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Miércoles 1 de agosto de 2018

Construyendo esperanza

Periódico Encuentro reunió a ocho personas de distintas comunidades de la Iglesia en Santiago, para conversar de lo que hoy vive la Iglesia y cómo podemos caminar hacia un proceso de esperanza y renovación.

Periodista: Natalia Castro, Enrique Astudillo y Francisco Morón

Fuente: Periódico Encuentro

Link fuente: http://www.iglesiadesantiago.cl/

Ante todo se sienten optimistas. Miran con fe, esperanza y amor el proceso que está viviendo la Iglesia de Chile y particularmente la de Santiago. La misma fe y esperanza que día a día transmiten en parroquias, colegios, fundaciones o consultorios. Sus lugares de trabajo y de evangelización son tan variados como los temas que trataron en este encuentro. ¿Cómo ven a las comunidades hoy? ¿Cómo construimos esperanza en tiempos de crisis? ¿Qué opinan del celibato? ¿Cuál debe ser el rol de la mujer dentro de la Iglesia? Algunos de los temas en el siguiente relato.

¿Qué les pareció la visita del Papa Francisco a nuestro país?

PADRE MARCIO TONIAZZO. Párroco Parroquia Latinoamérica: "Fue una visita realmente del Espíritu Santo, fue realmente de Dios la visita, fue el momento en el que todos esperábamos algo distinto, Dios finalmente hizo algo distinto. Fue el momento de mirarnos a nosotros, mirar las heridas, mirar lo que tal vez desconocíamos, ya sea por ignorancia o por fuerza nuestra. Si la verdad nos hace libre hay que enfrentarla".

CAMILA CARRIMÁN. Secretaria Ejecutiva de la Pastoral Juvenil Zona Sur: "Si me preguntan en este momento si sirvió la visita, absolutamente. Podemos poner ahí un punto inicial de todo lo que ha sido este remezón en la Iglesia y que nos da la esperanza de que haya una renovación y cambios. Desde ahí hubo un quiebre. El Papa pudo conocer lo que estaba pasando y eso tuvo consecuencias, dolorosas, pero se agradecen. Fueron unos días incómodos, ya que fuimos más cuestionados que nunca, los mensajes del Papa pasaron por abajo. Después de todo haciendo la evaluación, realmente la forma, organización, entradas, fue complicado, pero sí lo que nos dijo el Papa hoy nos interpela y lo rescatamos".

MIGUEL VALDIVIA. Fundación Cristo de la Noche: "Fue una gran bendición y fue en el momento preciso en donde en la Iglesia había muchas cosas que el laicado no sabía, se manifestó el Espíritu Santo, ya que gracias a esta visita vamos a poder a volver a ser la Iglesia que siempre hemos sido, vamos a hacer las cosas mejores a como se venían haciendo".

HERMANA CAROLINA MADARIAGA. Nueva Asesora Nacional de la Pastoral Juvenil: "Yo no estaba en Chile, pero lo vi con una mirada de distancia y con mucho dolor. Esperaba mucho más desde la comunión con la gente, lo que uno miraba desde afuera era un pueblo disminuido, no era ese deseo de realmente encontrarse con él. Además, con sus últimas palabras en Iquique fue como ya, por favor, que termine esto, hemos sufrido demasiado y seguimos sufriendo ahora de parte del Papa, fue muy doloroso".

ARIEL ROJAS. Pastoral Juvenil de Santiago: "El mensaje del Papa quedaba un poco diluido por toda la vivencia que tenemos. Fue algo muy lindo, pero algo muy doloroso, en el sentido de que viene, pero después llega toda la post visita que no tiene nada que ver con lo que él venía a hacer. Es doloroso pero tenía que hacerse, el dolor no podía seguir en manos de algunos pocos, el dolor es de todos. Nos hizo mucho bien, todos tenemos esperanza de lo que va a venir después".

