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Artículo

Viernes 10 de agosto de 2018

Celebraron tres años de la casa Santo Cura de Ars

Con la misa que presidió el cardenal Ricardo Ezzati, los casi treinta residentes de la casa Santo Cura de Ars, en Avenida El Bosque, Providencia, celebraron el tercer aniversario de la creación de esta residencia destinada a sacerdotes ancianos y enfermos de la arquidiócesis.

Fotos: Nibaldo Pérez

Periodista: José Francisco Contreras

Fuente: Comunicaciones Santiago

Link fuente: www.iglesiadesantiago.cl

Al comenzar la eucaristía, que se celebró el pasado 9 de agosto, monseñor Alberto Jara, obispo emérito de Chillán, destacó que la creación de esta casa "fue una generosa respuesta a la inquietud que nuestro Arzobispo Ricardo Ezzati tenía por el futuro de los sacerdotes mayores y/o enfermos de la arquidiócesis de Santiago y, en lo posible, también de otras diócesis hermanas". Añadió que "los actuales residentes de esta casa, como también los que gocen de ella en el futuro, tendrán siempre motivos de profundo agradecimiento al señor cardenal por este hermoso y acogedor regalo, como también a quienes con sus aportes económicos y creatividad lo hicieron posible".


Monseñor Jara señaló que san Juan María Vianney, párroco de Ars, Francia, "nos dejó un maravilloso ejemplo de entrega pastoral. Su recuerdo nos invita, dentro de nuestras limitaciones por la edad o la enfermedad, a imitarlo en nuestra vida, a colocarnos bajo su protección y, por la oración y el ofrecimiento de nuestras vidas, a ser una ayuda al quehacer pastoral de nuestra Iglesia".


En la homilía, el cardenal Ezzati agradeció al personal que trabaja en esta casa y a los trabajadores de la Vicaría para el Clero, a cargo de la residencia, el servicio que prestan a los sacerdotes que viven en ella. "La Iglesia Madre, la Iglesia de nuestra diócesis, es casa de todo sacerdote para siempre, cuando es joven y también cuando es adulto mayor", afirmó. Luego expresó el pastor: "Que ustedes y los hermanos sacerdotes de otras diócesis puedan encontrar aquí un signo muy concreto de acogida y de servicio, quiere ser la expresión de gracias más profundas y del cariño que nos une a unos y otros en el único sacerdocio de Cristo".


Destacó la sencillez y la santidad del cura de Ars, quien, dijo, sin tener una gran riqueza intelectual, "tenía y cultivaba la riqueza más grande de nuestra vida cristiana y de nuestra vida sacerdotal: la presencia en sí mismo de Jesucristo el Señor y el poder regalarlo con generosidad a los demás". También se refirió a los momentos actuales de la Iglesia, particularmente en Chile. Al respecto dijo que en la Iglesia "la gracia y también las pruebas son patrimonio de todos, y todos estamos llamados a vivir el gozo del Evangelio, de la gracia. Y también el peso de nuestros pecados. A nosotros nos toca en este momento llevar el peso que, sin duda alguna, no es para nada agradable". Sin embargo, afirmó que "nosotros sabemos en quién hemos puesto nuestra confianza y sabemos bien quién conoce la verdad de nuestro corazón".


Los sacerdotes residentes compartieron momentos de fraternidad junto a diversas visitas, vicarios episcopales y amigos del hogar.