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Domingo 1 de marzo de 2020

Arzobispo celebró misa del primer domingo de Cuaresma 2020

Celestino Aós presidió la eucaristía que fue concelebrada por el sacerdote español Miguel Arribas, quien predicará a los sacerdotes en su primer retiro del año 2020.

Fotos: Jorge Salomón

Periodista: Paula Ampuero Ulloa

Este primer domingo de Cuaresma el Evangelio de San Mateo nos llevó al recorrido que Jesús hizo por el desierto durante 40 días, en el que fue tentado por el diablo. Respecto a esa tentación a la que se vio enfrentado Jesús, Celestino Aós, reflexionó que fue "como si se quisiera constatar que Jesús va a vivir poniendo su confianza en el Padre y no en los ídolos del poder, del placer, de la espectacularidad. Jesús vence, y vencerá las tentaciones que se le presenten. Su vida será una historia de victorias, de luz, de entrega, y amor al Padre".

El arzobispo, sostuvo: "A veces somos tan necios que creemos que podremos salvarnos nosotros mismos, o que otros nos salvarán. Dios nos salva. Jesucristo es el vencedor, el Salvador. Podríamos proponernos y hacer muchas penitencias, podríamos hacer muchas oraciones, podríamos... pero ni las oraciones, ni las limosnas, ni las penitencias nos salvan si no las hacemos con amor. Y el amor, la gracia, nos la da Jesucristo".

Durante la oración universal, el padre concelebrante Miguel Ángel Arribas, pidió por la paz, la integración, y para que a quienes les abundan los bienes, sean capaz de hacer un uso con justicia de ellos. Celestino Aós, por su parte, pidió por los difuntos del coronavirus, para que Dios acoja sus almas con paz y acompañe en el dolor a todas sus familias. Además, hizo una especial petición para que Dios esté al lado de quienes están trabajando por la cura de esta pandemia, como la calificó.

Al cerrar su homilía, el arzobispo exhortó a los fieles: "Como miembros de la Iglesia debemos renovar y profundizar nuestra fe y opción cristiana: a pesar de nuestras limitaciones, a pesar de nuestros pecados que queremos superar, tenemos vocación de triunfo: triunfaremos con Jesús, o si quieren Jesús triunfará en nosotros. 'Ven Señor Jesús'. Ven hoy a liberarnos del gran mal que es el pecado, ven a librarme definitivamente: el cielo es la libertad total, el amor total".

Una vez terminada la celebración, el diácono de la Catedral, impuso las cenizas en la frente con el signo de la cruz a cada uno de los asistentes que no pudieron participar en la misa de Miércoles de Ceniza, diciéndoles: "Conviértete a Jesucristo y cree en el Evangelio".