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Martes 24 de diciembre de 2019

Emotiva celebración de navidad en cárcel de mujeres

Con canciones, oración y reflexión, las mujeres del Centro Penitenciario Femenino celebraron la eucaristía en esta víspera de Navidad.

Fotos: Camila González

Periodista: Vanessa Yegres

"En las tinieblas, hay una gran luz: un niño nos ha nacido", eran las palabras que se leían al entrar a la capilla El Buen Pastor, ubicada dentro del centro penitenciario y que dieron inicio a una de las más grandes celebraciones de la Iglesia: la llegada del Niño Jesús y que fue, además, un espacio de gran alegría durante la Misa anual de víspera de Navidad.

En momentos en los que las emociones afloran, sentirse cerca de Cristo es lo que llena los corazones de regocijo y nos da dignidad, incluso en situaciones de dificultad. Así fue el mensaje de paz y amor que entregó Monseñor Celestino Aós, Administrador Apostólico de Santiago durante la ceremonia, compartiendo: "estamos en Navidad, época de alegría y felicidad. Lo que nos pone contentos es que ha nacido Jesús", agregando también "que este espacio y este tiempo que estén aquí, sea de dignidad y de aprender."

Campanas sonaron de fondo al colocar la figura del Niño Jesús en el pesebre y tanto internas como sus hijos y miembros de sus familias, fueron partícipes en la actividad, que incluyó ofrendas y plegarias llenas de emotividad y que la Hermana Nelly León, Capellana de la cárcel describió como una misión de "mucha solidaridad, de mucha esperanza y mucho gozo."

Jenny López, interna del centro penitenciario, compartió con mucho sentimiento: "la Misa de Navidad es linda, es algo que te lleva a ser más solidario; se despierta eso como la unión de que estamos presas pero seguimos teniendo dignidad."

"Siempre Dios nos ama, siempre podemos invocarlo diciéndole 'Padre nuestro', y por eso es importante resaltar, en el día de hoy, en este lugar, la dignidad de estas mujeres que quizás se equivocaron, que reconocen sus culpas, pero que siguen siendo queridas por Dios, siguen siendo hijas de Dios", señaló Monseñor Celestino, al concluir la ceremonia, posterior a la cual compartieron entre comida y bebidas miembros de la Iglesia, la Gendarmería, familiares e internas en unión y por igual la llegada de Jesús.