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Martes 28 de septiembre de 2021

Primer Congreso de P. Vocacional anima a reconocer llamado a la vocación

Entre los días 24 y 25 de septiembre y bajo el lema “San José, el sueño de la vocación”, la Pastoral Vocacional del Arzobispado de Santiago, desarrolló su primer congreso sobre la materia. En una modalidad online, cerca de 250 personas, entre agentes pastorales, sacerdotes, religiosos, religiosas, consagrados y laicos y laicas, reflexionaron acerca de la particular llamada a la vida sacerdotal, religiosa y consagrada como un estilo de vida personal y comunitario.

Periodista: Enrique Astudillo Baeza

Fuente: Iglesia de Santiago

Link fuente: www.iglesdiadesantiago.cl

El viernes 24, la jornada virtual comenzó con las palabras de monseñor Cristián Roncagliolo, Vicario de la Esperanza Joven, quien, en sus palabras, alertó sobre la urgente necesidad de animar el trabajo vocacional en la arquidiócesis de Santiago. “La Pastoral Vocacional resulta un desafío particularmente relevante y exigente para nosotros como Iglesia. En efecto, innumerables signos de los tiempos, nos indican un cierto letargo en el discernimiento, dificultades para el compromiso y la no necesaria convicción de que la vida requiere decisiones trascendentales que la tocan integralmente. Éstos y otros elementos culturales, hacen que el tema vocacional hoy pase desapercibido, que el discernimiento se vea ausente y particularmente, que la consagración en el matrimonio y en la vida célibe se vean con cierta distancia e indiferencia”. Por eso, llamó a renovar dicha cultura vocacional, para que “impregne todos los ambientes de la Iglesia y tengan una responsabilidad frente al discernimiento de los jóvenes en atención al llamado que Dios hace a sus vidas”.

El cardenal de Santiago, Celestino Aós, aprovechó el espacio para recordar, a la luz de la contingencia, que el cristianismo es una pandemia. “Y somos peligrosos, porque contagiamos la mirada, el estilo, el camino de Jesús. Por eso, encontramos también dificultades dentro de nosotros, dentro de la comunidad y fuera de ella. La vida cristiana no ha sido fácilmente reconocida, se ha contaminado y se sigue contaminando. Nosotros somos cristianos, nosotros somos bautizados y debemos vivir la alegría de ser bautizados, sobre todo en este momento de la historia, en este momento de la Iglesia”.

La vocación: un derecho para todos

Luego, monseñor Alberto Lorenzelli, Obispo Auxiliar de Santiago, se encargó de la primera ponencia de la actividad. Entre sus mensajes, sostuvo en primer lugar, que la vocación en los cristianos se debe entender como el llamado de Dios para realizar alguna tarea o para predicar su Palabra. “Es un diálogo entre dos personas. Es Dios quien llama y el hombre quien se siente llamado. Éstos son los términos de una vocación personal. No podría existir ningún llamado de no existir alguien que llama. Cuando hablamos de vocación cristiana, estamos llamados todos. Laicos, religiosos, consagrados, sacerdotes, obispos. La primera llamada vocacional de la Iglesia es la familia. La vocación no es un privilegio de pocos, sino un derecho de todos”, precisó.

En esa línea, recordó a los asistentes virtuales, que “ser feliz consiste en responder a la llamada de Dios. La vocación personal condiciona la elección del estado de vida. No se va al matrimonio porque es lo normal o porque así lo hacen todos. Ninguno se hace sacerdote porque le gusta. Uno se hace sacerdote y uno se casa, porque es la mejor manera de realizar la propia misión”. Agregó, que la vocación también condiciona la elección de la profesión. “no escojo tal carrera o profesión porque me dará mucho dinero o porque me proporcionará mucho bienestar, seguridad o fama. La pregunta fundamental es saber cuál es la vocación y qué carrera va mejor con mi vocación”, enfatizó. 

El rol de la vocación en medio del mundo

El sábado 25, comenzó con la exposición del padre Nicolás Retes, Encargado de la Pastoral Vocacional de Buenos Aires, quien entregó algunas propuestas vocacionales a la luz de la exhortación apostólica Christus vivit, específicamente en el capítulo VIII. Allí, desglosó los cinco puntos que el Papa Francisco aborda como trascendentales para la vocación: la familia, el acompañamiento artesanal, el trabajo por todas las vocaciones de la Iglesia, la importancia de los jóvenes y los agentes vocacionales como proceso de acompañamiento.  “Es muy importante en el equipo vocacional tener jóvenes, no sólo los seminaristas, sino que jóvenes laicos, invitados a ser parte de una Buena Noticia. Si lo que estamos comunicando no es cercano o no se entiende, la gente cambia de canal, se va a otro lado. Por eso tenemos que hablar con los mismos códigos para introducir el mensaje valioso y el llamado de Dios que queremos transmitir”, animó entre sus palabras.

Cerró el segundo día, un panel de expertos en vocación. Comenzó el padre Carlos Cano, Pasionista, quien valoró la oración como herramienta necesaria para sostener la Pastoral Vocacional: “Si no hay oración caeremos en la tentación, si no hay oración seremos infieles y nos desanimaremos en nuestra vida. No podemos soportar el peso de la vida, la carga de las cosas sin oración. A través de la oración, nos ponemos en contacto con el Señor y él con su amor y misericordia, no sostiene, nos levanta, nos alimenta. Por eso la oración es esencial”, enfatizó.

Le siguió la hermana Fabiola Sais, Adoratriz, quien destacó la donación de la vida para una mejor Pastoral Vocacional: “El llamado de amor de Dios nos visibiliza, nos hace presentes en el mundo. No sólo nos hace visibles como seres humanos, sino que nos invita a un proceso de autoconocimiento y de saber hacia dónde vamos. Jesús lo hace a través de una invitación a una mesa eucarística y que es una mesa para todos. En esa mesa entendemos qué significa el misterio pascual en nuestra vida”, exhortó.

Concluyó el padre Dairon Meneses, de los Hermanos de San Juan de Dios, quien apuntó a la familia y la comunidad como sostén de una buena Pastoral Vocacional. “A través de una familia medianamente constituida, podemos encontrar la identidad de la persona, sentido de pertenencia, lazos de filiación, respeto de las normas, capacidad para resolver problemas, diálogo, creencias, valores, jerarquía, liderazgo respeto, disponibilidad para el cambio y sentido resiliente. Hoy, los jóvenes están necesitados de espacios familiares, están necesitados de experiencia de familia y la Pastoral Vocacional tiene una responsabilidad muy grande de acompañar cada uno de las vocaciones y ellas por su parte, necesitan formarse en un ambiente familiar”, relevó.

En ambos días, hubo espacios para dialogar, debatir, reflexionar con los invitados y trabajar en grupos respecto de cada uno de los temas propuestos en este Primer Congreso de Pastoral Vocacional.