PADRE PABLO PALMA. Párroco de la parroquia Jesús Servidor, de Peñalolén: "Una de las capillas que sufrieron atentados, antes de la visita del Papa, fue en Lo Hermida. Eso produjo un cuestionamiento muy potente en el laicado. Mucha gente se bajó de los encuentros con el Papa, se sintieron amedrentados, el 90% de los fieles lo siguió por la televisión. Fue un atentado muy doloroso. Desde mi mirada como cura, eché de menos más la libertad y cercanía con el Papa, creo que las medidas de seguridad fueron extremas".

MARÍA FRANCISCA SAN MARTÍN. Canciller del Arzobispado de Santiago: "Fue una bendición la visita, pero tenía dos vivencias. Primero, para los que la veían por la televisión que era solo el obispo Barros, y segundo, el que estaba ahí en la calle que realmente era una bendición. Para mí también fue el inicio de esta renovación, nos dio el impulso, descendió el Espíritu Santo, esto destapó la crisis y esta renovación".

¿Cómo ven a las comunidades hoy?

HERMANA KAROLINE MAYER. Directora de la Fundación Cristo Vive: "La gente en nuestras comunidades ve esta situación de la pedofilia y del abuso como algo que puede suceder en todas las sociedades, pero nosotros tenemos el defecto como Iglesia que siempre hemos aparecido como inmaculados. En este momento hay situaciones que nos han afectado, pero no está todo el cuerpo infectado, esto no significa ocultar, ahora más que nunca debemos enfrentar el pecado que pasa entre nosotros. El pueblo no ha olvidado el largo camino que ha hecho la Iglesia por la solidaridad y por los derechos humanos, nuestro pueblo que fue perseguido, que estuvo muy mal durante tantos años, ha sentido el apoyo de la Iglesia. Muchos de los obreros que estaban lejos, hoy están con la Iglesia por el testimonio, esto la gente no lo ha olvidado".

PADRE PABLO PALMA: "Mucha gente se acercó a la parroquia para saber lo que estaba pasando, pero también con muchas ganas de cargar esta cruz, cargar esta crisis. Se sienten parte de ella y quieren ayudar. Muchas personas se han mostrado contentas porque se ventiló todo. Hoy la gente, más que nunca, ha rezado por la Iglesia, en las poblaciones la gente es muy comprometida, son constructores de Iglesia, entonces cuidan a su comunidad. Ven todo con una renovada esperanza y a uno como cura lo tratan con mucho cariño".

MIGUEL VALDIVIA: "Después del perdón del Santo Padre, la gente se está preparando, se está comprometiendo. Esto que está pasando nos hace un llamado a unirnos y querer más a nuestra comunidad".

¿Qué les pareció la carta al pueblo de Dios del Papa Francisco?

HERMANA CAROLINA MADARIAGA: "Él se hizo cargo primero de reconocer que se equivocó en sus declaraciones, que fueron poco asertivas, y enviar esta comisión especial para centrarse en las personas que son importantes y que no han sido escuchadas. Nos motiva a todos a levantar la voz y decir que somos una Iglesia distinta. La carta nos motiva a hacernos adultos, hombres y mujeres de fe, pensar, decir y reaccionar".

¿Qué opinan del rol que debe tener la mujer dentro de la Iglesia?

MARÍA FRANCISCA SAN MARTÍN: "Las capacidades están a disposición, y uno viene a servir, como he servido en otros lugares. La Iglesia es súper femenina, por ejemplo en las comunidades, en las iglesias, quienes participan son muchas más mujeres, pero que en algo más visible y más oficial pongan una mujer es algo nuevo, porque en la tradición era algo más de sacerdotes. Siento esa renovación y también esa corresponsabilidad, que no son solamente los sacerdotes que están a cargo, sino que nosotros también estamos aquí para apoyar y servir, compartimos esa responsabilidad, sino el peso se vuelve enorme".

CAMILA CARRIMÁN: "A mí me gusta que sea asunto de capacidades y servicio, más que si la persona que los va a realizar está consagrado o si es hombre o mujer. Porque si vamos a limitar las posibilidades de quien puede prestar el servicio a si es sacerdote o no, reduce tanto la posibilidad de los dones al servicio de la Iglesia, y eso es algo que como mujer me ha pesado, porque cuando era chica quería acolitar y me decían que no porque era niña, porque hay un machismo en la Iglesia que coarta la posibilidad que todos los que hemos recibido dones de Dios los pongamos al servicio. A mí me encanta lo que está pasando con las mujeres porque son signos, son signos de una Iglesia que quiere abrirse y que quiere que la construyamos entre todos, así que eso me pone muy contenta".

