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Martes 25 de mayo de 2021

En parroquia Santa Bernardita profundizan su fe, a pesar de la pandemia

“El Señor es mi pastor nada me falta”. Esa frase del Salmo ha inspirado a la parroquia de la Zona Cordillera a vivir retiros, misas y jornadas de oración, para reencontrarse como comunidad en modalidad virtual.

Por: Marlene Blanco, comunicadora parroquial

Periodista: Paula Ampuero

En la parroquia miran con asombro lo que comenzó a ocurrir en 2020 y recuerdan la invitación hecha por el Arzobispado de Santiago: a orar en familia y en comunidad parroquial, pese a los temores y la tristeza que la pandemia generaba.

La comunidad acogió el llamado y se sumó a orar sin descanso, se crearon nuevas redes, y se animó a los feligreses a participar. El párroco de Santa Bernadita, padre Bernardino Zanella, fue un gran impulsor para mantener viva a la comunidad en lo virtual.

Desde la parroquia cuentan con asombro que el párroco, que tiene más de ochenta años, un día tomó la decisión y se reunió por primera vez tras una pantalla con su rebaño para invitarlos a reconocer al Cristo crucificado que muere día a día en los hospitales, y también les mostró al Resucitado.

Así surgieron instancias de encuentro y oración, como el rezo de la Lectio Divina todos los jueves con hermanos de Bolivia, Argentina, Chile, que se realiza desde el 2020 hasta el día de hoy sin cesar.

Además, hacen oración diaria todos los días por treinta minutos. Los domingos, tienen un espacio de encuentro para reflexionar sobre las encíclicas del Papa Francisco: Fratelli tutti y Laudato sí. Han hecho misas en línea y también presenciales, cuando el Plan Paso a Paso, se los ha permitido. Y recibieron la visita de Nuestra Señora de Fátima que hizo brotar lágrimas en medio de tanto dolor, cuentan desde la comunidad.

En la parroquia no todo ha sido oración, el padre Bernardino también ha motivado acciones solidarias, para ayudar a los más vulnerados por la pandemia.

Hoy la comunidad, que durante este 2021 cumple 80 años, tiene esperanza y ganas de permanecer unida, sobre todo por quienes ya no están.