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Artículo

Miércoles 1 de agosto de 2018

“Acogida, escucha y confianza”

La Semana Teológico Pastoral del Arzobispado de Santiago abordó el tema del acompañamiento a quienes hacen un discernimiento frente a una eventual vocación al sacerdocio. Cómo hacer ese seguimiento y sus características fueron los aportes de especialistas chilenos y extranjeros.

Fotos: Nibaldo Pérez

Periodista: Equipo Comunicaciones Santiago

Fuente: Periódico Encuentro

Link fuente: www.periodicoencuentro.cl

El contexto en que se dio esta actividad no aparece como el más auspicioso para hablar de jóvenes que quieran ser presbíteros: una profunda crisis en la Iglesia originada en graves abusos por parte, precisamente, de personal consagrado al ministerio sacerdotal. Por eso el lema de esta Semana Teológico Pastoral fue el evangélico mensaje de Jesucristo: "Es preciso nacer de nuevo". El tema escogido para este año es el mismo del pasado X Sínodo Arquidiocesano de Santiago, que, a su vez, es el mismo del próximo Sínodo de Obispos en Roma, en octubre de este año: "Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional". La Semana Teológico Pastoral se desarrolló entre el martes 17 y el viernes 20 de julio, en el Colegio de los Sagrados Corazones en dos horarios, con la participación de personas consagradas y equipos pastorales de las vicarías en las mañanas, y de laicos y agentes de pastoral en las tardes.

Entre los expositores estaban el padre Eduardo Pérez-Cotapo, cuyo tema fue "Vivir como Pueblo de Dios en camino"; el padre Luis María García Domínguez, sacerdote jesuita, que habló acerca del acompañamiento a los jóvenes en espacios sanos y seguros y sobre la importancia de un guía experto para el discernimiento, y Josefina Martínez, sicóloga y especialista en maltrato y abuso sexual infantil, quien se refirió al tema "Escuchar y acompañar a las víctimas de abusos". Al abrir las reuniones, el arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, comentó que "como Iglesia en Chile y en Santiago, estamos viviendo esa realidad de fe, esa realidad sinodal, en un momento muy peculiar de nuestra historia. Es muy importante que podamos reflexionar sobre el don de la fe, que estamos llamados a transmitir a la nueva generación, que no es cualquier cosa, es aquello que puede dar sentido la vida de tantas personas, tantos jóvenes y a la sociedad entera".

El acompañante no es un "gurú"

En su ponencia, el padre Luis María García Domínguez SJ señaló que "el acompañamiento espiritual es una modalidad de diálogo que adquiere formas muy diversas, aunque no se identifica propiamente con la amistad espiritual, con la confesión, con el gobierno religioso". Luego agregó: "El acompañamiento no incluye el uso de técnicas o procedimientos especiales (...) El acompañante no es un 'gurú' iluminado que proporciona las claves para vivir desde alguna ilustración que le ha sido inspirada (...) La persona que acompaña encuentra en la rica tradición de la Iglesia todos los recursos para ayudar mejor, aunque también se interesa por las aportaciones contrastadas de las ciencias humanas".

Al entregar algunas claves a quienes acompañan un discernimiento vocacional, enfatizó en la necesidad de escuchar: "La vocación es un llamado de Dios, si la persona que está hablándome, me dice que le gusta el estilo de unas religiosas u otras, yo voy entendiendo qué le atrae de esa vocación. Si me dice que en la Pascua del año pasado tuvo una experiencia muy fuerte de fe y que eso le viene dando vueltas durante todo el año, entonces es una experiencia de Dios la que me está narrando, muy concreta, y a mí me puede sonar muy auténtica o menos auténtica, ahí está la valoración y el análisis".

Tras las exposiciones hubo paneles de conversación, en los que participaron diversos sacerdotes y laicos, como el padre Larry Yévenes SJ, y Beatriz Isola, del Movimiento de los Focolares.

El padre Yévenes describió tres elementos que pueden ser útiles para el que acompaña: primero, preguntar a la persona "en qué Dios cree, qué imagen de Dios tiene. No hay que dar por supuesto que todos creemos en el Dios del Evangelio". Luego, preguntar en qué Iglesia cree, porque "nuestra eclesiología no es la misma, a veces caminamos con eclesiologías institucionalizadas, donde lo único que importa son los roles y las funciones, versus una eclesiología de la comunidad, del apoyo mutuo, o una eclesiología donde lo importante es el mensaje que anunciamos, sin hacernos muchas veces cargo del que anuncia, de los sueños y deseos del que está proclamando la palabra". Y por último, como tercer punto, "qué imagen tengo yo y qué imagen de ser santo tiene el que discierne conmigo". El sacerdote destacó, además, el rol de la comunidad. Cuando se ha terminado un discernimiento, preguntar a otros, a una comunidad de varios: "¿Tú crees que este discernimiento que yo hice va bien orientado?". Es la comunidad quien confirma los verdaderos discernimientos vocacionales, afirmó. El religioso también sostuvo que "el acompañamiento espiritual busca que la persona sea fiel a Dios en su vida concreta: en la familia, en la profesión, en las relaciones de amistad y de pareja, en su presencia pública, en la comunidad cristiana, en la Iglesia (...) Es una relación temporal de ayuda espiritual, que tiene un carácter triangular donde confluye el misterio de Dios y el misterio de la persona".

Acompañar en casos de abuso: acogida y escucha:

En el último día de la Semana Teológico Pastoral, la sicóloga Josefina Martínez entregó herramientas sobre cómo escuchar y acompañar a las víctimas de abuso sexual, de conciencia y de poder. Al respecto, expuso: Siempre que estamos en una situación de abuso sexual, estamos frente a un abuso de poder (...) Un abuso sexual daña la posibilidad de confiar, altera la forma de ver el mundo y a los otros, los hace tambalear en la fe". Acerca de que muchas veces las víctimas denuncian tarde o nunca el abuso, la profesional advirtió: "No culpemos a las víctimas por su tardanza en hablar, el abuso se transforma en lo innombrable. El no contar tiene que ver con no poder, ni la misma víctima entiende qué fue lo que pasó. La tarea de superación es comprender lo que sucedió, cuáles fueron las consecuencias, recién así comienza la sanación (...) La superación del abuso sexual no puede ocurrir en aislamiento, el acompañar que cada uno de nosotros puede realizar, es fundamental. El abuso sexual se puede reparar creando condiciones para cicatrizar y condiciones para que esto no vuelve a ocurrir jamás. La clave para una víctima es el reconocimiento, sentirse acogida, escuchada y en confianza".