María Magdalena, la película

La cinta cuenta la historia de María Magdalena -interpretada por Rooney Mara-, una joven mujer en busca de una nueva vida, que debe desafiar a su familia para unirse como discípula de Jesús de Nazaret, personificado por el nóminado al Oscar, Joaquín Phoenix (Gladiador, Señales).

La película ambientada en la Tierra Santa del siglo primero, cuenta el proceso de la joven desde que deja su pequeño pueblo pesquero y a su familia para seguir a Jesús, inspirada por su carisma y enseñanzas. María comparte así el viaje a Jerusalén, donde se encontrará sin saberlo en el epicentro de la fundación del cristianismo. La propuesta cinematográfica presenta a su protagonista como un personaje clave, colocándola en el corazón del origen de una de la más grandiosas historias de la humanidad.

La actriz Rooney Mara, María Magdalena, ha explicado: "Tenía muchos prejuicios sobre la historia y la religión en general", agregando que hasta que habló con el director Garth Davis "comprendí qué clase de película estaba haciendo. Logró que viera la historia de una manera distinta. Pude ver muchas oportunidades y mucha belleza en él. Pensé que era una gran oportunidad de contar una versión de la historia que no habíamos visto antes".

Liz Watts, productora, señaló como fue el proceso de construcción de la cinta: "El guión y la producción tuvieron influencia de muchos textos teológicos e históricos. Tuvimos varios especialistas bíblicos e históricos - judíos, griegos, ortodoxos, católicos – en la película, quienes fueron grandiosos pero dieron puntos de vista totalmente distintos – desde la idea del siglo primero de acuerdo con el judaísmo, hasta la escritura y reescritura del siglo primero de acuerdo con el catolicismo".

Si bien el film se basa en pasajes del evangelio y otros textos, es una propuesta libre que no se aleja de la línea planteada por teológos como la doctora en Filosofía y Teología, Marinella Perroni, quien escribió en octubre del 2017 en el Osservatore Romano: "De puntillas y dando pequeños pasos en los últimos años, María Magdalena también ha ganado un poco de terreno en la Iglesia Occidental. Fue Juan Pablo II quien, en su homilía de un domingo de Pascua, le gritó al mundo que ella fue la primera testigo del Resucitado. Y finalmente la prensa se hizo eco de él, esto se convirtió en noticia, parecía el descubrimiento del siglo. Pocos se preguntaban por qué se había tardado siglos y siglos en algo que durante casi 2.000 años se ha narrado en el Evangelio de Juan como para ser aceptado tal como fue escrito. Pero no importa, la brecha ahora se había abierto. Luego, el Papa Francisco decretó que la celebración de María Magdalena se elevara de una conmemoración obligatoria a una fiesta litúrgica y, durante los últimos dos años, el Propio de los Apóstoles se usó en la misa el 22 de julio. Un testigo, un apóstol (...) Juan Pablo II y Francisco, han restaurado a la Iglesia latina la María Magdalena de los Evangelios, un discípulo de Jesús, un testigo de la Resurrección y por lo tanto, como el Papa Francisco la describió en su catequesis el 17 de mayo de 2017, el 'Apóstol de la nueva y mayor esperanza'".