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Artículo

Jueves 23 de agosto de 2018

Casas de Acogida se unen en favor de los migrantes

Generar una red de instituciones que acogen a migrantes y buscar el apoyo de la Iglesia para que se mantengan en el tiempo son algunas de las principales conclusiones del Primer Encuentro de Casas de Acogida, que se desarrolló el pasado miércoles, en la sede de la Vicaría Centro de Santiago.

Fotos: Nibaldo Pérez

Periodista: José Francisco Contreras

Fuente: Comunicaciones Santiago

Link fuente: http://www.iglesiadesantiago.cl/

La actividad fue organizada por el Departamento de Movilidad Humana de la Vicaría Pastoral de la arquidiócesis, y en ella participaron representantes de once instituciones de acogida.

Wilmar Rodríguez, coordinador de ese departamento, señaló que la finalidad de esa iniciativa fue "compartir las experiencias de las casas de acogida de la arquidiócesis, incluyendo a migrantes, para retroalimentarnos respecto de lo que se está haciendo en esta materia, para generar respuestas concretas frente a los desafíos en este ámbito".

Entre las entidades presentes había casas pertenecientes a instituciones de Iglesia, también municipales, de ONGs y fundaciones.

El encuentro se inició con la intervención del Arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, quien reflexionó en primer lugar acera del concepto "casa". Dijo que más que la construcción, son las personas las que la forman, lo que implica afectos, relaciones humanas, ideales, luchas, esperanza. "La palabra casa sintetiza lo más bello y lo más grande que hay en el corazón de cada persona a humana creada por Dios para vivir en comunión. Quien no tiene casa no tiene el espacio humano donde encontrarse, donde desarrollar los propios afectos, donde encontrar consuelo, esperanza y el sentido de la vida", expresó.

Luego, el pastor agradeció a Dios el surgimiento de diversas iniciativas para ofrecer a migrantes la posibilidad una casa, de un espacio.

Enseguida, se refirió a la acogida, que es, precisó, la capacidad de tener el corazón abierto para escuchar, ser misericordiosos como el Padre, integrar. Y agregó: "Uno acoge con el corazón cuando integra, y cuando integra dones que siendo diferentes se unen en un solo gran don".

Por último, el cardenal Ezzati señaló que hay que "mirar según el corazón de Dios, amar como Dios nos ha amado. La meta alta de la casa y de la acogida es hacerlo como Jesús lo haría. Eso le da a la acción nuestra esa característica propia y esencial de nuestra fe en Jesucristo."

El cardenal felicitó a la pastoral y organizaciones la acogida que están brindado a los migrantes, porque no solo trabajan con profesionalismo, sino también con espíritu evangélico, dijo.


Compartir experiencias para aprender

En otra parte del encuentro, representantes de tres casas de acogida dieron cuenta de su trabajo y de cómo acogen y acompañan a quienes llegan buscando un espacio para vivir con dignidad. Estas fueron las casas San Pedro Nolasco, la Fundación María Virgen y el Centro Integrado de Atención al Migrante, Ciami.

Carolina Saavedra, colombiana, llegó hace doce años Santiago desde su país, en un viaje por tierra de seis días, con solo cinco mil pesos y fue acogida por el Ciami. Sabía peluquería, pero no podía trabajar en el rubro por no tener papales al día. Empezó a cantar en un grupo de música colombiana, con lo que ganó para comer. Le fue bien, pudo regularizar sus papeles, ahorrar e instalarse con una peluquería propia y llegó a poseer dos locales comerciales. Con esos recursos pudo dar trabajo a unos cien migrantes y mantiene contactos con el Ciami para ayudar a otros.

Por otra parte, Varny Vilbrun, haitiano, contó que al ser acogido en la casa San Pedro Noalsco tiene tiempo para estudiar y trabajar. Antes de ingresar allí, le pagaban menos del mínimo, gastaba cien mil pesos de arriendo, más agua, luz, locomoción y comida. Ahora puede trabajar menos horas para dejar tiempo al estudio.


Diálogo y propuestas

El Primer Encuentro de Casas de Acogida terminó con un diálogo abierto entre representantes de los participantes, para aprender de las diversas experiencias y definir desafíos y la mejor forma de trabajar en conjunto.

Entre las conclusiones figura la necesidad de generar una red de instituciones que acogen a migrantes para fortalecer el trabajo que ya se viene haciendo. También conocer todas las instituciones que prestan atención a la población migrante, con el fin de poder re direccionar muchas necesidades que ellos tienen, especialmente en temáticas puntuales como orientación legal y bolsas de empleo.

Otra propuesta fue que a través del Departamento de Movilidad Humana se podría generar un camino para orientar la constitución de fundaciones. Además, se concluyó en la importancia del apoyo del Arzobispado de Santiago para que estas obras no desaparezcan en el tiempo. En este sentido, pidieron mayor sensibilidad frente al tema, porque en muchas parroquias aun hay prejuicios y miedo de cómo enfrentar una ayuda concreta para los migrantes.