HERMANA CAROLINA MADARIAGA: "Siempre tenemos que validarnos. A las que nos hemos enfrentado a responsabilidades en mundos masculinos, tenemos que estar contantemente demostrando si sabemos, sentimos el peso de otros que nos están mirando a ver cómo lo hacemos. Uno siente el peso de una cultura que, digámoslo con todas sus letras, es machista y patriarcal. Asumir este cargo fue un tremendo desafío, siento que es una misión y un servicio y yo lo he dicho en otra oportunidad, me dio algo de miedo, pero sentí también el apoyo de mi comunidad, de mi familia. Entonces me siento súper empoderada, no me tienen que decir que yo puedo, y no es de orgullosa, sino que siento que tengo las posibilidades y capacidades, y si no las tengo voy a aprenderlas. Todos tenemos posibilidades de aportar en la Iglesia, porque es nuestra. Creo que la mujer le puede dar un rostro más humano a la Iglesia, no solo maternal, sino un rostro sensible, que tiene percepciones distintas, que es capaz de acoger".

¿Qué opinan del celibato?

PADRE PABLO PALMA: "El celibato lo veo como un don de Dios, un tesoro, como un regalo. Ser cura no es un honor. Yo parto mi vocación desde las raíces. El gran pecado de mis colegas (sacerdotes) y que se han mandado varios 'condoros', fue que al creerse que el ministerio les da un cierto poder económico, social, se olvidan de lo esencial. A mí me ha ayudado mucho el no olvidarme de mis raíces. Yo entré a los 25 años al seminario, entonces venía con experiencia laboral, de pololeo, había hecho el servicio militar. El celibato me ayuda a eso, a ver que ser un cura no es un estatus, yo soy un servidor para estar con la gente más pobre. Por ejemplo, nunca he confesado en confesionario y no sé por qué. Siempre público. Súper hiperventilado y es lo que enseño a los demás. A las familias les digo que no esperen que seamos amigos, hermanos sí, porque eso me da libertad. En esos afectos se fragua el abuso. La formación en los seminarios es clave y vivir la pobreza".

PADRE MARCIO TONIAZZO: "La consagración en el orden sacerdotal es para estar al servicio. Hay tantas misiones, vocaciones y servicios dentro de la Iglesia que los laicos pueden hacer mejor que los sacerdotes. Si por un lado vemos que la crisis es producto de la castidad, no podemos decir que es sólo ésa la crisis, es porque no hemos sabido integrar y aprovechar los dones que hay dentro de la Iglesia. Hay que tener un corazón abierto y dispuesto para los demás. Una salida a esto es mirar más profundamente al pueblo de Dios. La castidad es volverse a Dios, como dice la carta del Papa al pueblo de Dios. Estamos llamados a eso y, fundamentalmente, a volver a enamorarse de Dios".

ARIEL ROJAS: "Es súper importante la formación en los seminarios. Dentro del seminario también debe existir una conversión. Es Jesús quien debe enamorarte, no la Iglesia, porque a la larga, el encuentro es con él. El estar enamorado de Cristo nos facilita el proceso. El celibato es un regalo de Dios y es para ponerse al servicio de la Iglesia y de los pobres entre los pobres. La clave es tomar el celibato no como una orden, sino que como una libertad que me libera de hacer otras cosas y me libera la carga. Jesús te quiere libre para servir, para amar, para ayudar".

HERMANA CAROLINA MADARIAGA: "Hay gente que piensa que por ser célibe eres abusador. Creen que el celibato es una perversión, pero la perversión es ser pedófilo. No hemos sido educados en la sexualidad como tema país. En mi casa la sexualidad era un tema tabú o con otro nombre, porque era un tema que incomodaba hablar. Los jóvenes de ahora sí hablan de sexualidad sin ningún tabú. Ahora hay que ver cómo orientamos esas conversaciones. El celibato sí es un don y es un don que me hace más humano y es una tarea para todos".

