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Lunes 6 de junio de 2022

Catequistas de la Zona Norte celebraron su día renovando su espíritu sinodal

En la víspera de la Solemnidad de la Ascensión del Señor, agentes pastorales de las comunidades del norte de Santiago se reunieron con el objetivo de reflexionar desde la sinodalidad, y construir un país más fraterno.

Fotos: Camila González

Periodista: Danilo Picart

Fuente: Iglesia de Santiago

Link fuente: www.iglesiadesantiago.cl

Es sábado por la mañana, y los cantos de alabanza comenzaron a entonarse en el histórico templo de la Vicaría Zona Norte. A medida que sonaban las guitarras y las canciones, llegaban los catequistas, provenientes de diferentes decanatos, quienes eran recibidos con contagioso entusiasmo en la celebración del Día del Catequista, que se festejó el día 28 de mayo, en la víspera de la Ascención del Señor. 

A través de dinámicas lúdicas y tal como se desarrolla en cada comunidad, la celebración valoró el servicio de los catequistas durante este tiempo de pandemia, así como su empeño y dedicación para seguir acompañando a las familias en el crecimiento y la maduración de la vida cristiana. 

Carmen Luz Rojas, integrante equipo de formación de Catequesis, Vicaría Zona Norte, explica que se ha tratado de un importante desafío, “porque hay que motivar, reencantar, mirando a las personas, abrazarles y decirles que cuentan con un amigo, tienes a un hermano que te puede escuchar. En el fondo, Vivir Jesús, maestro plenamente”.

La jornada tuvo además un espacio de diálogo y formación, en que además sirvió para pensar en los desafíos que tiene el rol formativo del catequista, a través de la realidad, siendo llamados a mirarla con los ojos y el corazón abiertos al discernimiento. Así lo comenta Alejandra Sáez, coordinadora parroquial de la comunidad San Diego de Alcalá, decanato Conchalí. “Durante este tiempo pandemia fue importante porque nos ayudamos también a superar muchas cosas, enseñando la palabra a la luz de la palabra todo el tiempo. Hoy estamos felices, porque nos podemos volver abrazar y hacer lo que un catequista desarrolla: enseñar, pero de manera entretenida al Señor, sin necesidad de dar tanto contenido, sino, desde la caridad y fraternidad”.