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Lunes 1 de abril de 2024

Arzobispo de Santiago: “La paradoja de una vida llena de contradicciones se resuelve en el amor de Dios”

Monseñor Fernando Chomali expresó su mensaje a los cientos de fieles reunidos en la Catedral Metropolitana para celebrar la Resurrección del Señor Jesús el pasado domingo 31 de marzo.

“El Señor nos dice que nos sentemos en los últimos lugares, nos dice que si queremos ser grandes tenemos que ser pequeños. Es decir, la paradoja de una vida llena de contradicciones se resuelve en el amor de Dios manifestado en la muerte y resurrección de Jesucristo”, fue parte del mensaje de Pascua de Resurrección del Arzobispo a los asistentes a la eucaristía del Domingo Santo.

Familias completas llegaron hasta la Catedral para celebrar esta fiesta central del cristianismo que conmemora la resurrección de Jesucristo al tercer día después de haber sido crucificado

Entre ellas, Maricel Figueroa, quien acudió junto a sus hijos Antonia Gil (9) y Raimundo Gil (6), quienes estaban muy agradecidos de recibir esta luz de Cristo: “Hemos celebrado estos días todo el proceso de la Pasión de Jesús y para nosotros esto es la felicidad de compartirlo con todas las familias porque Cristo resucitó también en nuestros corazones y esperamos que eso dure por un buen tiempo, así que nada más que acompañar la felicidad que tenemos y llevar luz y perdón a las personas”, expresó esta mamá junto a sus hijos.

Este gesto fue muy valorado por Monseñor Fernando Chomali, quien agradeció en su homilía a los padres por traer a sus hijos a esta eucaristía: “Haremos un mundo mejor si les transmitimos a nuestros niños la fe en Jesús, que queremos enseñar a tantos niños que están aquí presentes. Creo que no hay nada más educativo para un hijo que ver a su padre y a su madre arrodillados delante de Dios. No hay nada más educativo, no hay nada que impacte más a un hijo que ver a su padre y a su madre pidiendo a Dios, especialmente por ellos”.

El Arzobispo también hizo hincapié en que nadie se atreva a robarnos la esperanza “en un mundo que ha perdido esperanza, y que nadie se atreva a robarnos la certeza de que solamente a través de la oración, a través del trabajo pastoral, cambiaremos el mundo, haremos un mundo mejor”.

Este mensaje fue muy apreciado por María del Valle, quien se siente llamada a llevar esperanza a su familia: “Tenemos que empezar por la Iglesia doméstica, llevarle la Palabra de Jesús a toda mi familia, a la cual les envío mensajes de Dios habitualmente. Muchos se enojan, se sienten fastidiados, un par de veces los dejé de mandar y me comenzaron a reclamar. Necesitaba la palabra de Dios para iniciar cada día”, relató María.

Esta eucaristía de Domingo de Pascua concluyó con una bendición especial, donde el Arzobispo invitó a los presentes a levantar todos sus símbolos religiosos, botellas de agua, niños y bebés para entregar este envío pascual y gritar al mundo entero que ¡Jesús había resucitado!