Lunes 4 de diciembre de 2017
P. Borello: “Descubrí que en este mundo hay mucho más amor de lo que nosotros vemos”
En el Templo de la Gratitud Nacional cientos de personas se reunieron en la tarde del domingo 3 de diciembre para despedir al P. Mario Borello Gillardi, Salesiano de Don Bosco fallecido ayer sábado a los 94 años de edad producto de un avanzado cáncer de colon.
Fotos: Joaquín Castro
Periodista: Joaquín Castro
Concelebraron salesianos de otras comunidades, encabezados por el Inspector, P. Alberto Lorenzelli. Estuvo presente también el P. Gerardo Díaz, Director de la Comisión Nacional de Catequesis de la Conferencia Episcopal de Chile, junto a varios sacerdotes de la Iglesia Diocesana.
Durante su homilía, el Provincial de los Salesianos en Chile, P. Alberto Lorenzelli, hizo memoria de la vida y el valor del testimonio del P. Mario, quien será reconocido como un sacerdote que entregó su vida en favor de la educación y la evangelización con un carácter y testimonio de vida único.
El provincial además señaló que, “el Señor hizo descubrir al P. Mario que su sacerdocio no era sólo para Chile, sino que pertenecía a toda Latinoamérica”.
El P. Lorenzelli indicó que el P. Mario “supo hacer fácil lo que se veía difícil y lejano cuando se trataba de explicar el misterio divino y de la fe del creyente”.
Añadió además que “se adecuó a los tiempos, con una mentalidad amplia y robusta, para vivir en la Iglesia, Congregación y Mundo que le tocaba vivir, sin añoranzas de cosas pasadas, sino con la mirada puesta en el bello horizonte de la vida puesta con toda confianza en Dios”.
"Fue siempre hombre de ánimo amable, trato acogedor, pronto a escuchar, prudente en aconsejar y acompañar. Su vida ha sido un luminoso testimonio de fe, de vida religiosa y sacerdotal creíble y auténtica", enfatizó el P. Alberto.
Hacia el final de su mensaje, el P. Alberto reveló parte de las últimas palabras del P. Mario en su agonía, “Descubrí que en este mundo hay mucho más amor de lo que nosotros vemos”.
Durante la ceremonia se llevaron seis signos al altar significativos de la vida del P. Mario: una foto de sus padres, la estola en representación de los seminaristas que formó, un pañolín scout, sus textos, la medalla del Apóstol Santiago que recibió como condecoración por parte de la Arquidiócesis de Santiago y su liturgia de las horas, libro para el rezo diario.
Más de la vida del P. Mario
Desde 1953 hasta 1955 estuvo en La Cisterna como asistente y profesor de Teología. Durante 1956 y 1966 estará en Macul, Quilpué, Concepción y Lo Cañas como catequista y profesor de los aspirantes y estudiantes de filosofía y teología.
Desde 1967 hasta 1972, estará en San José de Punta Arenas como párroco de la catedral y vicario de la diócesis.En 1975 vuelve a Macul, como vicario de los estudiantes de teología y al mismo tiempo, comienza su servicio como secretario de catequesis del CELAM.
Su trabajo no fue solo nacional. El episcopado de Chile lo llamó a las Asambleas Plenarias en reiteradas ocasiones para informar y confiarle, en dos períodos diferentes, la catequesis nacional.
Durante ese tiempo pudo sugerir a los obispos que establecieran el día anual del catequista y del profesor de religión; también que instituyeran la semana de la Biblia.
Fundó el Instituto Superior de Catequesis (Catequeticum), agregado a la UPS de Roma, en el cual se otorgaron títulos académicos en catequética y pastoral educativa a un gran número de laicos, religiosas y sacerdotes de América Latina hasta un total de 269 egresados durante los 12 años de funcionamiento.
Entre los escritos que el desarrolló, destaca su obra magna “Cómo vivir la Fe”, una serie de cuatro textos editada por la Editorial Don Bosco que dejó un invaluable material catequístico que en cada uno de sus volúmenes presentó de forma pastoral el Credo bautismal, la liturgia, los sacramentos, la moral cristiana y profundizando la idea de que orar se trata de amistad.