Maipú celebra la fe y la historia con Te Deum Ecuménico de acción de gracias

En el marco de la conmemoración de los 204 años de la Batalla de Maipú, gesta heroica, que selló la independencia de Chile, el Santuario Nacional celebró el pasado martes 5 de abril el Te Deum Ecuménico de Acción de Gracias. La ceremonia fue presidida por monseñor Pedro Ossandón, Obispo Castrense y contó con la presencia de la Ministra del Interior, Izkia Siches, el alcalde de la comuna, Tomás Vodanovic, Aníbal Fernández, Ministro de Seguridad argentino, entre otras autoridades.

Según narra la historia de nuestro país, el 14 de marzo de 1818, el pueblo de Santiago y las autoridades civiles y religiosas, encabezados por don Luis De La Cruz, como Director Supremo Delegado y monseñor Ignacio Cienfuegos, Vicario de la Diócesis de Santiago, se reunieron en la Iglesia Catedral, a fin de depositar su confianza en la intercesión de la Virgen del Carmen, ante el inminente avance de los ejércitos españoles al mando del General Osorio. Es así, que prometen construir un templo a su memoria en el lugar donde se afirmase para siempre la libertad de Chile, texto que finalmente se atribuye al padre de la patria, el General Bernardo O´Higgins.

En su homilía, monseñor Ossandón rescató el valor de la vida de aquellos soldados que lucharon por su patria y que obtuvieron la victoria en el mismo lugar donde fue construido este lugar Santo. “Testimonio de ese juramento es este templo, construido en el lugar en que muchos compatriotas derramaron su sangre y murieron en combate manifestando la convivencia perfecta entre fe y patriotismo; entre amor a Dios y amor a la patria. Porque dar la vida por los demás, solo se entiende bajo la lógica del amor y de lo trascendente. El ejemplo más destacado de la historia es Jesucristo, el Hijo de Dios, que murió en el calvario ofreciendo su vida al Padre por la salvación de la humanidad”, señaló.

“Esos mismos héroes de Maipú, nos hacen mirar nuestro presente con sus luces y sus sombras, para seguir la senda constructiva de nuestros antepasados. Frente a este desafío, estamos invitados a evitar lo que un sociólogo contemporáneo llamaba la modernidad líquida, donde todo se vuelve volátil e inconsistente, donde los valores ya no son sólidos y firmes, donde los vínculos humanos se vuelven precarios y todo es transitorio, egoísta”, reflexionó monseñor Ossandón.

Concluyó, “como nos decía Jesús, estamos invitados nuevamente a construir nuestra patria, nuestra sociedad y familias sobre roca firme. Esa roca que le dé seguridad, esperanza y tranquilidad a toda persona. Esa roca que es Cristo, que mucho más allá de las debilidades de unos u otros, permanece fiel con nosotros, porque quiere nuestra salvación y nuestra felicidad como pueblo de hermanos”.

Finalmente, en la oración por nuestra patria, la Ministra del Interior Iskia Siches, salió al ambón para orar “para que en nuestro país retomemos el diálogo, aumente la confianza entre quienes pensamos distinto y podamos avanzar en sanar nuestras heridas. Que nos reencontremos entre todos y todas y contribuyamos con lo mejor de lo nuestro a tener un mejor país. Estamos construyendo los cimientos de un nuevo Chile, hagámoslo en roca sólida y fuerte, que nos permita enfrentar lluvias y tempestades. Hagámoslo con todas y todos, que nadie quede atrás”.