Beatificación de la primera persona laica del Opus Dei

El próximo sábado 18 de mayo la Iglesia Católica contará con una nueva beata, la doctora química e investigadora española Guadalupe Ortiz de Landázuri (1916- 1975), fiel del Opus Dei. Será beatificada en una ceremonia que presidirá el cardenal Becciu, prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, y que se celebrará a partir de las 11:00 Horario de España y 05:00 AM hora Chile. Ese mismo día, en Santiago de Chile, se celebrará una misa de acción de gracias a las 11:00 hrs., en la Iglesia Santa Elena (Presidente Errázuriz esquina Polonia), Las Condes.

Fuente: Comunicaciones Opus Dei

La nueva beata nació a Madrid, el 12 de diciembre de 1916. Estudió Químicas, y fue una de las pocas mujeres que cursaban esos estudios en aquella época (1933). En Madrid se dedicó a la docencia y a la investigación, realizó su doctorado y desarrolló una gran actividad profesional y evangelizadora.

En otras etapas de su vida fue a México para llevar el mensaje del Opus Dei a esas tierras. En 1956 se trasladó a Roma para colaborar más directamente con san Josemaría en el gobierno del Opus Dei. Murió el 16 de julio de 1975, fiesta de la Virgen del Carmen.

Es la primera persona laica del Opus Dei que es beatificada. “La alegría contagiosa, la fortaleza para afrontar las adversidades, el optimismo cristiano y su entrega a los demás”, son algunas de las notas que la caracterizan, según el decreto de la Congregación de las Causas de los Santos. El texto del decreto promulgado por la Congregación recoge cómo Guadalupe vivió en grado heroico las virtudes, y “se entregó por entero y con alegría a Dios y al servicio de su Iglesia, y experimentó intensamente el amor divino”.

Sus cualidades humanas

“Guadalupe fue esa amiga de Dios, como dice el Papa Benedicto XVI, que llevó una existencia normal con una fortaleza extraordinaria, que en su caso se manifestaron en una vida audaz, aguerrida y emprendedora” destaca la periodista y experta en la vida de la futura Beata, Isabel Larraín.

Fue una mujer que acometió y sacó adelante lo que se propuso, con gran fortaleza y buen humor. Esta es una de las grandes características que destaca la periodista: “Toda la gente que da testimonio de ella dice que era amable, que tenía una sonrisa encantadora (…), tenía una gran capacidad de oír y, por eso, mucha gente acudía a pedirle consejo, a buscar consuelo o, simplemente, a solicitar una guía clara”.

Cada día de su vida buscó cumplir la voluntad de Dios, a quien pidió ayuda para lograrlo. Ahora está en camino a los altares, porque fue capaz de cumplir el plan divino trazado para ella en los 59 años de vida que Dios le regaló.