Martes 4 de junio de 2024
Corpus Christi 2024: la Iglesia de Santiago caminó junto a Jesús sacramentado por las calles de la gran ciudad
Una multitud de fieles repletó la Iglesia de San Agustín y caminó junto al Señor sacramentado en un colorido recorrido por las calles del centro de Santiago. En la tradicional solemnidad de Corpus Christi, la Iglesia celebra la presencia real del Cuerpo y la Sangre de Jesús en la Eucaristía.
A los pies de Jesús sacramentado y sentados en alfombras dispuestas bajo el presbiterio de la Iglesia de San Agustín, los niños fueron unos de los principales protagonistas de la Fiesta de Corpus Christi 2024 realizada este domingo 2 de junio en el corazón de la ciudad de Santiago.
Una alegre celebración que reunió a familias, jóvenes, adultos, ministros de comunión, colegios, sacerdotes, religiosas, integrantes de parroquias de la Zona Centro y a todo el pueblo fiel de la capital, quienes repletaron el templo de los agustinos y luego acompañaron a Jesús sacramentado en una colorida y orante procesión por Paseo Estado, Plaza de Armas y calle Monjitas para culminar con una adoración en la Catedral Metropolitana.
En la tradicional solemnidad de Corpus Christi, la Iglesia celebra la presencia real del Cuerpo y la Sangre de Jesús en la Eucaristía, que se hacen presente en el aquí y ahora de su pueblo.
La edición 2024 de la Fiesta de Corpus Christi en Santiago comenzó con una santa misa presidida por el arzobispo + Fernando Chomali G. Lo acompañaron los obispos auxiliares + Alberto Lorenzelli, + Álvaro Chordi y + Luis Migone; el arzobispo emérito de Puerto Montt +Cristián Caro, y sacerdotes y diáconos del clero arquidiocesano.
“¡Jesucristo es la perla preciosa!”
Durante la homilía en la Iglesia San Agustín, el arzobispo destacó: “es una alegría inmensa encontrarme junto a tantos laicos, matrimonios, jóvenes y niños para celebrar la maravillosa solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo”.
“Lo primero que les quisiera transmitir es que no estamos solos”, agregó. “La Iglesia es universal y en las zonas más recónditas del mundo se celebra la misma solemnidad. Nuestro Señor Jesucristo está en medio de nosotros y estará siempre hasta que Él vuelva. Por lo tanto, nosotros los católicos tenemos que ser personas de esperanza, porque Él está con nosotros en la hostia consagrada por el sacerdote”.
Mons. Chomali además destacó que en un mundo donde existen ofertas de todo tipo, que prometen hacernos felices, “quisiera decirles responsablemente que después de Jesucristo no hay otra novedad. ¡Jesucristo es la perla preciosa! ¡En él encontramos todas las respuestas a nuestra vida!”
El arzobispo de Santiago hizo además un llamado a educadores y padres a mostrar a los niños el rostro de Jesucristo, rico en misericordia. “Que los niños puedan reconocerlo como Salvador, como el puente entre nosotros y Dios Padre. Que reconozcan en Jesucristo a un compañero que no defrauda, que estará siempre con ellos hasta el fin de los tiempos”.
Al terminar su homilía, Mons. Chomalí invitó a los niños presentes a cantar el tradicional canto “Dios está aquí”, quienes respondieron con entusiasmo, junto al coro del Colegio Bicentenario Nuestra Señora de Guadalupe, que pertenece a la Corporación Educacional del Arzobispado de Santiago (CEAS).
Procesión por el centro de Santiago
Una vez que concluyó la misa, el arzobispo de Santiago salió por la nave central de la Iglesia de San Agustín portando la custodia con el Santísimo Sacramento. A su paso, los asistentes lanzaron pétalos de rosas.
En las afueras del templo, Mons. Chomalí se apostó bajo el palio procesional para caminar por calle Estado hacia la Plaza de Armas de Santiago. Lo siguieron obispos, sacerdotes, seminaristas y una multitud de fieles que caminaron alegremente orando, cantando y portando la bandera del Cordero Pascual.
Al paso de Jesús Sacramentado fueron decenas los transeúntes que se unieron a la procesión. Otros, observaban con respeto y curiosidad. También hubo peatones que se arrodillaron ante Jesucristo que salía a su encuentro.
La procesión de Corpus Christi llegó hasta la Plaza de Armas y se enfiló hasta las puertas de la Catedral Metropolitana. Allí, el arzobispo de Santiago realizó una bendición con el Santísimo a los presentes y a todos los habitantes de la ciudad.
Por último, la actividad culminó con una adoración al Santísimo, que se dispuso en el altar de la Catedral. Los niños presentes también fueron invitados a colocarse a los pies del Señor en unas alfombras dispuestas para la ocasión. La adoración fue acompañada por el Coro del Arzobispado de Santiago.