¿Cómo construimos esperanza en tiempos de crisis?

FRANCISCA SAN MARTÍN: "Esto llevará un tiempo. No es algo inmediato, es un proceso de recuperación que estamos viviendo. Es primordial reconocer que estamos en crisis. Esta recuperación será con dolor, pero hay que estar ahí. Y lo primero, es volver a la oración tal como nos pide el Papa, porque lo primero que debemos restablecer es el vínculo con Dios. A partir de eso podemos restablecer los vínculos con los demás, con nuestro entorno y verlo como un proceso de sanación de familia".

MIGUEL VALDIVIA: "La primera manera es con amor y con entrega, sobre todo al prójimo, al hermano que sufre. Pensar que si estábamos haciendo las cosas bien, ahora las debemos hacer diez veces mejor. No nos preocupemos del qué dirán, preocupémonos de cómo sanar nuestra Iglesia, porque nosotros somos parte de ella. Gracias a Dios se tomaron cartas en el asunto para poder volver a ser un verdadero pueblo de Dios".

PADRE PABLO PALMA: "Ser una Iglesia pobre y para los pobres. En los pobres está la esperanza, desde esa persona que llega a Cancillería a pedir una consulta, tratar de atenderla bien; de aquel que te ayuda con una donación en la parroquia, siempre mostrar una sonrisa. Tenemos que volver a esa frase 'Tuve hambre y me diste de comer'. Volver a la belleza del Evangelio".

CAMILA CARRIMÁN: "Con paciencia. El pueblo de Israel para llegar a la libertad tuvo que caminar 40 años por el desierto. Pero también saber agarrarse del Espíritu Santo, porque el pueblo caminó, pero Dios estuvo con ellos. Una de las gracias de esta crisis es que uno se da cuenta de tanta gente, y sobre todo jóvenes, clamándole al Espíritu Santo por su Iglesia, y en el camino cultivar la verdad y coherencia para caminar con transparencia".

PADRE MARCIO TONIAZZO: "Viviéndola en comunidad. No para apuntarla con el dedo. Vivir este difícil momento como familia para no salvarnos individualmente, sino como pueblo de Dios. El aporte de los migrantes que vienen. Ellos son los que están llegando a la Iglesia, están aportando en las catequesis y pueden ayudar a restablecer el camino con Dios".
ARIEL ROJAS: "En primer lugar tiene que haber verdad, algo que ha faltado en el último tiempo. En segundo lugar, el foco. Todo debemos entrelazarlo con Cristo y que se enamoren de Cristo. Y lo tercero, el abandono. Eso nos ha faltado mucho. Hay que abandonarse y poner el Espíritu Santo primero que todo, por sobre lo nuestro. Y para eso, nos faltan testimonios y testigos fieles del amor de Jesucristo. La fe se transmite por atracción".

HERMANA CAROLINA MADARIAGA: "No sé cómo se sale de esta crisis, pero sé que hay que pedirle a Dios la gracia para permanecer en esta crisis, sin olvidar que es una crisis que ha provocado mucho dolor y un gran quiebre, porque hay dolor y porque hay delito. Necesitamos ser una Iglesia que sea profética en la justicia, en la transparencia y en la verdad y ser una Iglesia sana para los demás, donde no tengan miedo de llevar a sus hijos a las catequesis, personas sin tanto título, sino siendo pueblo de Dios dolido y abatido".

HERMANA KAROLINE MAYER: "La gente se siente muy poco Iglesia. La ve muy jerárquica, muy clerical, la ve muy desde arriba. Entonces ahí está el problema. No sabe en quién confiar, no ve el pueblo de Dios. Creo que históricamente -y no es un problema de esta crisis- es que no hemos transmitido lo suficientemente que todos somos Iglesia, y eso es urgente transformarlo. Por lo tanto, todos somos responsables, porque es nuestra casa. Todos somos discípulos y discípulas desde que nos bautizamos, por eso no debe haber separaciones, y para mí la base está en ver que todos somos responsables, porque es nuestra Iglesia y todos debemos apropiarnos de ella. Y ese sentir se debe transmitir a las comunidades".