Lunes 21 de julio de 2025
Nuevo sacerdote piamartino: “Me sentí instrumento del Señor”
El 16 de julio, en la solemnidad de la Virgen del Carmen, Carlos Romero Villarroel fue ordenado sacerdote por monseñor Fernando Chomali en el Santuario Nacional de Maipú. Emocionado, agradeció a Dios por su vocación y pidió nunca olvidar que pertenece a un pueblo: su familia, su congregación y quienes lo acompañarán en su misión pastoral en Italia.
Fotos: Felipe Hurtado
Periodista: Comunicaciones Arzobispado de Santiago
“Me sentí instrumento del Señor. Fue un momento muy bonito y profundamente emocionante”. Así describe Carlos Romero Villarroel su ordenación presbiteral, celebrada el pasado 16 de julio en el Santuario Nacional de Maipú, en la solemnidad de la Virgen del Carmen. Durante la eucaristía, presidida por el cardenal Fernando Chomali, el nuevo sacerdote piamartino vivió profundamente el culmen de 12 años de formación: “Cuando me postré, sentí que toda la Iglesia estaba conmigo, acompañándome… Imaginaba a los santos llegando, y lloré de emoción. No soy sacerdote por mí mismo, sino con otros y junto al pueblo de Dios. Sentí realmente lo que es ser Iglesia, una única familia”.
Un retiro de Viernes Santo en 2003, cuando estaba en segundo medio, despertó su curiosidad por ser sacerdote. En 2004, conoció a los padres Piamartinos gracias a su madre y comenzó a participar en la pastoral vocacional, como acólito y en grupos misioneros. Tuvo una primera experiencia en el seminario en 2007, pero se sintió “muy chico” y “no estaba preparado”. Sin embargo, “Dios cuando te llama no te suelta”, y tras asistir a la canonización del padre Piamarta en 2012, decidió regresar. Su vocación fue siempre apoyada por su familia, especialmente por sus padres, quienes lo respaldaron desde el inicio.
Su formación fue un largo camino que comenzó con su entrada al seminario en 2013. Inicialmente, en Chile, estudió Filosofía y Letras en la Católica, completando la licenciatura en Letras Hispánicas y todos los cursos de Filosofía, aunque le faltó la tesis. Posteriormente, realizó el noviciado en Italia en 2017, y la teología desde 2018 hasta mayo del año pasado en el Seminario Diocesano de Brescia.
El Padre pertenece a la Congregación Sagrada Familia de Nazaret (piamartinos) fundada por San Juan Bautista Piamarta, canonizado en 2012. Describe su congregación como “una pequeña familia” y que “se conocen casi todos”, lo que genera un clima de gran cercanía. Valora profundamente la vida en comunidad y la misión específica con los jóvenes. Su congregación incluye tanto sacerdotes como hermanos religiosos, quienes son consagrados pero no presbíteros.
El sábado 19 de julio celebró su primera misa en la parroquia María Madre de los Apóstoles, también en Maipú. En esa eucaristía, agradeció a Dios por haberlo elegido y pidió nunca olvidar que pertenece a un pueblo: a su país, a su familia, a su congregación religiosa, y también a quienes lo acompañaron en Italia. “Quiero que Dios me recuerde siempre que me confía un pueblo, que me confía personas concretas: las familias, los jóvenes, los niños de los colegios. Que nunca me olvide que Él quiere caminar conmigo, en medio de ellos”.
Pidió oraciones por los sacerdotes y religiosos, para que siempre sientan el apoyo y la cercanía de la comunidad, y recordó que la vocación no es una tarea solitaria, sino un camino compartido. “El Señor nos elige para servir. Me ha llamado a ser pastor, y le pido poder ser un pastor con olor a oveja, como dice el Papa, que camina junto a su pueblo”.
El 30 de agosto, el recién ordenado padre Carlos Romero regresará a Italia, donde continuará su servicio pastoral en Remedello, un pequeño pueblo en Brescia, en la región de Lombardía. Allí trabajará en un centro de formación técnica (colegio técnico) con casi 800 alumnos como “animador espiritual” o capellán, y en la parroquia San Lorenzo y San Donato de Remedello como coordinador del oratorio, encargado de la pastoral juvenil y sacramental.