Click acá para ir directamente al contenido
Artículo

Lunes 24 de diciembre de 2018

Emotiva misa en cárcel de mujeres presidió cardenal Ezzati

En la antesala de Noche Buena, cientos de reclusas del Centro Penitenciario Femenino de San Joaquín, celebraron la Eucaristía como todos los años.

Fotos: Omar González

Periodista: Enrique Astudillo Baeza

Fuente: Iglesia de Santiago

Link fuente: www.iglesiadesantiago.cl

Reclusas, agentes de la Pastoral Penitenciaria, la hermana Nelly y funcionarios de Gendarmería. Todos juntos sin distinción. Olvidando la realidad que cada uno de ellos vive en estas fechas tan especiales. Todos cobijados en la mirada fraterna de Jesús.

Esa sería la imagen perfecta para describir la mañana de este lunes 24 de diciembre en la cárcel de San Joaquín. Lugar hasta donde llegó el Arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, para celebrar la tradicional Misa de vísperas de Navidad, que como todos los años, reúne a cientos de internas del Centro Penitenciario Femenino de Santiago para sacarlas un momento de su realidad e invitarlas a descubrir el amor misericordioso de Jesucristo.

La Hermana Nelly León, dio la bienvenida a la eucaristía con un balance de lo que fue este 2018 para la iglesia local: "Con gran alegría celebramos un año más la llegada de Jesús a nuestra vida. Ha sido un año difícil, hemos tenido que pedir perdón, pero también tuvimos buenos momentos como la visita del Papa Francisco. Nosotras acá en la cárcel vemos que la gracia de Dios supera todo pecado".

El cardenal Ricardo Ezzati, ya en su homilía, expresó que este momento es para él una gracia y recordó que "el Hijo de Dios no nace en un palacio real. Nace en la pobreza de un establo. Y quienes lo rodean y acogen la invitación para ir a encontrarlo no son los poderosos, no ha sido el Emperador de Roma, no ha sido el Gobernador de Palestina, no ha sido para aquellos que podían pagar alojamiento en Belén. Quienes acogen al Hijo de Dios son unos humildes pastores, son María y José, son los animalitos del establo, es la gente sencilla, es la gente que no tiene el corazón lleno de su ambición, de su poder o de su prestigio".

Reglón seguido, recordó a las internas, que el anuncio del nacimiento de Jesús fue durante la noche y en la oscuridad: "El Señor viene en medio de la privación de libertad de ustedes. Viene en el acontecimiento del dolor de estar lejos de la familia y de las personas que uno quiere. Viene de una sociedad en la cual muchas veces el abuso, que tiene tantas formas, se hace presente con la voz poderosa y potente del poder humano. Viene en medio de una realidad donde hermanos y hermanas llegan a Chile, como llegan a tantas partes del mundo, buscando acogida, buscando mayor dignidad, buscando un lugar donde poder resurgir y que les den esperanza para su vida, imitando a María y a José".

Al finalizar su exhortación, el Arzobispo de Santiago, agradeció la labor de agentes pastorales y funcionarios de gendarmería, por el inmenso trabajo evangelizador que hacen con las internas, a las que dejó una invitación: "Especialmente a las mujeres que están pasando la Navidad en este lugar de privación de su libertad, les deseo que la luz que brilla en Navidad encienda con fuerza en su corazón. Sí, tienen motivos, un motivo muy cierto para prender esa luz y para hacerla arder en su corazón y en medio de sus acontecimientos".

Antes que concluyera la eucaristía, un grupo de internas, interpretó una danza- acompañada de villancicos- a los pies del pesebre, emocionando hasta las lágrimas a parte de los asistentes.

Natalia Abarca, interna que lleva tres años de reclusión de una condena de diez, agradeció a Dios el momento vivido: "Estas actividades es para que le gente que nos visita vea una realidad distinta de la que hay acá adentro. Somos personas que necesitamos otra oportunidad. Me parece bueno que venga el cardenal a estar con nosotros, también la gente de la pastoral. Estoy muy contenta con este día, ya que me ayuda mucho a tener a Dios presente todos los días".

Christian Alveal, Director Nacional de Gendarmería, por su parte, llamó a ver la gracia de Dios en medio de estas celebraciones: "Es muy bonito estar acá. Siempre es gratificante estar en un lugar como este. Que más sentido de Navidad es vivir una como esta y en este lugar. Donde hay dolor, donde hay sufrimiento, yo creo que también hay esperanza de que esto puede ser mejor, que todos oportunidades y que todos las debemos aprovechar en las distintas instancias que se les puede dar día a día para transformar sus vidas", agradeciendo a la Iglesia Católica por el trabajo diario que realizan en el centro penitenciario.

El padre Luis Roblero, capellán de la Pastoral Carcelaria, extendió el saludo por la misa vivida en vísperas de Navidad: "Ha sido un año complejo para la iglesia, pero creemos que también es un tiempo de purificación y de un tiempo donde tenemos que construir una nueva iglesia pobre como bien lo dijo el cardenal en su homilía a quien agradezco por todo su esfuerzo que hace con nosotros, no solo en la misa de Navidad, sino que durante todo el año".

Tras la eucaristía, el cardenal Ricardo Ezzati, internas, funcionarios, agentes pastorales y familiares de algunas reclusas, tuvieron un compartir fraterno en el Patio Mandela del Centro Penitenciario Femenino.