Comunidad Ursulina festejó 80 años en Chile

El gimnasio del colegio Santa Úrsula en Vitacura, se transformó en un gran templo este domingo 26 de mayo, para celebrar una multitudinaria eucaristía a la que asistieron cientos de familias pertenecientes al establecimiento. Padres, hijos, alumnas, exalumnas, profesores y exprofesores. Nadie se quiso perder los festejos por estos 80 años y también para recordar a Santa Ángela.

En la misa, monseñor Celestino Aós, Administrador Apostólico de Santiago, animó a la comunidad a seguir firmes en los valores de la transmisión de la fe como lo han hecho estos 80 años: "Estoy muy contento, pero sobre todo, por los más pequeños. La paz es un don de Dios, pero también es tarea nuestra. Cuando venimos al templo, los cristianos nos hacemos más conscientes de esto. Si no hubiera paz, no estaríamos sentados uno al lado de otros. Hay que darle gracias a Dios por la paz que hay en nuestro corazón, en nuestra familia y en nuestro país".

A lo anterior, dijo: "Estas palabras de Jesús las tomamos todos los días. Y como el pecado rompe la paz, le pedimos a Jesús que conceda la paz en la Iglesia, el perdón y la unidad. Todos nosotros necesitamos la paz, porque todos llevamos alguna turbación en el corazón y debemos pedirle al Señor que nos conceda la paz para poder quitar estas inquietudes que nos alejan de la sociedad".

Por último, exhortó. "La paz tiene exigencia de pensar en el otro. Si yo no soy capaz de pensar en el otro, no voy a poder ser un instrumento de paz, sino que con mi egoísmo, con mi autoreferencia, crearé división".

Sor Mateja Körsic O.S.U., Superiora de la Comunidad Ursulina de Santiago, agradeció la presencia del obispo Celestino de toda la comunidad ursulina: "Estoy muy agradecida por todo este día, por una celebración tan preciosa. Muchas gracias a monseñor Aós por estar con nosotros. Muchas gracias a las familias por su confianza. A las exalumnas por su compromiso con nuestro colegio. Estoy segura que Dios tiene un proyecto precioso con cada uno de nosotros", describió.

Andrea Raczynski, Directora del colegio, por su parte, no cabía en alegría por el día vivido: "Es para nosotros muy importante contar con el mayor representante de la Iglesia católica. Nos honra su presencia y para la comunidad es un signo también para los colegios católicos. La gran presencia de familias habla de la tradición y de una historia presente que queremos que se mantenga por otros 80 años más".

80 años de historia

En noviembre de 1938 llegaron a Chile las primeras cuatro Ursulinas, de un total de 21 religiosas que lo hicieron en sucesivos grupos hasta marzo de 1940. Algunas de ellas venían para conocer y después volverían a su país, pero la situación en Alemania se agravó con el estallido de la Segunda Guerra Mundial y el cierre de su colegio en Berlín, decretado por la administración de Adolf Hitler. Ante este nuevo escenario decidieron quedarse y desempeñar diversas labores: trabajos en hospitales, atención a hijos de refugiados alemanes o huérfanos del terremoto de Chillán, ayuda a niños con problemas del habla, etc.

Sin embargo, en marzo de 1939 y de acuerdo a sus raíces fundacionales, comenzaron el trabajo educativo en Santiago con un Kindergarten que funcionaba en la calle Víctor Hendrych en el Convento de las Agustinas en Providencia. Éste fue creciendo año a año y al poco tiempo se transformó en el Colegio que en 1952 se instaló en Vitacura.

Más tarde, en 1962, al constatar que en la comuna de Maipú no había ningún colegio de Enseñanza Secundaria Femenina, decidieron iniciar el Colegio Santa Úrsula en esa comuna como anexo al de Vitacura. En 2011, el colegio de Maipú adscribió al régimen de financiamiento compartido y ambos colegios quedaron como instituciones académicas independientes.

En 2014, la Comunidad de las Religiosas Ursulinas de Santiago creó la Fundación Educacional Santa Úrsula, persona jurídica sin fines de lucro constituida con objeto único educativo y quien es la sostenedora legal del Colegio de Vitacura. Su misión es velar por el cumplimiento del Proyecto Educativo y apoyar su buen funcionamiento general.