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Lunes 28 de octubre de 2019

Buscar soluciones juntos y mirar el futuro con esperanza

Con este llamado monseñor Celestino Aós instó a los fieles que asistieron este domingo a misa a la catedral. Todos juntos rezaron por la paz para Chile.

Fotos: Jorge Salomón

Periodista: Carmen Gloria Díaz Meléndez

El coro de la catedral inició la misa cantando a los peregrinos que caminan con alegría sembrando su paz y amor. Monseñor Celestino Aós recogió lo escuchado por todos y les dijo "acabamos de identificarnos con aquellos que traen la esperanza y llevan la alegría. En este domingo queremos reafirmar (...) que en estas circunstancias en que nuestra patria necesita más esperanza, más paz, más amor, queremos sentirnos muy unidos, de un modo muy especial con nuestros hermanos peruanos, que en esta fiesta de El Señor de los Milagros hubieran querido estar aquí, en conjunto, en masa pero que por las circunstancias no pueden estar. Oremos porque la paz, la esperanza y el amor nos acompañen siempre".

Cada 28 de octubre la comunidad peruana especialmente celebra al Señor de los Milagros con una procesión encabezada por la imagen del Cristo Morado, y que parte en la catedral junto a los devotos y termina en la Parroquia Latinoamericana. Julia Soto, vive en Chile hace 20 años, siempre ha asistido a la procesión en Lima y en Santiago, "me da mucha pena, que no se haya realizado la procesión, soy muy devota de él", se emociona y continúa "es una pena terrible, espero que haya paz y amor al prójimo, porque todos estamos pensando en las cosas materiales y no pensamos en lo espiritual, que tenemos que amar a nuestro prójimo sea pobre o rico, es su destino que a ellos les toco nacer, si a mí toco nacer pobre voy a luchar adelante con mi esfuerzo, con mi dignidad y trabajando".

En su homilía monseñor Aós reflexionó sobre la situación social actual y señaló que "Jesús nos dice que debemos reconocer la parte de culpa que nosotros tenemos y que ha generado o sostenido ese dolor. Y que debemos arrepentirnos y pedir perdón a Dios (...) todos, nosotros, cada uno debemos asumir la construcción de una sociedad que conviva fraternalmente. 'El Señor es juez y no hace distinción de personas', 'escucha la súplica del oprimido'. Solos no, con la ayuda de Dios, sí. La dignidad de la persona merece la justicia, y la justicia necesita realizarse sobre la verdad". Y recordó una frase del Papa Francisco "Vivimos tiempos de cambios y pedimos urgentemente más cambios y más profundos. Cada cambio necesita un camino educativo que involucre a todos".

En este sentido dijo que promoverá la realización de un evento mundial para el 14 de mayo del 2020 llamado "Reconstruir el pacto educativo global", con el que el Papa quiere generar un "encuentro para reavivar el compromiso por y con las jóvenes generaciones, renovando la pasión por una educación más abierta e incluyente, capaz de la escucha paciente, del diálogo constructivo y de la mutua comprensión... Buscaremos juntos las soluciones, iniciaremos procesos de transformación sin miedo y miremos hacia el futuro con esperanza". E invitó a los presentes a "ser protagonista de esta alianza, asumiendo un compromiso personal y comunitario para cultivar juntos el sueño de un humanismo solidario, que responda a las esperanzas del hombre y al diseño de Dios".

Isabel Gumucio valoró las palabras del obispo de involucrar a los jóvenes y espera que se pueda concretar ese encuentro. "A pesar de todo lo doloroso que hemos vivido estos días, siempre se saca algo bueno y creo que de aquí va a cambiar Chile para mejor, no creo que esto haya dejado indiferente a nadie y ha hecho meditar a todo el mundo". Juan Cerda cree que "la crisis social es una mezcla muy importante de la educación que le hemos entregado al país y la enequidad que hemos construido como pueblo, por lo tanto creo que las dos cosas se juntan muy bien en la predica del padre Celestino y los católicos tenemos un rol muy importante de poder mirar al otro, de ponernos en el lugar del que tiene menos y poder entender como sufren ellos para poder cambiar manera, nuestra cultura, y cambiar como lo hemos estado haciendo hasta ahora, el mea culpa es para toda la sociedad no solamente a los políticos y por eso hay que ponerse a disposición del país y de la iglesia para poder construir un Chile mejor".

La homilía finalizó señalando que "nuestro compromiso de pasar a la acción y ver qué voy a cambiar hoy en mi familia, en mi parroquia, en mi barrio para respetar mejor la dignidad de los demás. Llegarán tareas a mediano y largo plazo, y deberemos cooperar (...) Nuestro compromiso de realizar alguna acción concreta, y mejor si podemos hacerla en grupo, para reparar alguno de los daños de estos días".

Martín, de diez años, que asistió a la misa con sus papás y hermanos cree que "el obispo puede hacer mucho por el tema de Chile y que nos puede ayudar rezando y como él tiene la mayoría de la opinión de Chile, entonces nos puede ayudar a cambiar a Chile para que haya paz", dijo esperanzado.

Saludo a comunidad peruana

Desde la calle Bustamante se apreciaba una Parroquia Latinoamericana llena de fieles, colores y música. Todos orando y celebrando al Señor de los Milagros. "¡Cristo moreno, Cristo morado! Señor de los milagros. Al paso de tus andas está Chile te ruega. Danos luz, amor y fe", se escuchaba.

"Estoy contento porque veo que han traído a sus hijos, ustedes son los encargados de mostrarles y enseñarle quién es el Señor de los Milagros y la Virgen María y cómo pueden actuar en sus vidas", les dijo monseñor Celestino Aós, que llegó a la celebración después de oficiar la misa en la catedral.

Recordó que hace unos meses conoció el Santuario del Señor de los Milagros en Lima y reconoció la devoción de sus fieles, "tengo la bendición de verlos hoy y guardar en mi corazón esa imagen hermosa de un pueblo que ama al Señor de los Milagros, que lo invoca, y reza... mirarlo a él que nos ama, que siempre está con nosotros. Y le pido que los bendiga a cada uno de ustedes y le doy las gracias por ser como son, gracias por esta devoción a Jesús el Salvador".

Padre Antonio Bettin, pidió por la paz y junto a la comunidad pusieron la bandera chilena a los pies de la imagen del Señor de los Milagros y rezaron tomados de las manos por Chile.