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Martes 10 de mayo de 2022

La carrera espiritual de dos religiosas en la Maratón de Santiago por los niños con VIH

Después de dos años, la tradicional corrida se realizó con la participación de casi 30 mil personas. Entre ellas, dos religiosas que representaron con esperanza y alegría al Hogar de Santa Clara, dedicado a acoger a niños y niñas con VIH.

Por: Nicole Salvatierra León

No era primera vez que las hermanas franciscanas misioneras de Jesús, Nora Valencia y Patricia Báez, enfrentaban al desafío de correr 10 kilómetros en un evento muy esperado por chilenos tras dos años de pandemia: La Maratón de Santiago. En 2019, ya habían participado por la Fundación Hogar Santa Clara que acoge y acompaña a niños con VIH. Y este 2022 también lo lograron.

“Atendemos desde 1994 a niños con vulneración de derechos, sobre todo en la parte de salud porque tienen VIH. Llegan derivados de los tribunales de familia tras una irresponsabilidad en el tratamiento que requieren”, explica la hermana Nora Valencia, Directora del organismo.

Justamente esta misión fue el motor que las llevó a la meta. “Cuando estaba muy cansada pensaba en los niños y en sus proyectos, en mi familia, en los que ya no están, en mis hermanos en situación de calle y en los enfermos que piden la sanación a través de Fray Andresito. Por mi fraternidad y por todos los que aún dan la pelea”, contó la hermana Patricia. Incluso, las personas las animaban.

El día de la Maratón las representantes del Hogar Santa Clara, ubicado en la comuna de Recoleta, corrieron con medio hábito -falda y velo- para dar testimonio de la fe. Aseguran que esta carrera más que deportiva, fue espiritual. En ella afloraron valores como la esperanza y la alegría que nos dan fuerza para mejorar nuestras vidas, pese a todo.

Espíritu de Jesús

La Fundación Hogar Santa Clara tiene como labor la acogida y revinculación de estos niños y niñas -que no pueden dejar de tomar sus medicamentos- con sus familias en el caso de que estas puedan recuperar su cuidado. Para ello se realizan talleres parentales que permitan el retorno. Hay un equipo multidisciplinario y una cantidad de 17 plazas internas, mientras que a nivel externo se realizan más de 50 atenciones ambulatorias.

Respecto al funcionamiento, la directora, quien lleva 37 años como religiosa, explica que existe una subvención de Fonasa. Sin embargo, esto no es suficiente. “Buscamos las formas de obtener más recursos, como las campañas de socios, alimentos no perecibles y fondos concursables”.

En esta hermosa tarea, las religiosas cuentan que ven al niño Jesús sufriente que en un momento vive el desarraigo de su familia. “Los niños muchas veces llegan de los hospitales o los hospitalizan estando acá. Vemos el rostro de Cristo y también la esperanza cuando se recuperan y vuelven a su casa. Ahí se encarna esa alegría una vez que están bien”.

De esta forma, el Hogar Santa Clara se puso la camiseta en la Maratón de Santiago “como  mujeres consagradas que tenemos una vida en la que no hemos renunciado a la alegría”, enfatiza la hermana Patricia Báez, quien tiene 35 años de servicio.