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Lunes 26 de octubre de 2020

Monseñor Aós “Una relación clara enriquece, facilita y hace la vida más agradable”

Con una reflexión al libro de los Salmos, el Arzobispo de Santiago llamó a los cristianos a ser sinceros y a amar al prójimo desde la voluntad, el compromiso, la reflexión y respetando siempre su dignidad, poniendo ante Dios nuestros sentimientos y acciones.

Periodista: Bárbara Guerrero C.

Fuente: Comunicaciones Arzobispado

La eucaristía, presidida por Monseñor Celestino Aós y concelebrada por el obispo Alberto Lorenzelli, comenzó con la lectura del Éxodo que recordó la importancia de respetar la dignidad de las personas, especialmente de los desposeídos.

El amor es el más grande e importante de los mandamientos y va más allá de un sentimiento, fue la reflexión del arzobispo Aós. "La palabra amor tiene tantos significados en nuestro vocabulario que practicamente no nos entendemos. Que alguien nos diga "te amo" o decirle a alguien "te quiero" nos deja en la indefinicion. Muchos confunden al amor con el gusto o con el sentimiento", declaró. Durante su homilía afirmó que para comprender su significado basta abrir la biblia en los Salmos, donde el corazón humano expresa sus sentimientos ante Dios. “Si yo tengo pena no puedo ir donde Dios a decirle que me siento contento. El amor es más que el sentimiento. Requiere reflexión, requiere compromiso”.

Esa voluntad de que Dios esté en el centro de nuestras vidas, le da sentido a nuestro existir y con eso somos capaces de alcanzar el camino del amor. Para el Arzobispo, “el amor que Jesús nos pide es reconocer que todos tenemos la misma dignidad; hombres, mujeres, cristianos y no cristianos (...) Todos hemos sido redimidos por la sangre de Cristo”.

Para entregar amor y recibirlo, es necesario construir relaciones sanas y claras, utilizando nuestra mente, decisión y sobretodo nuestro corazón, para ser capaces de amar a los demás, como amamos a Dios. “Una relación es más sana, fuerte y gratificante cuando es clara. Si son amigos, seamos amigos, si son novios, sean novios, si son esposos, sean esposos y si es jefe y subordinado, mantengan la relación, de esta manera sabremos que esperar del otro" puntualizó Monseñor Aós y reafirmó que “en esto del amor, necesitamos a Dios que es amor y de quien procede todo amor”.

Finalizando la liturgia, los obispos pidieron para que cada uno tenga la gracia de “un corazón capaz de amar y ser amado”, por la convivencia en paz, por  el cese del odio y las divisiones en el país y para que la Iglesia no deje de proclamar que el amor a Dios y al prójimo, que es el corazón del evangelio.