cristianos no deben aislarse, ni encerrarse, pese a que a su alrededor haya personas con pensamientos o acciones que no concuerden con las del Evangelio 

“Una reflexión y una revisión. ¿Cuáles son las personas referentes en mi vida? (…) El cristiano, para no contagiarse de lepra en el alma tiene que reflexionar de entre tantas voces. Unas asegurándome que si a la vida y otras justificando el aborto o la eutanasia. Otros diciéndome que si a la honradez y otras justificando la viveza y la corrupción. Unos invitándome a ser acogedor con los migrantes y otros proponiéndome el rechazo. Unos empeñados en poner paz y otros justificando la violencia. ¿Qué decisión tomo yo?

Frente a insistencia de la sociedad por declaraciones y documentos, el cardenal Aós dijo que estas están al alcance de todos, en el evangelio y que “más que las palabras que usted dice, importan sus comportamientos”.

 
Cuidarse de la lepra del alma

Al igual que San Pablo, monseñor Aós emplazo a los fieles a seguir el ejemplo de Jesucristo -con acciones que pongan a Dios en el centro-, participando y aportando en sus comunidades, capillas y parroquias. “Háganlo por los hermanos, no sean motivo de escándalo ni para los judíos ni para los paganos, ni tampoco para la Iglesia de Dios. No hay modelos (…) ninguno es perfecto, ningún santo o santa es perfecto, solo Dios es perfecto, pero hay tantas personas buenas”.

Llamó además a la comunidad cristiana a no marginar ni dejar solos a los pecadores, a los enfermos del alma, aconsejándolos a través del testimonio de la Palabra, del ejemplo y rezando por ellos.

“Hay muchas lepras espirituales. El egoísmo que margina a los enfermos o a los ancianos, el egoísmo que se encierra ante los encarcelados o los inmigrantes. El egoísmo que menosprecia a los demás” dijo el obispo. “Hay lepras y tengo por seguro que usted conoce sus propias lepras. Donde no llegaba la ciencia médica, donde no había remedio humano, aparece Jesús y el leproso confía en Él «Si quieres puedes limpiarme, yo sé que tú puedes sanarme»”.

 

Tiempo de Cuaresma

El próximo miércoles 17 la Iglesia inicia el tiempo de Cuaresma con los ritos de la imposición de la ceniza, el sacrificio y la oración que nos introducen en el misterio de Jesús.

El cardenal llamó a los fieles a ser coherentes con la fe que proclaman en su propio comportamiento, realizando algún sacrificio que se traduzca en un aporte para los hermanos. “Tenemos la ‘cajita’ de Cuaresma de Fraternidad, que nos lo recuerda y pide mirar a Jesucristo.  ¡Tu puedes salvarme, yo sé que tú puedes salvarme!".