Celestino Aós recibirá el “palio”, signo de su labor pastoral como arzobispo

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El palio es una banda de lana blanca en forma de collar, con dos tiras que cuelgan por delante y por detrás, adornada con cinco o seis cruces de seda negra o roja. Una especie de estola o escapulario, que a veces se adorna con tres clavos metálicos, que recuerdan los clavos de la Pasión del Señor. 

Esta indumentaria, que se usa en las liturgias solemnes, es  símbolo de la labor pastoral del Papa y del arzobispo metropolitano, y un recordatorio de que deben cargar con las ovejas como lo indica Jesucristo en la parábola de la oveja perdida, como lo dijo Benedicto XVI al inicio de su pontificado.

El palio se confecciona con lana de ovejas bendecidas por el Santo Padre en la fiesta de Santa Inés (21 de enero) en una capilla del Palacio Apostólico y lo hacen las monjas benedictinas de Santa Cecilia, con la lana recién esquilada de los corderos criados por los padres trapenses de la abadía de las Tres Fuentes. 

Acerca de este signo, el arzobispo Celestino Aós precisó que "de alguna manera es un símbolo de unidad y de autoridad y de asumir la responsabilidad como arzobispo metropolitano", que es el que hace cabeza en un grupo de diócesis cercanas que integran lo que se llama “provincia eclesiástica”. Es decir, “trabajar en comunión con esos obispos y servir como un lazo de unión”.

Generalmente, los palios son entregados por el Papa el 29 de junio, en la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, a los nuevos arzobispos metropolitanos de Roma, y el resto se envía a las nunciaturas apostólicas. Por esta razón, este domingo el signo arzobispal será impuesto a Celestino Aós por el nuncio, Alberto Ortega. El representante papal presidirá la liturgia en su inicio hasta imponer el palio al religioso capuchino, quien hará su Profesión de fe y Promesa de fidelidad a la Iglesia. Después, será este pastor quien asumirá la presidencia de la liturgia.