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Lunes 13 de septiembre de 2021

100 años de la Virgen del Valle patrona del Oriente venezolano

En la Parroquia Latinoamericana, también conocida como la “Parroquia de los migrantes”, se llevó a cabo este domingo la misa en honor a los 100 años de la Virgen del Valle, advocación de la Virgen María que también se conoce como Nuestra Señora del Valle del Espíritu Santo. La eucaristía fue presidida por el cardenal Celestino Aós.

Fotos: Omar González

Periodista: Fernanda Castex

Luego de leer el evangelio de San Mateo -donde se recalca la imagen de la Virgen como la madre de Cristo-, el cardenal comenzó su homilía preguntándose “¿Quién es este que yace en un pesebre recién nacido?”. “¿Quiénes son ustedes?” dijo el cardenal, para reconocer a los migrantes que están hoy en nuestro país, sobreviviendo a una pandemia. “A los pies de la Virgen, reconocemos que los necesitamos”, exclamó, haciendo un llamado a la unión entre compatriotas y también a quienes los recibimos en Chile.

“Seamos de Venezuela o Chile, todos somos emigrantes en esta tierra, y en algún momento nos tocará partir, como han partido tantos en estos meses de pandemia”. En este día de fiesta, el Arzobispo de Santiago llamó a nuestros hermanos venezolanos a renovar el gozo de sentirnos hijos de Dios y de la Virgen, y renovar el compromiso de hacer de nuestra vida, una vida al estilo de Jesús.

Luego de la reflexión y las plegarias, los sacerdotes bendijeron la imagen de la Virgen para dar paso a la oración del Padre Nuestro y el momento de la paz. La ceremonia continuó con consagraciones a la Virgen de distintos grupos de danza de venezolanos residentes en Chile, como Mi orquídea dorada. Argenis Rodríguez, joven oriundo de Isla Margarita, se acercó al centro del lugar después del baile para relatar la historia de la Virgen.

La Virgen del Valle también es conocida como Madre de los pescadores, Patrona de los marineros, Protectora de los Neoespartanos, Virgen Bonita y Reina de Oriente. Su imagen llegó a tierras venezolanas alrededor de 1526. Con un breve paso por la Isla de Cubagua, la Virgen fue trasladada a la Isla de Margarita para quedarse allí donde el pueblo comenzó a rendirle honores hasta la actualidad.

La fiesta siguió con más cantos y bailes a la Virgen, además de ofrendas realizadas por migrantes venezolanos residentes en Chile. También se entregaron reconocimientos a destacados ciudadanos venezolanos con regalos realizados por sus mismos compatriotas.

Al ritmo de canciones como Mar de la Virgen Bonita, la ceremonia fue llegando a su final, con una alegoría de los pescadores y un baile de coronación.